REFORMA ELECTORAL: ACTORES Y ESCENARIOS: 15.- EL PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN.

Quizá el hecho de que alrededor del tema se sistematizaron ocho comentarios, 0.83% de los 957, habla por sí mismo sobre este punto.

Con frecuencia se ha dicho que el éxito o el fracaso de Calderón dependerán de su capacidad para imponer límites a los privilegios de los monopolios que impiden los cambios de fondo. Ha llegado la hora. Si no consigue ganar esta batalla, que ni siquiera ha sido suya, la suerte estará echada. En cierta forma el sexenio habrá terminado en cuanto a la posibilidad de cambios reales. Sólo le quedará dedicarse a gestionar cinco años y tratar de evitar que el país se desfonde
Jorge Zepeda Patterson, El Universal, 9 de septiembre.

La duda es qué gana el presidente Calderón con todo esto. Sí, es verdad, se rompió una parálisis legislativa de una década, pero, por lo que se ve, los costos los pagarán la sociedad y el Presidente, en ese orden, sin que se perciban los beneficios: la reforma electoral violenta la autonomía de los órganos electorales, un gran triunfo del PRD, y genera un abierto enfrentamiento con la mayoría de los medios, que originará, si nadie detiene esa suma de abusos, un distanciamiento de los medios con el Ejecutivo, al mismo tiempo que la legitimidad de la elección de 2006, por el espíritu de la reforma, queda cuestionada; la reforma fiscal, sin duda, tiene elementos útiles, pero ya López Obrador se encargó de señalar que el costo del aumento a las gasolinas lo pagará el Presidente, aunque los mayores beneficiarios sean los gobiernos del DF y los estatales, que se quedarán con esos recursos; la reforma al régimen de Pemex es una reivindicación priista que está atada a la fiscal, pero que no resuelve los problemas de la paraestatal. Cuando terminen de sacar el balance, después de todo este proceso, se comprobará que quien va a pagar los costos será el presidente Calderón, que no recibe, en contrapartida, ni un gesto de generosidad política de sus adversarios. Vamos, ni siquiera una condena formal a los ataques terroristas de este lunes, cuyos costos económicos mínimos han sido estimados en dos mil 500 millones de pesos. ¿Hasta dónde querrá seguir pagando los costos de la fiesta legislativa el presidente Calderón
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 12 de septiembre.

MIENTRAS senadores y concesionarios se agarraban a microfonazos, Felipe Calderón hizo mutis para no aparecer a cuadro en esta telenovela.
SIN EMBARGO, todo indica que -quiera o no- la radio y la televisión lo van a integrar al elenco de su melodrama sobre los spots electorales.
PORQUE si una cosa queda clara es que los empresarios de las ondas no se van a quedar cruzados de brazos mientras se les va ese negociazo multimillonario.
DE AHÍ QUE si no logran parar la reforma en la Cámara de Diputados, la estrategia sería atizarle el fuego al presidente Calderón -seguramente envenenando el pozo de la reforma fiscal- a fin de que vete la electoral.
CLARO QUE si eso tampoco les funciona, siempre les quedará alguno de los minipartidos que les haga el favorcito de interponer una Acción de Inconstitucionalidad ante la Suprema Corte. Cosas veredes, Mío Cid...
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 13 de septiembre.

Ayer, en la reunión de la CIRT donde se descalificó a la reforma electoral como “regresiva y autoritaria”, se oyeron voces que preguntaban en corto: “¿Qué pasa con Calderón?”, “¿Cuándo se va a pronunciar sobre esto?”, o “¿Él está de acuerdo en este ataque del Congreso?”. Las preguntas eran de un alto directivo de la televisión que anticipaba que, tras su segundo despliegue de fuerza, los industriales de la radio y la televisión enfocarán ahora la presión sobre el jefe del Ejecutivo, que volvió ayer al país.
También ayer, cuando el primer mandatario aterrizaba en el hangar presidencial, un grupo de radiodifusores lo esperaban para hablar con él. En Los Pinos tendrán que enfrentar ahora la presión de la poderosa industria mediática. Y aunque se trata de una decisión del Congreso y Calderón podrá escudarse en el respeto a otro poder, no será fácil para el Presidente evitar que le cobren en parte el voto panista y las prisas de su partido para sacar la iniciativa
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 13 de septiembre.

Hay algo que explica la furia de los concesionarios de las televisoras: ¿cómo, después de tantos años de compartir el lecho, dos alas del poder al que han servido hasta la ignominia, el Judicial y el Legislativo, se atreven a atentar contra sus intereses? Las chispas que produce el choque son mayores porque falta un amigable consejero matrimonial. El titular del otro poder, el Ejecutivo, es débil y paradójicamente necesita el apoyo de las partes en disputa. En los siguientes episodios del reality show veremos si Calderón consigue que hagan las paces o tendrá que inclinarse en favor de alguno de los contendientes, con todas sus consecuencias
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 13 de septiembre.

Que pese a todo, el presidente Felipe Calderón está “satisfecho” de que hayan funcionado en paralelo las negociaciones para las reformas fiscal y electoral en el Congreso, y la operación política desde la Secretaría de Gobernación, para evitar que su aprobación generara protestas públicas y posibles escenarios de conflicto mayor.
Los encargados de evitar “desmanes” fueron el secretario Francisco Ramírez Acuña y el subsecretario de Gobernación, Abraham González.
“Trascendió”, Milenio, 14 de septiembre.

La temeraria táctica emprendida por Felipe Calderón de gobernar con base en trueques y canjes será costosísima. La entrega de la cabeza de Luis Carlos Ugalde en el desprestigio y abandonado a su suerte terminará siendo un peligroso boomerang amén de agregar el otro granito de arena al monumental cochinero en la elección de 2006... que le falta poco para tocar fondo.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 14 de septiembre.

El proceso legislativo en México ha estado entrampado desde que el Presidente perdió el control del Congreso. Desde la década pasada el Legislativo ha actuado como seguidor de la denuncia mediática, y no al revés. Hay más análisis, debate y noticia que después se vuelve legislación, que a la inversa. Los medios, los comunicadores y las producciones radiales y televisivas tienen la credibilidad y varianza política que refleja una sociedad más plural. No así el Congreso, donde se vota en bloques partidarios alejados de los intereses populares.
Para colmo, ahora ya no únicamente parecen increíbles, sino también perversos los arreglos palaciegos que intercambiaron la reforma electoral por fiscal, con el Presidente como testigo impávido, ausente aparente de un control que sabe que tiene, y que ejerce para saciar su obsesión por obtener una reforma fiscal que se le antoja histórica.
No es gratuito que ayer The New York Times abordara este tema en un editorial para señalar que el juego de los legisladores no es digno de una democracia electoral funcional. Es evidente que la desvergüenza senatorial traspasaría con su visibilidad nuestras fronteras. Y sí: si Calderón es ilegítimo, ilegítimos —o más que eso— son nuestros legisladores.
Somos, empezamos a ser, la mayor caricatura de la democracia del planeta.
Carlos Mota, “Cubículo estratégico”, Milenio, 14 de septiembre.

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