En el Zócalo, el corazón de la Ciudad de México, nació la comuna magisterial.
Su forma de organización permite a los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación tener todos los servicios sin pagar un centavo, emprender actividades económicas propias y hasta desarrollar formas de recreación.
A las 06:25 de la mañana suena el tono de despertador de un celular en el campamento D-1-208. Uno de los pocos maestros que madruga se limpia los ojos y, entre bostezos, estira los brazos y se acerca a una cubeta de agua para lavarse la cara y cepillarse los dientes.
Intenta, con poco éxito, levantar a sus compañeros.
A las 8:40 horas, muchos profesores siguen dormidos.
Algunos más prefieren pagar 40 pesos por un regaderazo con agua caliente en los baños Marbella.
El plantón en la Plaza de la Constitución se ha convertido en una inmensa comuna, donde los docentes tienen negocios propios como la recarga de celular por cinco pesos. La energía se la roban del poste del servicio público.
También venden comida, aguas, jugos, artesanías y cuentan con una línea de autobuses con salidas regulares a Oaxaca, Veracruz y Michoacán.
Para este servicio de transporte utilizan camionetas sprinters o autobuses.
El boleto a Oaxaca cuesta 280 pesos y a Veracruz, 260.
El plantón del magisterio disidente está organizado en 58 campamentos, marcados con las letras D-I, D-II y DIII, seguido del número de la sección sindical, más el asignado por los llamados supervisores de zona.
Los alrededores de la plancha Zócalo están ocupados en orden alfabético de las comunidades de Oaxaca que integran la sección 22.
Al centro de la plancha hay dos grandes carpas donde están los campamentos de Chiapas, Michoacán, Guerrero y Tlaxcala.
Las calles 5 de Mayo y Monte de Piedad las ocupan, en su mayoría, maestros procedentes de comunidades de Puebla.
Los docentes poblanos del campamento de Miahuatlán tienen listo un six de cervezas para mitigar la sed y para pasar la noche con jugada de dominó.
Las imágenes del plantón parecen escenas sacadas de las películas surrealistas del cineasta Luis Buñuel.
Y es que los profesores de la Coordinadora cuentan hasta con un módulo del banco Inbursa, cuyo empleado les ofrece beneficios de afore, seguros y hasta tarjetas de crédito.
En el campamento de Zimatlán, el D-I-101 de Oaxaca, instalaron el hotel "Aquí te espero", cuyo nombre aparece junto al dibujo de 5 estrellas en un cartón que pende de las lonas.
Ofrece el servicio de una casa de campaña con confortables cobertores incluidos.
En cada campamento, sus huéspedes han buscado formas para sobrevivir.
Dentro del plantón del magisterio se pueden comprar desde alimentos típicos de varios estados hasta productos de higiene personal.
Don Reyna, maestro de Oaxaca, le saca provecho al don que asegura haber heredado de su abuelo y también colgó su letrero: "Se soban huesos".
No faltan compañeros suyos que requieran de sus servicios al regresar de alguna marcha.
MENÚ DEL DÍA
En el plantón ningún maestro se queda sin comer. A las 15:00 horas, el menú está listo.
En la carpa de la maestra Alejandra Avendaño ayer ofreció mole verde, tlayudas con tasajo, huevos cocidos, frijoles refritos y arroz. De postre, piñas en almíbar.
"Poco pero hay para todos. Vamos a comer rico. Ellos nos avisan cuando ya va a acabar la marcha y aquí los esperamos con la comida", narra la profesora.
Los docentes han organizado brigadas incluso con familiares que limpian y cocinan.
Josefina, esposa de un maestro de educación física de Guerrero, cocina, barre y ayuda a preparar la comida.
No acude a las marchas, pues confiesa que ni siquiera sabe si ya se aprobó la reforma educativa.
Después de una protesta por las calles de la Ciudad de México, los docentes alivian el cansancio con partidas de dominó o de ajedrez.
Los más agotados duermen la siesta dentro de sus casas de campaña.
Quienes no corren con suerte son los empleados de limpia del Gobierno del Distrito Federal, pues con el plantón se ha quintuplicado la cantidad de basura que deben recoger.
Además de prolongar su jornada de trabajo, tienen que realizar constantes recorridos por la Plaza de la Constitución.
Así vive la comuna magisterial plantada en el Zócalo, donde los dirigentes de la Coordinadora acuden una o dos veces por día para dar instrucciones sobre nuevas acciones en rechazo a la reforma educativa del Gobierno federal.
Los líderes del magisterio democrático se hospedan en hoteles como el Azores, ubicado en la Calle de Brasil, o el Congreso, cuyas habitaciones están a tope.
El Zócalo, la casa de los maestros...
CENTRO FINANCIERO. El módulo ofrece tarjetas de crédito, seguros y afore.
CENTRAL CAMIONERA. Los autobuses programan salidas a Oaxaca, Veracruz y Michoacán.
ATENCIÓN AL CLIENTE. La recarga de teléfonos celulares cuesta cinco pesos.
EL SPA. El profesor Reynaldo ofrece sus servicios de huesero.
EL PATIO. Los campamentos cuentan con una tupida red de tendederos de ropa.
LA RECÁMARA. Los docentes disponen de espacios para conciliar el sueño y acomodar el guardarropa.
EL TOCADOR. En la plancha del Zócalo también hay servicios sanitarios.
LA SALA. El corredor del Palacio del Ayuntamiento es zona de descanso.
Leslie Gómez, Reforma, 29 de agosto.
La comuna magisterial
Reforma Educativa Medios México jueves, 29 de agosto de 2013 0 comentarios
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