Caracas, 7 de febrero. Miles de venezolanos participaron este sábado en esta capital en una manifestación contra la aprobación de la enmienda constitucional impulsada por Hugo Chávez que permitiría la relección continua del mandatario y otros cargos de elección popular, a una semana de la consulta prevista para el 15 de este mes.
En paralelo, partidarios del presidente efectuaron diversas actividades políticas en apoyo a la controvertida enmienda, mientras que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) continuaba con su trabajo de organización de unos 130 mil comités de activistas en todo el país en labores de promoción de la propuesta y con llamados de alerta sobre los riesgos que implicaría la abstención de sus simpatizantes el día del referendo constitucional.
La marcha de los sectores que rechazan la enmienda fue convocada por el movimiento de estudiantes universitarios, a la que se sumaron los partidos de la oposición de derecha y sus principales líderes, que caminaron entre la gente con camisetas blancas con el no estampado en el pecho y pintado en las palmas de las manos, con pancartas alusivas y ondeando banderas venezolanas, acompañados por bandas musicales durante un recorrido hasta el centro de la ciudad capital.
Con el acto, que culminó sin incidentes en la céntrica avenida Libertador y bajo la vigilancia de una fuerza de 2 mil 500 agentes desde distintos puntos, la oposición cerró la campaña en Caracas y el llamado que reiteró a través de sus dirigentes fue a acudir a las urnas el domingo 15 de febrero, e indicaron que sólo los votos pueden garantizar la diferencia.
El ministro de Comunicación, Jesse Chacón, declaró en conferencia de prensa que el gobierno espera un “triunfo rotundo” debido a que las encuestas muestran una tendencia favorable al sí a la relección continua para los cargos de presidente de la república, gobernadores, alcaldes y diputados.
Un sondeo de la encuestadora estadunidense North American Opinion Research reveló ayer 54 por ciento en favor del sí, frente a 38 por ciento por el no y 6 por ciento de indecisos.
Mientras, Chávez recorrió uno de los barrios pobres más grande del este de Caracas en favor de la enmienda, donde advirtió que no permitirá acciones violentas ni del oficialismo ni de la oposición, al referirse concretamente al grupo radical La Piedrita, que se declara identificado con su revolución y que se ha atribuido varios ataques con bombas lacrimógenas contra la Nunciatura Apostólica y otros objetivos, además de amenazar a dirigentes de la oposición.
Allí, en la populosa barriada de Petare, Chávez dijo haber pedido la fiscalía que investigue a ese grupo. “No puedo concebir que haya unos grupitos que dicen ser revolucionarios pero actúan en contra de la revolución, que dicen apoyar a Chávez pero lo que hacen es apuñalarlo”, lamentó.
La Piedrita es un grupo que opera en el barrio capitalino 23 de Enero, tradicional bastión de la izquierda. Conformado por algunas decenas de hombres armados, la mayoría jóvenes, la agrupación dice que está dispuesta a defender la revolución bolivariana “hasta las últimas consecuencias”.
En paralelo, partidarios del presidente efectuaron diversas actividades políticas en apoyo a la controvertida enmienda, mientras que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) continuaba con su trabajo de organización de unos 130 mil comités de activistas en todo el país en labores de promoción de la propuesta y con llamados de alerta sobre los riesgos que implicaría la abstención de sus simpatizantes el día del referendo constitucional.
La marcha de los sectores que rechazan la enmienda fue convocada por el movimiento de estudiantes universitarios, a la que se sumaron los partidos de la oposición de derecha y sus principales líderes, que caminaron entre la gente con camisetas blancas con el no estampado en el pecho y pintado en las palmas de las manos, con pancartas alusivas y ondeando banderas venezolanas, acompañados por bandas musicales durante un recorrido hasta el centro de la ciudad capital.
Con el acto, que culminó sin incidentes en la céntrica avenida Libertador y bajo la vigilancia de una fuerza de 2 mil 500 agentes desde distintos puntos, la oposición cerró la campaña en Caracas y el llamado que reiteró a través de sus dirigentes fue a acudir a las urnas el domingo 15 de febrero, e indicaron que sólo los votos pueden garantizar la diferencia.
El ministro de Comunicación, Jesse Chacón, declaró en conferencia de prensa que el gobierno espera un “triunfo rotundo” debido a que las encuestas muestran una tendencia favorable al sí a la relección continua para los cargos de presidente de la república, gobernadores, alcaldes y diputados.
Un sondeo de la encuestadora estadunidense North American Opinion Research reveló ayer 54 por ciento en favor del sí, frente a 38 por ciento por el no y 6 por ciento de indecisos.
Mientras, Chávez recorrió uno de los barrios pobres más grande del este de Caracas en favor de la enmienda, donde advirtió que no permitirá acciones violentas ni del oficialismo ni de la oposición, al referirse concretamente al grupo radical La Piedrita, que se declara identificado con su revolución y que se ha atribuido varios ataques con bombas lacrimógenas contra la Nunciatura Apostólica y otros objetivos, además de amenazar a dirigentes de la oposición.
Allí, en la populosa barriada de Petare, Chávez dijo haber pedido la fiscalía que investigue a ese grupo. “No puedo concebir que haya unos grupitos que dicen ser revolucionarios pero actúan en contra de la revolución, que dicen apoyar a Chávez pero lo que hacen es apuñalarlo”, lamentó.
La Piedrita es un grupo que opera en el barrio capitalino 23 de Enero, tradicional bastión de la izquierda. Conformado por algunas decenas de hombres armados, la mayoría jóvenes, la agrupación dice que está dispuesta a defender la revolución bolivariana “hasta las últimas consecuencias”.
DPA, AFP, PL y Reuters, La Jornada, 8 de febrero.
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