REFORMA ELECTORAL: ACTORES Y ESCENARIOS: 14.- EL SENADO EN EL CONTEXTO DE LA DISCUSIÓN.

En estos 71 comentarios, 7.41% de 957, damos cuenta de las acciones del Senado en pleno debate sobre la reforma electoral. ¿Habrá negociaciones con la CIRT cuando se conoció el proyecto de dictament? La inminente Ley de Medios aparece como telón de fondo y, en otros casos, las aspiraciones políticas de algunos senadores del PAN, PRI y PRD. En menor medida se comentan las reacciones de la prensa internacional.

La reacción de la CIRT al proyecto de dictamen de la reforma electoral convulsionó al Senado.
Ahora ya nadie puede garantizar que la próxima semana será aprobado el proyecto de dictamen que fue dado a conocer el miércoles y que prohíbe la contratación de propaganda electoral.
Habrá negociaciones de alto nivel todo el fin de semana con pronóstico reservado.
Se habla de que el coordinador de la bancada del PRI, Manlio Fabio Beltrones, podría promover cambios al proyecto.
Quienes sostienen lo anterior argumentan que el suplente de Manlio, Alfredo Villegas, fue uno de los diputados de la pasada legislatura que más impulsó la llamada ley Televisa.
Y aún es uno de los principales operadores del sonorense.
Por lo pronto, Manlio prefirió ayer no hacer más declaraciones sobre este tema.
Pepe Grillo, Crónica, 8 de septiembre.

Parecía muy bello para ser cierto. Las comisiones dictaminadoras de la reforma electoral en el Senado se habían puesto de acuerdo en un proyecto de modificaciones a la Constitución que prohibía la contratación de espacios en medios electrónicos para difundir propaganda electoral.
Pero el mismo día que se dio a conocer el texto vino la respuesta de las dos principales televisoras del país, que ven en el proyecto una amenaza a sus intereses económicos.
Y aunque más de un senador, incluidos los coordinadores del PRI, PAN y PRD, han dicho públicamente que no cederán a las “presiones” y que la reforma será aprobada, el asunto es más complicado de lo que parece.
La propuesta de prohibir la contratación de propaganda electoral es positiva, porque tiende a generar mayores condiciones de equidad en el acceso de los partidos a los medios de comunicación y a evitar que se destinen enormes cantidades de recursos públicos para el pago de spots.
José Contreras, “Expediente Político”, Crónica, 8 de septiembre.

Si no hay cambios de estrategia, la semana arrancará con una campaña mediática, en los espacios tradicionales, en contra del coordinador de la fracción parlamentaria del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, a quien se ubica como el principal promotor de la reforma electoral que incluye meter en cintura los gastos de los partidos políticos en medios electrónicos. La duda radica en cómo reaccionarán líderes parlamentarios como el nuevo presidente de la Cámara Alta, Santiago Creel Miranda, y el perredista Carlos Navarrete. El asunto puede representar un punto de quiebre en la relación entre Beltrones y su contraparte en San Lázaro, Emilio Gamboa Patrón, fiel escudero de los señores de la tele
“Bajo reserva”, El Universal, 8 de septiembre.

Hace unos días, el mismo Arturo Núñez le dijo a este reportero que el sigilo con el que se desarrollaban las negociaciones sobre las campañas electorales en tiempos oficiales obedecía a la preocupación de los senadores —no dijo cuáles— de que se descarrilara la reforma electoral. "Le tienen pánico a Televisa", precisó el tabasqueño.
Pero su compañero de bancada, Pablo Gómez, jura y perjura que no ha habido sigilo alguno en las negociaciones sobre campañas en los tiempos oficiales. "Este tema lo tenemos en el Senado desde noviembre. Es tan viejo como las primeras reformas electorales que se hicieron", dijo el perredista, durante la instalación del grupo reflexión para una nueva Ley de Medios
Gómez aprovechó para aclarar que los concesionarios se equivocan si piensan que la reforma electoral tiene el propósito de perjudicarlos económicamente. "Lo que queremos es establecer un sistema de acceso de partidos y candidatos a los medios de comunicación que sea más equitativo, que sea mayor, que sea menos costoso para la nación", puntualizó
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 8 de septiembre.

Pero el viernes los legisladores contraatacaron. Ese día varios diarios nacionales destacaron en portada el ataque de las televisoras y publicaron los testimonios de senadores sobre la amenaza a sus carreras políticas. Pero sobre todo se sacaron de la manga un as inesperado: anunciaron la reanudación de los trabajos para elaborar una nueva ley sobre televisión, informando que revisarían el periodo de las concesiones y la conveniencia de romper monopolios (es decir, tercera cadena). En el noticiero de esa noche, Televisa prefirió concentrarse en los huracanes y en el cambio climático. La semana había terminado con un empate de fuerzas.
Lo que sigue sucederá en las cámaras pero no en las de televisión. Probablemente ni siquiera en las legislativas, sino en las recámaras ocultas de las negociaciones entre los poderes de facto. La reforma electoral requiere dos tercios del voto legislativo, para lo cual necesitan del PRI y del PAN. Es al interior de esos partidos donde se dará la batalla decisiva
Jorge Zepeda Patterson, El Universal, 9 de septiembre.

Por el lado del PRI, Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores, ha convertido este dictamen en su carta de presentación para convertirse en eventual candidato presidencial. Pero algunos gobernadores poderosos (Bours, Natividad y Peña Nieto), no quieren enturbiar sus relaciones con los medios electrónicos para no entorpecer sus propias aspiraciones presidenciales. Por otra parte, habrá que analizar con lupa el comportamiento de Emilio Gamboa, pieza clave de este entuerto, por ser el coordinador de los diputados priístas. Hasta el miércoles apoyaba decididamente el dictamen pero en los últimos días se ha limitado a hablar de la reforma fiscal. No hay que olvidar que Gamboa es considerado el gran personero de los intereses de Televisa en el Poder Legislativo.
En el PAN estará por un lado Santiago Creel, coordinador de los senadores, y por el otro el ala dura de su partido encabezado por Manuel Espino y Federico Doring (hace tiempo que Televisa sólo entrevista a Doring, mientras Creel desapareció de sus noticieros). La ausencia de Calderón, de visita en Asia y Oceanía, y la intrascendencia del secretario de Gobernación, permiten suponer que esto no se resolverá hasta el regreso del presidente a media semana. En principio, Calderón coincide con Creel: conceder en lo electoral para obtener su ansiada reforma fiscal. Pero no hay que descartar la presión que los medios electrónicos ejercerán sobre Calderón. Para ellos habrá llegado el momento de cobrar algunas facturas políticas pendientes del verano del 2006
Jorge Zepeda Patterson, El Universal, 9 de septiembre.

La apresurada instalación, el viernes pasado, del Grupo Plural para la Revisión de la Legislación en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión, no fue obra de la casualidad. Se sabe ahora que la reunión en el Senado para erigir ese grupo ni siquiera estaba en agenda. Nos cuentan que los coordinadores del PAN, Santiago Creel —actual presidente del Senado—; del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y del PRD, Carlos Navarrete, acordaron juntos, en una comida el jueves, es decir, apenas un día antes, relanzar los trabajos hacia una nueva Ley de Medios, con nuevas reglas para las licitaciones, entre otras. Por dos horas hablaron sobre la reacción virulenta que desató en las televisoras el proyecto de reforma electoral que prohíbe a los partidos la contratación con fines proselitistas de espacios comerciales en radio y televisión. La decisión se tomó luego de denuncias de presiones de las televisoras. Creel, Beltrones y Navarrete hicieron equipo y acordaron convocar para instalar ese grupo plural. Así de rápido
“Bajo Reserva”, El Universal, 9 de septiembre.

Los senadores desempolvaron la Ley de Medios no para usarla de “garrote”, sino para abrir espacios de negociación.
Ya se sabe (EL UNIVERSAL, Bajo Reserva, 09/09/07) que, ante la presión descomunal del poder mediático lanzado contra la reforma electoral, los tres principales partidos políticos representados en el Senado de la República —PAN, PRD y PRI— reaccionaron con un “as bajo la manga”, al acelerar la discusión de la llamada Ley de Medios, que tarde o temprano sustituirá a la malograda ley Televisa.
Una respuesta política que, más que inteligente, parece “de librito”, pero que aun así fue vista por no pocos como una reacción de fuerza por parte del Congreso frente a las poderosas televisoras. Pero lo que está en juego tanto en la reforma electoral como en la Ley de Medios —no sólo el dinero que emplean los partidos en propaganda electoral, casi 3 mil millones de pesos, sino la influencia misma del poder mediático frente al poder público— acepta mucho más que una lectura lineal como ésa, y hasta abre la puerta para la hipótesis de una negociación forzada —entre el Congreso y las televisoras— para impulsar un intercambio de intereses
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 10 de septiembre.

Los coordinadores de los grupos parlamentarios del PAN, Santiago Creel; del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y del PRD, Carlos Navarrete, siguen puestos en no dejarse presionar por el poder de la televisión. Por ese motivo, el Senado avanzará en el debate de la Ley de Medios con una idea adicional: abrir los espacios a otras cadenas de televisión, incluso con capital extranjero. Ya se verá cómo escala el pleito en el curso de la semana, que será crucial para la aprobación de la reforma electoral, nos dicen. En este contexto, las comisiones unidas de Gobernación, Puntos Constitucionales, Estudios Legislativos y Radio y Televisión sesionan hoy con el propósito de aprobar el dictamen de la modificación constitucional. La reforma electoral, nos dicen, pretende convertirse en un instrumento para que ni el dinero ni el poder de los medios se erijan en factores determinantes de la vida política nacional
“Bajo reserva”, El Universal, 10 de septiembre.

Manlio Fabio recordó que la reforma electoral de tercera generación atiende todas las dudas, las preocupaciones que constantemente se han planteado a través de los medios: "reduzcan las campañas políticas", estamos reduciéndolas; "reduzcan las precampañas", estamos reduciéndolas; "normen las precampañas", estamos normándolas; "reduzcan el costo de los partidos políticos", estamos reduciéndolo. Explicó que el costo de los partidos políticos con la nueva fórmula que se propone para la asignación de recursos, será de 200 millones de pesos menos por año; adicionalmente costarán menos del 70 por ciento las campañas ordinarias y menos del 50 por ciento las campañas presidenciales. Atendimos el reclamo de legislar para que no existan campañas sucias, contratadas por terceros, para limitar al poder económico de influir en la vida democrática del país, en quién deba ser el próximo presidente o los próximos legisladores.
¿No va a ceder a presiones de los medios, entonces? Le preguntan al Jefe de jefes. Y respondió: "Hemos tomado una decisión en beneficio del país, y no habrá presión o chantaje que pueda hacernos variar de opinión." Y advirtió: "No limitemos, no caigamos en la trampa mediática que a algunos les interesa, de tratar de reducir la reforma electoral al simple cambio de consejeros."
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 10 de septiembre.

Los senadores que operan la reforma electoral encontraron un punto flaco en el tema de los tiempos que deben usar los partidos políticos en los medios de comunicación. Por supuesto, los legisladores trabajan para corregir los detalles y evitar amparos de los concesionarios de la radio y la televisión a la reforma electoral, nos explican. El asunto a enmendar se refiere a los tiempos a los que tienen derecho los partidos políticos para transmitir sus mensajes. Ahí existe ambigüedad legal en materia de los tiempos fiscales y otros conceptos, que fueron diseñados justo para generar confusión en favor de los medios. De tal forma que en las próximas horas habrá ajustes para la reforma electoral sin restricciones adicionales, como les hubiera gustado a los señores de la televisión, nos comentan
“Bajo reserva”, El Universal, 10 de septiembre.

La parte operacional y altamente mediática fue la de la remoción de los consejeros. Beltrones le dijo sí a la propuesta de Creel sobre su ex asesora Casar, y tejió una alianza con el PRD, a través de su coordinador en el Senado, Carlos Navarrete, para descabezar al IFE. Lo primero fue generar una división hacia el interior del consejo. El senador Arturo Núñez, a quien encomendó el PRD la negociación de la reforma electoral, le dio una zanahoria al consejero Rodrigo Morales: una vez destituido el consejo, él sería el director del nuevo Registro Federal de Electores. Morales declaró entonces que si su renuncia al IFE contribuía a la democracia, él se sacrificaría. Marco Gómez, el consejero propuesto por el Partido Verde, dijo también estar dispuesto a renunciar: a cambio, negoció con los partidos, su coordinador de asesores, José Melo, sería consejero
Núñez también preparó la llegada de un protegido suyo, Marco Baños, que fue director de Capacitación Electoral del IFE, como secretario ejecutivo del órgano. Los tres partidos mayoritarios, inclusive, comenzaron a circular entre ellos una lista de 20 nombres de futuros consejeros, aunque en el fondo, el PRI jugaba con el PRD y con Creel. Baños fue socio de María del Carmen Alanís, actual presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cercanos al consejero Morales y sobre todo a Jorge Alcocer, principal autor de la reforma electoral. Beltrones y el líder del PRI en la Cámara, Emilio Gamboa, quieren que él sea el consejero presidente del IFE, aunque hay una disposición que por haber sido presidente de un partido, no podría serlo hasta después de octubre de 2008
Raymundo Riva Palacio, “Estrictamente personal”, El Universal, 10 de septiembre.

Que ellos mismos, Creel, Navarrete y Beltrones, tienen ambiciones de poder —alguno de ellos incluso presidenciales—, más allá de su cargo actual en el Senado; que pertenecen a partidos políticos cuya esencia y fin es el poder y el ejercicio de los cargos públicos, y que una cosa son los procesos electorales y la construcción de los centros de poder y cargos públicos, y otra cosa muy distinta es el ejercicio del poder y de esos cargos públicos. Cuando en el Senado se limita o prohíbe la participación de los poderes fácticos en los procesos electorales, y cuando presuntamente se amenaza al poder de las televisoras y la radio con la Ley de Medios, en realidad sólo se pretende contener a una parte de ese poder. ¿Por qué?
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 10 de septiembre.

Dicen en la Cámara de Diputados que están viviendo “días de chingadazos”. Así, tal cual… bueno, pues la cosa amenaza con ponerse peor. Y es que ahora —súbitamente— se decidió (el jueves en una comida) reabrir el tema de la Ley de Medios.
De por sí los concesionarios de tele y radio ya estaban “como agua para chocolate” porque la reforma electoral plantea que se queden sin la jugosísima entrada de spots en tiempos de elecciones.
Son increíbles las declaraciones de Santiago Creel al respecto de la petición de la CIRT de que escuchen sus argumentos en contra de lo que es una reforma electoral que no les conviene a ellos: que sí los escucharán, claro, pero que no harán nada. ¿Y entonces, para qué los escuchan?
Pero han decidido que también es momento para —ahora sí— intentar hacer una nueva Ley de Medios después de que la Suprema Corte echó para atrás la famosa Ley Televisa. Manuel Bartlett, cual porrista, ya instó a los legisladores a armarse bien para la batalla contra la televisora: no ceder y pensar en la patria para no ser “títeres”. Todo con lenguaje bartlettiano, aclaro.
¿Será este el mejor momento? O bueno, ¿puede haber un momento bueno para legislar —y acotar— el poder de las grandes televisoras? Seguro no.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 10 de septiembre.

Los coordinadores del Senado, Santiago Creel, Manlio Fabio Beltrones y Carlos Navarrete dicen que tienen un pacto firmado para aprobar la reforma electoral que lleva cambio de consejeros del IFE y acaba con el dinero para que los partidos compren tiempos de TV. Después de una semana de presiones externas, el tema se puede votar mañana…
Juan Arvizu, “Vitral Político”, El Gráfico, 10 de septiembre.

La nueva reforma —en el fondo un intento de regresar a la época del viejo sistema que manipulaba elecciones— ha tenido un efecto mágico: revivió cadáveres, limpió deshonras y alentó causas que parecían perdidas. De los sótanos salen nuestros adalides que creen que basta con decirse demócrata para serlo. Son los mismos de siempre, negros por dentro, falsos por fuera.
Allí está Santiago Creel, creyendo que, si no se pudo en 2006, podría llegar a Los Pinos dentro de cinco años. Por eso ya prepara el terreno. Movido por la codicia, apunta los misiles contra su viejo aliado: el poder televisivo, creyendo que así podrá borrar su historia negra cuando, desde Gobernación, regalaba permisos para casas de apuestas, con tal de asegurar su sobrevivencia en la pantalla y así obtener la candidatura panista a la Presidencia.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 10 de septiembre.

HAY QUIEN DICE que los diputados y senadores deberían aprenderse ese dicho ranchero que reza: "lo que está claro, no puede estar oscuro".
Y ES QUE en el proyecto de dictamen de reformas constitucionales en materia electoral -que está en vías de ser aprobado-, se prohíbe que los partidos políticos puedan contratar por sí mismos, o a través de terceras personas, "tiempos en radio y televisión".
LO QUE no aclaran en el proyecto de dictamen, que ya empezó a circular y que prendió la guerra de las televisoras, es si esa prohibición incluye también las transmisiones por televisión por cable, o cualquier otro medio electrónico actual, o que se desarrolle en el futuro.
ASÍ QUE para que no haya asegunes, bien cabría la aclaración, no vaya a ser que el asunto se tenga que resolver después de laaaaargos litigios.
PORQUE ya se sabe que los abogados se pintan solos para hacer un camote con las leyes que dejan lugar a dudas en su interpretación.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 10 de septiembre.

Que el presidente del Senado, Santiago Creel, aseguró que el ahorro que se alcanzará con la reforma electoral en ciernes no tiene precedente.
El panista calculó que una vez que se deje de pagar la promoción en radio y tv, el ahorro en las elecciones federales de 2009 será de 2 mil millones de pesos, y de mil 300 millones en las de 2012.
A esos 3 mil 300 millones se sumará un ahorro de unos mil 500 millones en el financiamiento ordinario a los partidos entre 2008 y 2012, lo que llevaría la cifra a un total de 4 mil 800 millones.
Ese dinero, dijo Creel, se “va a ir a las cuestiones de carácter social; no a los partidos, no al IFE, sino a la bolsa de programas sociales”. ¿Será?
“Trascendió, Milenio”, 11 de septiembre.

La mañana de ayer todo estaba dicho sobre las reformas a la ley electoral, las tres principales fuerzas políticas habían acordado el escalonamiento en la salida del Consejo Electoral del IFE y aceptaron reunirse con los concesionarios de la radio y la televisión, pero la decisión ya la habían tomado. “Sólo les permitieron el derecho del pataleo”, una audiencia para que reclamaran que nos les quitaran los millonarios presupuestos.
Los legisladores, nos precisan, han sentido las presiones y amenazas de las dos cadenas de televisión. Por eso nos confirman que los tres coordinadores parlamentarios se negaron a asistir anoche al programa Contrapunto, que dirige Denise Eugenia Dresser. En el equipo de Manlio Fabio Beltrones simplemente nos aclaran que el senador no confirmó su participación, que lo haría una vez aprobada la reforma electoral. Santiago Creel y Carlos Navarrete tampoco aceptaron la invitación.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 12 de septiembre.

Carlos Navarrete, un tanto eufórico, nos comentaba que “son tiempos diferentes, atrás quedaron aquellos en donde los diputados o senadores pedían que los empresarios de las comunicaciones les dieran audiencia. Ahora los integrantes de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión, acuden al Legislativo para dar su opinión sobre los cambios a una ley”.
E insistió en señalar dentro del salón de plenos: “Todo está aprobado, van a hablar 5 representantes de los radiodifusores y otros tantos legisladores”, después se ampliaría la discusión en donde los primeros hicieron todo tipo de reclamos, incluso algunos en forma grosera. Los senadores sólo los dejaron hablar porque el dictamen estaba terminado, sería aprobado y presentado hoy al pleno cameral.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 12 de septiembre.

Pablo Gómez fue puntual al señalarles que los diputados y senadores son representantes populares, a pesar de que los industriales pretendan negarles esta calificación. “El Congreso de la Unión representa al pueblo, aunque les pese”.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 12 de septiembre.

Los perredistas estaban eufóricos: tenemos razones, dice Graco Ramírez, hay amplios consensos, están bien trabajados y anoche fue sometido al pleno en primera lectura. Hubo algunos legisladores, como Alejandro Zapata, que demandaron a sus compañeros que ampliaran los tiempos de discusión para llegar a consensos más grandes. A esto se sumó el legislador por el Verde, Manuel Velasco.
El tabasqueño dice que 128 senadores tuvieron el documento: “Vamos a votar en conciencia. Así está decidido, la iniciativa también la conocen muchos diputados. Saben de qué se trata”. Algunos empleados de las televisoras lo negaban. Entre los senadores había soberbia y la justificaban señalando que por fin le ganan un punto a Televisa.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 12 de septiembre.

El escenario quedó perfectamente adecuado para que Pablo Gómez les encajara a los radiodifusores una contundente lección de derecho constitucional pero, sobre todo, de claridad política. Cuando los invitó a que se preguntaran por qué fuerzas tan distintas como PAN, PRI y PRD se ponen de acuerdo para impulsar una reforma que acota el hasta ahora desmedido poder de los medios respecto de la política, ese senador perredista les hizo a los patrones mediáticos un inestimable obsequio. Pero no será sencillo que, tras un ejercicio de poder atrabiliario tan sostenido como impune, los dueños y directivos mediáticos hagan ese ejercicio de conciencia al que Gómez los convocó.
Raúl Trejo Delarbre, “Sociedad y poder”, Crónica, 12 de septiembre.

El fantasma de Hugo Chávez se paseó ayer por la reforma del Estado en el Senado cuando el senador perredista Pablo Gómez amenazó a los medios electrónicos con revisar los títulos de concesión a televisoras y radiodifusoras si seguían con sus críticas a la reforma electoral.
Pero también el espectro de la intolerancia política se asentó en los grupos dominantes del Senado cuando las comisiones encargadas de la reforma electoral escucharon durante más de cuatro horas las objeciones de los concesionarios pero se negaron a cambiarle una coma siquiera al dictamen final de las reformas.
Y la reunión de senadores con concesionarios electrónicos desfondó la iniciativa de reforma electoral. Senadores de Convergencia y el Partido Verde e inclusive el senador priista Jorge Mendoza utilizaron sus tiempos en el debate para criticar la secrecía en el diseño de la reforma y el reparto del pastel entre los tres partidos grandes: PRI, PAN y PRD. Por tanto, la reforma mostró su falta de negociación abierta y plural.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 12 de septiembre.

Lo más significativo fue el tono amenazante del senador Gómez. Pero no debería de extrañar. Como dirigente del Partido Comunista Mexicano, Pablo Gómez utilizó un mitin de octubre de 1982 para exigir la expropiación del consorcio Televisa como parte de la agenda de la izquierda. Los concesionarios de la radio y la televisión fueron tratados ayer como explotadores de un tiempo propiedad del Estado, aunque ellos se defendieron con el argumento de que pagan sus impuestos con el producto de la comercialización de las ondas.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 12 de septiembre.

Mientras eso ocurría en la Torre del Caballito, el presidente del Senado, Santiago Creel, y los coordinadores parlamentarios del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y del PRD, Carlos Navarrete, afinaban los acuerdos finales para sacar adelante la reforma electoral, con la guillotina para el presidente consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde. Los asesores de los legisladores presumían por la noche que sus jefes “cumplieron su palabra”.
Desde luego, hubo mucho movimiento en otros sectores por el tema de la reforma electoral. Lo curioso es que el organismo empresarial que estuvo en el centro del debate en las elecciones presidenciales de 2006, acusado de intromisión en el proceso, utiliza los mismos argumentos que los consejeros del IFE para desacreditar la propuesta de modificaciones para la celebración de las elecciones
“Bajo reserva”, El Universal, 12 de septiembre.

Hace poco más de un año, la ley Televisa hermanó a los diputados de todos los partidos con uno de los más importantes poderes fácticos, los barones de la radio y la televisión. Y en sólo siete minutos aprobaron dicha reforma, sin siquiera leerla, según confió luego el entonces diputado Pablo Gómez.
Ayer, en un inédito de la vida política mexicana, los otrora hermanos de conveniencias mutuas aparecieron como enemigos y se enfrentaron en una discusión a veces fuerte, intensa, pero que en realidad no fue más que una grosera tomada de pelo a los señores de la televisión y la radio, una suerte de cobro de facturas. O si se quiere, una venganza.
Y es que mientras que discutían los representantes de la radio y la televisión con senadores de las comisiones involucradas en la reforma electoral, y en donde casi a ruegos los concesionarios pedían tiempo y un análisis más a fondo de la reforma —debate difundido en una sui géneris “cadena nacional” ordenada por concesionarios de radio y televisión—, el Senado de la República difundía el texto final del dictamen de dicha reforma, que hoy entrará a primera lectura al pleno del Senado y hasta podría ser aprobado.
Es decir, el espectáculo que quiso ser de fuerza —y que presentó a los pesos pesados de cada uno de los bandos— no fue más que la exhibición pública del músculo de los senadores, de saber “quién manda” en los nuevos tiempos políticos mexicanos: la insultante “partidocracia”. Y en efecto, hasta la noche de ayer no se había aprobado el dictamen, pero la realidad es que nadie tomó en cuenta los gritos y sombrerazos de los concesionarios de la radio y la televisión.
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 12 de septiembre.

Lo curioso del caso es que contra lo ocurrido con la ley Televisa, en esta ocasión se hermanaron casi todos los otrora arrogantes medios electrónicos para enfrentar a los otrora sumisos legisladores —Pablo Gómez, el que no leyó la ley Televisa, incluso se aventó la puntada de sugerir que era tal el rechazo a la radio y la televisión en materia electoral, que ese fue el factor clave para unificar el agua y el aceite, al PAN, PRI y PRD—, en tanto que arropados como verdaderos “hombrecitos”, los legisladores del poderoso tripartidismo quisieron aparecer como “salvadores de la patria”.
Cuando los concesionarios preguntaban y repreguntaban a los senadores, cuando hablaban de las fealdades de la reforma —porque ya ni se acordaron del IFE y de su Consejo General—, en el dictamen final se confirmaba que el presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, había sido guillotinado y casi se le puso fecha a su salida —en dos o tres meses, según la ruta legislativa de la reforma—, la primera guillotina de un acuerdo que echará a casi todos los actuales consejeros para los meses previos a 2008.
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 12 de septiembre.

Mis respetos para Monreal. ¿Cómo le hizo para aprovechar la cadena nacional privada y acabar, en un discurso hilado, atacando la Ley del ISSSTE y autopromocionándose como un pobrecito senador sin partido?
Paradojas. ¿Quiénes se vieron de lo más mesurado? Los senadores de Convergencia y del PVEM. Con buenas razones, sí… pero también porque ellos no salen beneficiados con tantos espacios en medios. ¿Es una verdadera lucha por los derechos de las minorías a ser escuchados?
Jorge Mendoza fue el único que ganó aplausos de un bando y otro. Mesurado llamó a esperar mayores acuerdos
Y esa es, por ahora, la gran pregunta: ¿Lo harán los senadores? ¿Privilegiarán echar mano del acuerdo que tienen hoy y pasar los muchos —sin duda— temas pendientes para lueguito? ¿Se aprobó ayer el dictamen y se votará fast track? No lo sé hasta donde esto escribo.
Lo que sí sé es que la discusión seguirá: aún si se aprobara en el Senado, tiene que ir a la Cámara de Diputados y de ahí a los Congresos locales. Tardará.
De lo que sí hubo absoluto consenso es en darle cuello al actual IFE, de manera escalonada. La única en mencionar el tema que provocó tantas olas en los pasados días fue María de los Ángeles Moreno, de pasada… y casi pasó desapercibido
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 12 de septiembre.

Los legisladores defendieron su producto, dijeron que no habrá censura, porque un artículo del dictamen señalaba que nadie podría contratar mensajes que pudieran afectar la imagen de algún candidato, lo que alentó las protestas por un intento inquisitorial. Por la noche, luego del encuentro, los senadores aprobaron el dictamen sin responder a pregunta alguna, como aquella de por qué los partidos gastarán más dinero diario en las campañas de 2012 que en las de 2006
“Binoculares”, El Gráfico, 12 de septiembre.

La ciudadanía en general atestigua un duelo de dos poderes formidables: uno de corte fáctico —los consorcios mediáticos— y otro de índole formal —el Congreso—. Los primeros intentan echar abajo la parte de la reforma electoral que afecta directamente a sus intereses: la prohibición de que partidos y particulares compren espacio publicitario-electoral. El Congreso impulsa dicha reforma (aunque con fuertes divisiones internas). Una pugna de titanes: la mediocracia contra la partidocracia, en detrimento de la democracia (donde, en teoría, los intereses de los ciudadanos son más importantes que las ambiciones de los partidos y de los medios, respectivamente). Los medios cuentan con mayor credibilidad, de acuerdo con las encuestas que miden esa variable y, desde luego, con mayor capacidad de incidir sobre la opinión pública. En cambio, los legisladores y los partidos políticos ocupan los últimos lugares en ese rubro, aunque gozan de una auténtica representatividad política (mermada, distorsionada, incompleta, pero real). El Congreso es objeto de frecuentes ataques (muchas veces bien ganados). Mientras Andrés López Obrador lo llama "un peligro" (para México), otros lo consideran, por razones distintas, como una especie de "Hugo Chávez colectivo", y muchos ciudadanos lo cuestionan por promover la partidocracia
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 12 de septiembre.

Enfrente hacían también causa común legisladores panistas, perredistas y priistas. Las tres grandes fuerzas apadrinan la reforma electoral, que regresará a la academia a Luis Carlos Ugalde y enviará al desempleo a otros cinco consejeros electorales. Un denominador común en las intervenciones de los legisladores: no se tocará la libertad de expresión.
La Chiquillada (PVEM, Convergencia, PT) se desvinculaba de los grandes que los quieren dejar casi fuera en la distribución de los tiempos oficiales, con la máxima de que a cada quien según su tamaño.
En tonos distintos, los concesionarios alineaban sus quejas y demandas. No faltó quien hablara de "expropiación" de tiempos no oficiales o de que los partidos tienen tomado al país. Pedían más tiempo para debatir la iniciativa. En el otro lado, no faltaron las respuestas. Se trata, dijeron, de reducir el poder del dinero en las decisiones electorales y en esto sí "ni un paso atrás".
A las once de la noche, la reforma estaba aprobada en comisiones "en lo general".
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 12 de septiembre.

Día de terroristas, lo confirmamos ayer, después de escuchar los "argumentos" ofrecidos, en cadena nacional, por los senadores del PRI, del PAN y del PRD, para defender su supuesta "reforma electoral". No es una reforma electoral, dado que no contempla (como lo hemos dicho hasta el cansancio en este mismo espacio) ni reelección, ni segunda vuelta, ni calendario electoral, ni candidaturas independientes, ni transparencia en los partidos políticos, ni la eliminación de las plurinominales, ni ninguno de los temas verdaderamente centrales de cualquier reforma electoral que tuviera como propósito real hacer de ésta una democracia más eficaz en su funcionamiento. No: el 11 de septiembre, los senadores de los tres principales partidos políticos, cual terroristas de la república de las bananas, pilotearon sus aviones hasta las dos torres de nuestra democracia: la autonomía del IFE y la libertad mediática que se habían logrado construir en los últimos 30 años
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 12 de septiembre.

Los tres principales partidos políticos están haciendo, entre los tres, lo que Hugo Chávez hizo solito en Venezuela… Aquí, la pura sangre antidemocrática que corre por la sangre de todos estos legisladores (que vienen del México de las cavernas hegemónicas) ha bastado para golpear, como terroristas —en este otro 11 de septiembre—, los únicos dos verdaderos pilares de nuestra democracia: la autonomía del IFE y la libertad de expresión de la que gozamos en los medios. ¡Qué asco de políticos tenemos! (Y aunque me acusen de "criminal electoral", les advierto que no me callarán la boca).
Yuriria Sierra, “Nudo Gordiano”, Excélsior, 12 de septiembre.

El insano afán de políticos como Manlio Fabio Beltrones les lleva a mentir descaradamente. Dicen que el fondo de la reforma electoral es disminuir el costo de las campañas, cuando en realidad lo único que buscan es quedarse con más dinero para los partidos. Recortan el tiempo de la campaña pero no el financiamiento que los ciudadanos dan a los partidos.
Cualquiera que se oponga a este agandalle se convierte en un enemigo y representante de los "poderes fácticos". Dicen que el IFE no es confiable cuando quienes no tienen confianza de la población son ellos. Si no fuera confiable deberían recurrir a un juicio político o dejar sus curules, ya que la elección no habría sido válida.
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 12 de septiembre.

Como los medios de comunicación optaron por dar voz a la sociedad y no dejarse coptar por los partidos políticos, se convirtieron en sus enemigos. En su intento de agandalle quieren establecer normas de censura al más puro estilo de Hugo Chávez, que llegarían al extremo de prohibir la emisión de opiniones bajo el riesgo de ser sacados del aire.
Inventaron que la decisión de los medios de comunicación de proteger la democracia sólo se da por interés económico. Sólo 8% de los gastos de los partidos políticos se destina a publicidad en medios de comunicación.
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 12 de septiembre.

La interrelación comercial, de promoción individual, oportunidades de lucimiento, dependencia económica que los aguerridos defensores tienen con los dueños y estrategas de los medios es evidente, profunda, totalizadora en varios de los casos notorios. No se tuvo el menor prurito para lanzarse al ruedo de los desplegados, las descalificaciones y las argumentaciones retorcidas.
Esta semana quedará escrita parte de una historia que puede ser trascendente para la vida organizada del país, para la sanidad de la política, para las imágenes personales de ciertos legisladores que han aguantado las andanadas y hasta tienen arrestos para responder a los retos que les arriman sus críticos interesados.
Luis Linares Zapata, La Jornada, 12 de septiembre.

Cayó por su propio peso aquella baladronada que Santiago Creel, Carlos Navarrete y Manlio Fabio Beltrones difundieron, que la “telecracia” atacaba la reforma electoral que armaron “en lo oscurito” por temor a perder los billetes de las campañas políticas en medios electrónicos. Pero la CIRT completa, que preside Enrique Pereda, Televisa de Emilio Azcárraga y TV Azteca de Ricardo Salinas, se deslindaron ayer en reunión con el Senado del dinero en spots de políticos.
Sin embargo, aunque el Senado reculó de la peregrina prohibición de “difundir mensajes en radio y televisión susceptibles de influir en las preferencias electorales de los ciudadanos”, se percibió un ánimo de desquite entre varios legisladores con el relanzamiento de la Ley de Medios —con el aplauso abierto de Manuel Bartlett— para revisar el régimen de concesiones y permisos, cómo Pablo Gómez que usa el tramposo argumento de que los medios “pagan pocos impuestos”, cuando en realidad la contraprestación de tiempos oficiales se agrega al pago corriente de IVA e ISR.
Aunque en la reunión con la CIRT los senadores fueron vehementes defensores de la libertad de expresión, no cedieron en su pretensión de hacer de las campañas un descafeinado intercambio de discursos, monólogo de monos, en uso de los tiempos oficiales y abuso de los ratings de los medios electrónicos.
Mauricio Flores, “Gente detrás del dinero”, Milenio, 12 de septiembre.

Pablo Gómez lo dijo, burlón, como una razón:
¿No se preguntan por qué nos pusimos de acuerdo los tres?
O sea, que PRD, PAN y PRI no coinciden en casi nada, en esto sí.
Tuvo que decir Gómez que sólo son unánimes para aumentarse el elevado sueldo, y por encaramarse en el poder.
Volverán a pelearse en las leyes que urgen al país.
Y se unirán al saber que hace mucho que les perdimos la credibilidad.
Pepe Grillo, Crónica, 13 de septiembre.

Por cierto, que entre diputados y senadores se hablaba bien de la intervención del perredista Pablo Gómez ante los empresarios y los comentaristas de radio y televisión. Y Murillo Karam, nos insistía en señalar que él, representa al pueblo, y por lo mismo no está dispuesto a que le doblen las corvas. Tampoco lo lograrán con los congresos locales, el solo hecho de mencionar una situación de ese tipo sería terrible.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 13 de septiembre.

Anteayer Pablo Gómez tuvo sus cinco minutos de fama warholiana y se sacó la espina de las burradas cometidas en su pretérito inmediato por seguir las órdenes de su cacique. Aunque los medios defienden el dinero y están aterrados por las verdaderas reformas a la ley a modo frenada por los magistrados, es un hecho que este escenario podría convertirlos, ahora sí, en aliados coyunturales de una sociedad que se jactan de defender a la menor provocación.
Aunque a veces ni ellos mismos se lo crean.
David Gutiérrez Fuentes, “Perro Mundo”, Crónica, 13 de septiembre.

Desafiados por las televisoras, los senadores manifestaron una cohesión jamás vista al menos en los años recientes. Con alusiones a la entereza de Belisario Domínguez invocada por el perredista Carlos Navarrete o recordatorios del panista Santiago Creel y el priista Manlio Fabio Beltrones al poder fáctico de los consorcios comunicacionales, la sesión de anoche en Xicoténcatl se convirtió en enfática respuesta del poder político a las bravatas de la mediocracia.
Horas antes, los jeques del poder mediático, ahora acompañados por algunos jeques empresariales, habían reiterado y profundizado sus reproches contra los legisladores. Igual que el día anterior, les sobró retórica y les faltaron argumentos. El presidente de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT) advirtió que, de aprobarse, la reforma constitucional “acotaría la libertad de expresión”. El presidente de la Concamin denunció que “los legisladores están agarrando de rehén a este país”. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial consideró “inaceptable que se pretenda privar a la sociedad de la posibilidad de expresar libremente sus puntos de vista”. Y dos voceros de TV Azteca exigieron posponer la aprobación de esa reforma.
Raúl Trejo Delarbre, “Sociedad y poder”, Crónica, 13 de septiembre.

Y el guanajuatense, Francisco Arroyo, nos comenta que la sesión la pasaron para la tarde de ayer, debido a que las tres fuerzas políticas querían “subir a los chiquitos a la victoria”, refiriéndose a partidos minoritarios que mostraban inconformidad o que buscan elevar su negociación.
Pero Jesús Murillo Karam, como presidente de la Comisión de Gobernación del Senado, nos comentaba que ninguna presión los hará cambiar de opinión, hagan lo que hagan los medios electrónicos para evitar la aprobación de la reforma, de nada servirá aunque insistan en que defienden la libertad de expresión, porque ésta, está garantizada.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 13 de septiembre.

Pero con la misma pizca de sensatez y honestidad intelectual debemos ver el otro extremo, a los partidos políticos. ¿Quién les cree —cuando hablan de libertad de expresión, de democracia, de transparencia— a los señores Ricardo García Cervantes, del PAN; Pablo Gómez, del PRD; y Jesús Murillo Karam, del PRI, por citar sólo a representantes de los tres grandes partidos? ¿Acaso ya se nos olvidó que García Cervantes fue subsecretario de Gobernación, en los tiempos de Santiago Creel como titular de esa dependencia? ¿Acaso no tiene responsabilidad —por omisión o comisión— en la alianza que hizo posible la ley Televisa, el “decretazo” y la entrega de permisos para casas de juego? ¿Acaso no fue un censor de los críticos de Santiago Creel?
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 13 de septiembre.

El señor Pablo Gómez es otro caso. ¿O es que ya se nos olvidó que en su calidad de diputado federal y jefe de los diputados del PRD en la pasada Legislatura aceptó sin chistar la negociación con las grandes televisoras para aprobar la ley Televisa en siete minutos, a cambio de que los poderes mediáticos le abrieran sus pantallas y micrófonos al candidato presidencial de su partido?
¿Acaso ya se nos olvidó que el responsable del problema que hoy tiene metida a la democracia electoral en un serio retroceso fue el señor Pablo Gómez, que en 2003, también como diputado federal, quiso reelegir a un consejero del IFE aliado a su causa y llevarlo como presidente? El señor Pablo Gómez, el brillante defensor de las libertades básicas, de la democracia y de las facultades del Congreso, fue el responsable de que el IFE se integrara como quedó actualmente, sólo con el aval del PRI y el PAN. Y ni en ese caso, y menos en el de la aprobación de la ley Televisa, tuvo el valor de hablar de democracia, de libertades, de legalidad y menos de las facultades del Congreso. Y conste que se trata de uno de los próceres de la izquierda mexicana
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 13 de septiembre.

Pero falta el PRI. ¿Quién les puede creer a los señores del PRI, a Jesús Murillo, cuando hablan de democracia y libertad de expresión, si su partido, historia y práctica política han sido contrarios a esos valores y libertades? Los caciques del PRI, los maestros de la antidemocracia, los que hicieron de la censura y el ocultamiento todo un arte, hoy se dicen paladines de la democracia y la libertad de expresión. No, presenciamos una lucha de poder, en donde no hay buenos o malos, porque las dos fuerzas están del mismo lado, en la lucha por el poder, y la democracia y la libertad de expresión les importan un cacahuate. Les importa el poder. Lo demás es circo, demagogia
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 13 de septiembre.

Bastaba oír en la torre del Caballito el tono de varios radiodifusores, desde Rogerio Azcárraga, hasta Francisco Ibarra o los Aguirre, además de los directivos de Televisa y TV Azteca, para saber que la influyente CIRT no se quedará con los brazos cruzados; están en pie de guerra, salieron molestos del Senado porque los senadores les jugaron el dedo, y sin duda seguirán moviendo sus piezas.
Toda esa presión llegó ayer directa a Los Pinos y a Gobernación, a donde varios radiodifusores estuvieron comunicándose a lo largo del día para saber la posición del Presidente sobre este tema. Convenientemente, Calderón se encontraba en el aire, de regreso de su viaje a la India.
Por eso, el PAN pidió en el Senado acelerar la aprobación; querían que todo quedara listo antes de que volviera Calderón. “No queremos que se vayan a presionarlo a él, así es que apuremos esto”, pidió el principal negociador panista en la mesa de los acuerdos
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 13 de septiembre.

Cuando Santiago Creel habla de la “perversa relación entre medios y políticos” hay que creerle. ¿Cuántos millones se gastó en medios, cuántos permisos y concesiones autorizó cuando quería ser candidato presidencial?.. Han pasado tres días desde el mayor acto de sabotaje ejecutado por una guerrilla en México. Los daños de los bombazos del EPR a ductos de Pemex han puesto en jaque a mil empresas de todo el país que han tenido que parar o disminuir su producción y las pérdidas ya se calculan en cientos de millones de dólares. ¿Y qué ha hecho el gobierno hasta ahora, además de sus “condenas enérgicas” a la violencia?
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 13 de septiembre.

Partidos políticos de ideología contraria, pero unidos en la causa, escuchaban los argumentos de representantes de los medios, teniendo entre el público a Javier y Joaquín afables y con optimismo de aficionado futbolero. Nada más faltaron las risas como efecto de fondo después de cada intervención. El debate nacional sobre la reforma electoral convertido, a través de la edición, en defensa de un negocio lícito pero ambicioso, el negocio de la publicidad política.
Porque esos espacios que se defienden con el argumento de la libertad de expresión no son los de la transmisión de programas de debate o noticieros, son los de los anuncios comerciales, esos donde ahora impunemente se puede anunciar sustancias para perder 10 kilos en 5 días y ofrecer potencia juvenil a los andropáusicos
Lila Merodio, “Estamos de acuerdo”, El Gráfico, 13 de septiembre.

La mejor demostración del interés de los legisladores sobre las posiciones de los comunicadores con respecto a la reforma electoral la tuvimos el martes: luego de cuatro horas de un debate que terminó siendo muy ríspido, con un grupo de senadores francamente alejados de la realidad (¿cuánto hace que no están en la calle; que no hablan con la gente; que no entienden el grado de desprestigio que, por esa soberbia, tiene el Poder Legislativo?; ¿cuánto hace que la mayoría de ellos saltan de curul en curul, siempre como plurinominales, o sea, puestos por sus partidos, no por el electorado?). Los senadores se tomaron un respiro de una hora para comer un poco de sushi en sus oficinas y pasaron a votar, sin tocarle una coma, el predictamen que ya tenían preparado. El debate con comunicadores duró más de cuatro horas, la votación se realizó en tres minutos y, al momento de escribir estas líneas, se llevaba al pleno del Senado para sacarla lo más rápidamente: no había posibilidad ni siquiera de tomarse unos días para analizar el dictamen con mayor detenimiento, como incluso algunos de los senadores lo propusieron. Era el mejor ejemplo de legislación al vapor
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 13 de septiembre.

Una de las preguntas que debemos hacernos es el porqué de tanta prisa. Algunos de quienes han participado en estas negociaciones nos dicen que la misma es necesaria porque, si no, se revientan, desde afuera, los acuerdos, como ha pasado en otras oportunidades. Puede ser, pero lo que no parece coherente es el engaño. Por ejemplo, con respecto a la reforma electoral, apenas el viernes 31 de agosto platiqué en México Confidencial, por Cadena Tres, con los senadores Jesús Murillo Karam y Arturo Núñez, del PRI y el PRD, respectivamente, y al martes siguiente con el diputado Diódoro Carrasco, del PAN. Todos ellos participaron en la negociación de la reforma electoral. En ninguna de esas entrevistas, cuando se les preguntó cómo iban a manejar el tema de los medios en las campañas dijeron lo que apenas unos días después terminó plasmado en el predictamen. Tampoco lo incluyó el documento que distribuyó Manlio Fabio Beltrones el mismo viernes 31 con los acuerdos de la reforma electoral que esa misma tarde había presentado. El predictamen que a estas horas está a punto de ser aprobado en el Senado se dio a conocer con apenas unas horas de antelación a los grupos parlamentarios que tenían orden de votarlo sin discutirlo. Y así lo hicieron, por lo menos en primera instancia
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 13 de septiembre.

"El pueblo es el propietario de las concesiones de radio y televisión", dice, con cursi solemnidad, el senador perredista Pablo Gómez. Mentiroso. ¿Quiénes manejan a su antojo dichas concesiones? El poder político, entiéndase el Presidente de la República o senadores y diputados. Ellos son los verdaderos dueños y no los ciudadanos comunes y corrientes.
"Queremos darle la vuelta para que nadie diga que no tiene dinero para participar en política", dramatiza la priista María de los Ángeles Moreno. Mentirosa. Manipula y esconde una realidad ignorada en la nueva reforma electoral: que para ser candidato se necesita, por fuerza, pertenecer a algún partido. Y si no se llena ese requisito, simplemente que se olvide de sus aspiraciones.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 13 de septiembre.

"No hay revanchismos", juran los senadores. ¿Cómo no suponerlo cuando, de tajo, le arrebatan un ingreso económico importante a los medios electrónicos, que llega junto con las campañas electorales? ¿Dónde quedan las pequeñas y medianas radiodifusoras que sobreviven, en gran medida, con esos ingresos? ¿Por qué no buscar un justo medio? Muy simple: porque la tiranía partidista necesita hacer sentir su poder.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 13 de septiembre.

Este "embate externo" —así lo llaman los senadores— había hecho el milagrito de juntar a los adversarios en Xicoténcatl. Durante la sesión hubo escenas de camaradería entre panistas y perredistas. Vimos al legislador azul Federico Döring, a quien identifican como cabildero de las televisoras, ir hasta la curul del perredista Carlos Navarrete, para felicitarlo por su intervención.
Pero también a Ricardo Monreal, muy cercano a Andrés Manuel López Obrador, dar un fuerte abrazo a Santiago Creel, quien había osado decir que el fondo de la bronca con los concesionarios era el dinero. "Eres tan reaccionario, que nunca creí que te iba a felicitar. Es el mejor discurso que te he oído", le dijo el ex gobernador zacatecano. Monreal le contó después a Arturo Núñez que también le había dicho a Creel: "No cabe duda que todos llevamos un perredista dentro".
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 13 de septiembre.

Otro que arrancó un aplauso casi unánime (Convergencia y el PVEM se autoexcluyeron de la fiesta) fue el coordinador de la bancada del PRI, Manlio Fabio Beltrones. "Podrán doblar a más de un político, pero nunca al Estado", advirtió. El sonorense aseveró también que la reforma va a expulsar de las elecciones el dinero y su poder.
El Salón de Sesiones se electrizó con el discurso de Carlos Navarrete. El coordinador de los senadores del PRD llegó al punto de felicitar desde la tribuna a la bancada del PAN. "No es fácil, estando en el gobierno, enfrentar este reto. Lo entiendo muy bien. Los que gobiernan deben buscar muchos factores de equilibrio y, sin embargo, los senadores y senadoras del PAN han decidido avanzar con valentía y con entereza", admitió el perredista, en el discurso más aplaudido de su vida.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 13 de septiembre.

Las amenazas, que posiblemente ensayó ante el espejo Pablo Gómez viendo videos de Hugo Chávez, en contra de los miembros de la CIRT deben tener preocupadas a las empresas de telecomunicaciones, puesto que bajo el principio de que el espacio es propiedad de la nación, pues en una de esas obligan a las telefónicas a ceder llamadas o SMS para la propaganda política. También las líneas aéreas tendrían que ceder boletos y, en el extremo, como la tierra es propiedad última del Estado, pues entonces también los partidos podrían quedarse con parte de tu casa.
Para rematar, lo que pretenden ahora es coartar la libertad de expresión no sólo de periodistas sino, también, de cualquier ciudadano, puesto que se busca prohibir la libre expresión de las ideas y el acceso a los medios.
David Páramo, “Personajes de renombre, “Excélsior, 13 de septiembre.

El pleito entre conductores, concesionarios y legisladores en cadena nacional es, por principio de cuentas, una disputa por una parte de la renta. En los pasados comicios, los partidos destinaron casi 70 por ciento de los millonarios recursos que recibieron como prerrogativas por parte del Estado para financiar sus campañas, a la contratación de espacios en radio y televisión.
Pero, el pulso entre un poder fáctico y el Congreso de la Unión va más allá de una mera cuestión monetaria. La cruzada de los señores de los medios contra la partidocracia es, también y simultáneamente, una representación de la crisis y una muestra más de la crisis de representación que vivimos.
Luis Hernández Navarro, La Jornada, 13 de septiembre.

Convocados nada más por no dejar y cuando el proyecto de la primera estaba consumado, a los concesionarios y comunicadores de radio y televisión (que pudieron ya decir lo que quisieron), sólo les queda asimilar que se va rumbo a un cambio sustancial de régimen, y cruzar los dedos para que los diputados corrijan las chavianas imprecisiones de que está plagada la propuesta.
Más allá de la mediocridad y mezquindad que les ganó tanto desprestigio a partidos y políticos, en un Estado de Derecho el Poder Legislativo tiene la “representación social” y, quiérase o no, la facultad de legislar...
Carlos Marín, “El asalto a la razón”, Milenio, 13 de septiembre.

Si los señores legisladores fuesen congruentes, para impedir que los fondos públicos, que el dinero mancille los procesos políticos, la nueva ley electoral debería prohibir que se cuelguen mantas, pendones y carteles con las efigies de los candidatos a cuanto puesto de elección popular se presente; impedir, con la fuerza pública, que se repartan cachuchas y camisetas, tortas y refrescos en las reuniones de campaña. Que no pueda nadie alquilar un camión para el traslado de partidarios ni rentar un salón para una reunión política. Casi el paraíso.
Pero la ofensiva es contra los medios electrónicos, y apenas comienza, como ciertamente advirtió Pablo Gómez: siguen bastos. La reunión en el edificio del Caballito fue solamente una concesión a los comunicadores para que desfogaran su angustia: ya todo estaba planchadito y México se acerca peligrosamente al camino de la Venezuela bolivariana.
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, 13 de septiembre.

En la política no hay casualidades ni generación espontánea. Para la maniobra que los senadores dejaron la noche del martes bien aceitadita, se requiere una mente hábil y siniestra, con poder de convocatoria, capacidad y medios para operar en el mundo corrupto de la política mexicana. El omnipresente nombre de Carlos Salinas de Gortari anda rondando.
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, 13 de septiembre.

Pero también en el recinto de San Lázaro vimos desfilar a representantes de los radiodifusores, ahora su embestida será contra los coordinadores de los diputados, buscan detener la aprobación de las reformas electorales. No pudieron con los senadores. Fueron a solicitar ser recibidos, la petición fue girada al panista Héctor Larios.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 14 de septiembre.

Por cierto, nos aseguran que hay un diputado, Eduardo Sánchez Hernández, perfectamente identificado con las televisoras, algunos sostienen que es su empleado y éste presentó en febrero pasado una reforma constitucional en donde demandaba el despido de los consejeros electorales.
En la iniciativa, de la cual tengo una copia, pedía el “diputado Televisa”, como lo conocen, que había que “renovar en forma escalonada a los consejeros electorales, por única vez. Precisaba que la elección de consejero presidente y de los demás consejeros deberá realizarse en un plazo máximo de sesenta días contados a partir de la entrada en vigor de la reforma”.
Asimismo, en el proyecto que presentó en febrero pasado, aseguraba que el consejero presidente que resulte electo, durará en su encargo hasta noviembre del 2015. Esto llama la atención porque los empresarios electrónicos empezaron su guerra defendiendo a Luis Carlos Ugalde y demás consejeros…
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 14 de septiembre.

La prensa internacional ha comenzado a opinar sobre los alcances de la reforma electoral. En concreto, The New York Times le dedicó ayer un editorial titulado Hobbling Mexico's Democracy, donde cuestiona el papel de los legisladores y donde puntualiza: "Los partidos políticos en México están jugando con fuego, encubriendo una reforma para correr a los consejeros de un órgano autónomo, el IFE, incluyendo a su presidente Luis Carlos Ugalde". Indica que se trata nada más del árbitro de las elecciones cuando el IFE ha conferido legitimidad a un proceso electoral que durante mucho tiempo se manejó mal por el PRI. Y bueno, sin andarse por las ramas el rotativo puntualiza que "eliminar a los consejeros del IFE antes de su debida salida en 2010, burlaría la autonomía que supuestamente protegería al instituto y al sistema electoral mexicano de las actitudes impulsivas de sus políticos. También abriría las puertas para que el siguiente perdedor siga los mismos pasos".
Rogelio Varela, “Corporativo”; El Financiero, 14 de septiembre.

Según el editorial del The New York Times, los partidos políticos en México "están jugando con fuego", encubriendo una reforma para despedir a los consejeros de un órgano autónomo, el IFE, incluido su presidente Luis Carlos Ugalde. El árbitro de las elecciones en México confirió legitimidad a un proceso electoral que durante mucho tiempo se mal manejó por el PRI. El IFE cometió un error en el camino; no fue lo suficientemente fuerte para parar las campañas ilegales de grupos de negocios. Sin embargo el tribunal electoral determinó que las irregularidades no alteraron los resultados de la elección, agrega el editorial. Los dos partidos políticos perdedores, el PRD y el PRI, ahora quieren que Ugalde y su equipo salgan. Igual y no es sorpresa, pero tampoco es como debe de jugarse el juego de la democracia, advierte el editorial del rotativo estadounidense. Y recomienda: México podría hacer una sana discusión de lo que sucedió en las pasadas elecciones y asegurarse de que los hechos no se repitan. Pero correr a los consejeros sólo conseguiría dañar al frágil Instituto que ha probado ser indispensable para la frágil y joven democracia mexicana.
Los malosos sospechan, nada más sospechan, que el mencionado editorial se los hizo Luis Carlos.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 14 de septiembre.

—Lo cierto es que siempre es refrescante el ejercicio de la memoria. Recordarle a Santi Creel, por ejemplo, cuando él atacaba al Congreso que ahora defiende e impulsaba la “ley Televisa”. Por eso su “mea culpa”. Es genuino… mmm… en parte, pero también lo es su particular apuesta a futuro.
Aventuro algo. Ahí le va:
Creel —como otro wannabe presidencial desde ahorita, es decir, Manlio Fabio Beltrones— sabe que tiene que hacer algo así contra el status quo que evidentemente no los favorece ante otros candidatos que despuntan. Porque en su corazoncito no renuncian a tener la banda presidencial sobre su pecho.
Y claro, decidieron aventarse cual David contra Goliat. ¿Muy demócratas? Bueno, quizá sí, pero también por conveniencia. En fin, la vida está hecha de coyunturas. —En fin, contra todo, la reforma electoral va. Ayer las reformas fiscal y electoral, al mero estilo del martes de Domino’s Pizza (al 2x1), se discutieron en la Cámara de Diputados. —La papa caliente a está en manos de los habitantes de San Lázaro ahora, a donde también ya fueron los concesionarios de medios electrónicos, a fin de buscar que se hagan cambios al documento que les mandó el Senado. Buscan repetir la reunión que sostuvieron en la Torre del Caballito.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 14 de septiembre.

En el caso del PRI la lucha entre Manlio Fabio Beltrones, impulsor de estas reformas, y el gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto, es ya imposible de disimular. Las reformas adoptadas están destinadas, en buena medida, a fortalecer, a futuro, las estrategias y posibilidades de Beltrones, mientras que las prohibiciones, por la vía de medidas constitucionales para restringir la publicidad de los estados, afectará en forma directa a Peña. Lo mismo sucede con los capítulos, tan subjetivos que resulta imposible concebir cómo se aplicará la norma constitucional, relacionados con la publicidad negativa. Pero tampoco nos engañemos: en forma mucho más silenciosa, la que terminará fortaleciéndose probablemente más que el senador o el gobernador será la presidenta del partido, Beatriz Paredes, quien ahora contará con mayores recursos materiales y de medios y, si fortalece, como lo está haciendo, su relación con las dirigencias estatales, puede convertirse, aún más, en un factor de poder con muchas posibilidades de futuro. Beatriz va a recibir los beneficios de estas reformas y, por como se han dado las cosas, no pagará ninguno de sus costos.
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 14 de septiembre.

En el PAN también se han dado cuenta de ello. Santiago Creel cree que puede tener un segundo aire y la situación, que puede devenir en un estrechamiento de espacios presidenciales, trata de ser aprovechada por el líder del Senado, en este caso con el respaldo de la dirigencia partidaria. Apenas el miércoles, Manuel Espino confirmaba, en México Confidencial, de Cadena Tres, que si el presidente Calderón buscaba influir en la elección de la nueva dirigencia del partido, enviando a alguien de su equipo a buscar la presidencia, él irá por la reelección. No es un tema menor: recordemos que quien colocó a los dos coordinadores parlamentarios del PAN fue su actual presidente y, con las nuevas atribuciones que tendrán los partidos a partir de esta ley, su poder, aunque esté distanciado en varios puntos con el presidente Calderón, crecerá. Y todos sabemos que las opciones que se manejan desde el calderonismo, para dirigir el PAN, son dos de sus principales hombres, el secretario de la Función Pública, Germán Martínez, y el secretario particular del Presidente, César Nava. Y si el candidato es cualquiera de ellos, Espino buscará la reelección. Insisto en el punto: se puede o no estar de acuerdo con Espino, pero sería un error subestimarlo. Es una suerte de peleador callejero, no rendirá la plaza, en este caso sus aspiraciones, simplemente por una orden presidencial. Menos aún cuando puede decrecer, mediante las repercusiones de estas reformas, el poder presidencial y aumentar el de las dirigencias partidistas
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 14 de septiembre.

En la vertiente radio y televisión de la reforma electoral hay un fondo de venganza. Quien diga que no, que revise el tono de los discursos de sus promotores en el Senado al aprobar la iniciativa, tono en el que han tratado de esconder su parte de responsabilidad en lo que ahora llaman “espotización” de la política, como si ellos mismos no la hubieran espotizado, lo que se hizo por su deseo y su dinero.
Ahora es muy rentable, en los procesos de reinvención política que vemos, denunciar el dinero que se gastó en la televisión —¡Al ladrón, al ladrón!, gritan—, evitando decir que ellos la espotizaron.
Han llevado el caso al escenario de vencedores y vencidos, aniquiladores y aniquilados, ganadores y derrotados, sin que esté claro quiénes son unos y otros, aunque ellos se coloquen como los primeros y a los medios electrónicos como los caídos, lo que se verá en el correr del tiempo, espacio en el que los políticos dicen que redefinirán sus relaciones con los medios a los que éstos también tienen derecho.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 14 de septiembre.

Con mucha razón Sergio Sarmiento llama la atención en el diario Reforma sobre la escasa representatividad de nuestros diputados y senadores, hoy potentados o usufructuarios del poder real. Numéricamente, si acaso representan a un porcentaje de la población de un simple dígito.
Sin embargo, su aplanadora negociada y convenenciera no solamente aumenta el precio a todo por el camino de subir el precio a la gasolina —nomás la cabecita ahora para que no te duela—, se apoderan del Instituto Federal Electoral y lanzan su ofensiva frontal para la venezolización —estatización— de los medios electrónicos en este país, con sorna y guasa, para acabar con la libertad de expresión que tanto ha costado a los comunicadores y a sus receptores.
Los empresarios de la comunicación electrónica —muy en su derecho— han llamado a un plebiscito sobre la llamada reforma electoral que los senadores han aprobado a la chita callando y a las prisas del vapor.
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, Milenio, 14 de septiembre.

En el debate del 11 de septiembre sobre la reforma electoral, la senadora del PRI María de los Ángeles Moreno afirmó que con la nueva legislación se eliminaría la cultura del spot y se promoverían campañas de más fondo. Ya no se discriminará -dijo- a candidatos por ser feos o por tener mala voz.
El 12 de septiembre Alejandro González Yáñez del PT aseveró que la nueva ley impedirá la "espotización" de la política; el sistema anterior no "ofertaba (sic) ideas" sino que convertía a los candidatos en meros "productos de mercadotecnia política". La nueva legislación, dijo, privilegiará el debate de altura y el intercambio de ideas.
Tan atractivo resultó el concepto que lo adoptó el diario La Jornada, que ayer editorializó en su cabeza principal: "Sepulta el Senado la dictadura de los espots". La verdad, sin embargo, es que la reforma le está dando rango constitucional a la dictadura del spot.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 14 de septiembre.

Quizá los senadores no leyeron la iniciativa, como el año pasado cuando Pablo Gómez y los diputados del PRD reconocieron que no leyeron la Ley de Radio y Televisión que aprobaron por unanimidad. Pero quienquiera que se tome la molestia de examinar las enmiendas verá que éstas no sólo promueven sino que obligan a la "espotización". Una de las mayores víctimas de la nueva ley será el debate de las ideas.
El que los partidos no paguen a los medios electrónicos por los tiempos de propaganda política no va a elevar el nivel de la propaganda. Los partidos y candidatos en campaña tendrán que compartir de dos a tres minutos por hora de forma gratuita, pero en ese espacio sólo podrán ofrecer spots. Si quieren tocar temas de fondo, no podrán contratar tiempos más prolongados, como lo hizo Andrés Manuel López Obrador en la campaña del 2006. El entonces candidato perredista compraba media hora diaria en TV Azteca y contrató, además, tiempos largos de medios para explicar en detalle sus propuestas económicas y sociales. Hoy esa opción queda constitucionalmente cancelada. Los dos a tres minutos por hora que se arrebatarán a los medios no vuelven inevitable la "espotización".
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 14 de septiembre.

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