Guerrilla, en busca de oxígeno

BUENOS AIRES.— Con la liberación ayer del ex congresista Sigifredo López, las FARC completaron el primer tramo en su estrategia de entregar a seis rehenes para llevar el conflicto exclusivamente a arenas políticas e intentar así reavivar el intercambio humanitario, después de un año, 2008, que fue “el más catastrófico” de su longeva historia insurgente.
Así lo observan diversos analistas, para quienes la guerrilla, liderada por Alfonso Cano, “el hombre más político” del antiguo secretariado, busca preparar el terreno para el momento en que arranque (a fines de año) la campaña presidencial del 2010, cuando el tema de una negociación de paz, será excluyente “con o sin (Alvaro) Uribe en ella”, explica Carlos Lozano, el director del periódico La Voz.

“Es evidente que han buscado un hecho político que debería estar acompañado de otros compromisos que permitan un avance en materia de secuestros por ejemplo”, aclara Lozano.

Para otros, como el analista León Valencia, del observatorio del conflicto en la Organización Arco Iris, la decisión de las FARC de las liberaciones unilaterales aparece como “un paso adelante para un futuro diálogo”. En medio de las reacciones suscitadas por las críticas a Uribe del recién liberado ex gobernador del Meta, Alan Jara, Valencia opina que “se han logrado avances para esperanzarse en una negociación. Las FARC han aceptado a la Cruz Roja sobre la que tenían reparos y el gobierno a regañadientes, ha dicho “sí” a la presencia de Piedad Córdoba, así la guerrilla logra oxígeno para reacomodarse”. Reacomodarse y tomar aire después de un año de innumerables y costosos traspiés políticos y militares, con la caída de sus principales líderes, Raúl Reyes e Iván Ríos, la muerte de líder histórico, alias Manuel Marulanda, y varias fugas de rehenes.

Si bien para el gobierno, como lo aseguró el asesor presidencial José Obdulio Gaviria, la decisión de la guerrilla de liberar unilateralmente a rehenes “es el primer paso para su rendición”, para otros es visto como “un hecho político”, el primero bajo el mando de Cano, que busca posicionarse nuevamente para romper el discurso bélico de Uribe y para poner a salvo a figuras que habían quedado en una posición incómoda, tras los procesos de liberación del año pasado, como Hugo Chávez y, principalmente, la senadora Córdoba. “De paso demostrar que su intención de canjear detenidos sigue vigente”, acota Bernardo Gutiérrez, de Periodistas por la Paz.

Desde ayer, en las caletas de las FARC, en algún lugar de la selva colombiana quedan cautivos 22 rehenes entre policías y militares, a los que buscarán canjear por un número no determinado de guerrilleros de los cientos que se encuentran en distintas cárceles del país. Algo sobre lo que el gobierno, por ahora, no emitió palabra alguna, pero que como Valencia, muchos consideran que sería otro paso importante para la resolución política del conflicto.

José Vales enviado, El Universal, 6 de febrero.

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