El Ejército y la Policía local no son instancias preparadas para hacer frente al crimen organizado, éste fenómeno debe combatirse a través de una Policía Nacional para tener éxito en una tarea que no es de 6 años ni de una sola persona, aseguró el ex presidente de Colombia, Ernesto Samper.
En entrevista, subrayó que el problema con la Policía local es que tienden a politizarse y son más susceptibles a la corrupción; en tanto que el Ejército, cuenta con una preparación profesional que no es la de combatir a la criminalidad.
"No es conveniente. Me parece que el Ejército sólo debe intervenir cuando haya complicaciones relacionadas con el orden público, que es para lo que está preparado profesionalmente; pero la mayor responsabilidad en la lucha contra las drogas, al menos en el caso colombiano, estuvo encabezado por la Policía que se depuró, se profesionalizó y se le dio una serie de instrumentos de inteligencia.
"Me parece preocupante el fenómeno de abordar el problema a través de policía locales... no son el mejor esquema para iniciar una tarea de esta magnitud, porque tienden a ser politizadas, son fácilmente corruptibles y de alguna manera son más débiles", explicó.
Samper recordó que hace unos 6 años estuvo de visita en nuestro País y advirtió sobre la "colombianización" que se preveía en territorio mexicano.
Ante esta situación, dijo, las autoridades mexicanas han tomado conciencia de la gravedad del narcotráfico, pero se debe de entender que es una lucha demasiado grande como para que la asuma un gobierno o una persona.
El ex presidente colombiano sugirió la creación de una política de Estado en la cual, mediante un pacto nacional, las fuerzas políticas y la sociedad, se comprometan a dar la batalla en contra del narcotráfico y el crimen organizado.
Explicó que en el combate al narcotráfico inicia con una lucha entre la fuerza pública legítima y los sectores irregulares, y si no se controla a tiempo se pasa a la sociedad civil.
"Es una dialéctica entre el dinero y el plomo que no necesariamente son secuenciales.
"La corrupción y el terrorismo son dos instrumentos fundamentales con los que el crimen organizado trata de conseguir el poder para su protección y para ello emplea desde la compra de conciencias o de influencias hasta estrategias terroristas de intimidación", indicó.
En México, aseveró, se han dado pasos benéficos, pero la sociedad debe de tomar mayor conciencia de la gravedad del problema.
"En Colombia, cuando nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo ya habían matado a 4 mil 500 policías, a más de 100 periodistas y casi mil jueces. Ya habíamos recorrido un camino de sangre muy doloroso. Afortunadamente en México se ha tomado el toro por los cuernos a tiempo", subrayó.
Democracia amenazada
En un análisis, Samper advirtió que la democracia latinoamericana está muy amenazada por fenómenos como el narcotráfico, la corrupción, el tráfico de armas, la crisis del modelo económico y la reaparición del "caudillismo mesiánico" que utiliza la realidad para gobernar.
Recordó que el golpe de estado ocurrido en Honduras, el pasado 29 de junio, es un mal ejemplo para la región.
En entrevista, subrayó que el problema con la Policía local es que tienden a politizarse y son más susceptibles a la corrupción; en tanto que el Ejército, cuenta con una preparación profesional que no es la de combatir a la criminalidad.
"No es conveniente. Me parece que el Ejército sólo debe intervenir cuando haya complicaciones relacionadas con el orden público, que es para lo que está preparado profesionalmente; pero la mayor responsabilidad en la lucha contra las drogas, al menos en el caso colombiano, estuvo encabezado por la Policía que se depuró, se profesionalizó y se le dio una serie de instrumentos de inteligencia.
"Me parece preocupante el fenómeno de abordar el problema a través de policía locales... no son el mejor esquema para iniciar una tarea de esta magnitud, porque tienden a ser politizadas, son fácilmente corruptibles y de alguna manera son más débiles", explicó.
Samper recordó que hace unos 6 años estuvo de visita en nuestro País y advirtió sobre la "colombianización" que se preveía en territorio mexicano.
Ante esta situación, dijo, las autoridades mexicanas han tomado conciencia de la gravedad del narcotráfico, pero se debe de entender que es una lucha demasiado grande como para que la asuma un gobierno o una persona.
El ex presidente colombiano sugirió la creación de una política de Estado en la cual, mediante un pacto nacional, las fuerzas políticas y la sociedad, se comprometan a dar la batalla en contra del narcotráfico y el crimen organizado.
Explicó que en el combate al narcotráfico inicia con una lucha entre la fuerza pública legítima y los sectores irregulares, y si no se controla a tiempo se pasa a la sociedad civil.
"Es una dialéctica entre el dinero y el plomo que no necesariamente son secuenciales.
"La corrupción y el terrorismo son dos instrumentos fundamentales con los que el crimen organizado trata de conseguir el poder para su protección y para ello emplea desde la compra de conciencias o de influencias hasta estrategias terroristas de intimidación", indicó.
En México, aseveró, se han dado pasos benéficos, pero la sociedad debe de tomar mayor conciencia de la gravedad del problema.
"En Colombia, cuando nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo ya habían matado a 4 mil 500 policías, a más de 100 periodistas y casi mil jueces. Ya habíamos recorrido un camino de sangre muy doloroso. Afortunadamente en México se ha tomado el toro por los cuernos a tiempo", subrayó.
Democracia amenazada
En un análisis, Samper advirtió que la democracia latinoamericana está muy amenazada por fenómenos como el narcotráfico, la corrupción, el tráfico de armas, la crisis del modelo económico y la reaparición del "caudillismo mesiánico" que utiliza la realidad para gobernar.
Recordó que el golpe de estado ocurrido en Honduras, el pasado 29 de junio, es un mal ejemplo para la región.
Ariadna García, Reforma, 3 de septiembre.
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