Votan divididos... y en paz

CARACAS.- El trámite fue rápido y sencillo. Cuestión de un "Sí" o un "No". Bastaban 20 segundos frente a una "touch screen" para emitir el voto y mantener, o borrar, los límites a la reelección en Venezuela.

Y esa rapidez a Estela Pérez, de 50 años, le pareció un buen presagio para la revolución.

"Yo lo siento en el corazón, esos votos son para nosotros. Con el favor de Dios, tendremos a nuestro comandante al frente por mucho, mucho, tiempo", dijo.

Estela estaba alerta y pensaba quedarse todo el día vigilante frente al centro electoral de un vecindario de clase media al este de Caracas.

"Estaré aquí hasta que se cuente el último voto y después voy a mi casa, me pongo cómoda y me voy a Miraflores a celebrar", agregó.

Sin embargo, hubo cierta confusión sobre la cantidad de artículos -cinco- que proponía reformar la enmienda, aunque todos sabían de lo que se trataba. La mayoría había escogido ya su opción y pocos, muy pocos, se detuvieron a leer la pregunta.

Estela explicaba a una vecina que el cambio tocaba "sólo a cuatro artículos que son como familia, como tíos y primos. Todos de lo mismo, la reelección. Esto es bueno y también sirve para los escuálidos de la Oposición".

En el mismo centro, Loredana Corriere, de 29 años, salía convencida de haber votado contra algo más complejo.

"No leí la pregunta porque era muy enredada y yo venía decidida. Creo que son 29 artículos los que quieren reformar y afectarían la educación, la economía", indicó.

Al otro extremo de la ciudad en un centro electoral en la zona popular de Catia, un bastión del chavismo, Egdis Sánchez hacía caso omiso de la prohibición de hacer proselitismo dentro de los centros electorales mientras esperaba para votar y cantaba su amor por el Presidente Hugo Chávez a viva voz.

"A mí no me importan los artículos. Yo voto por lo que él diga. Que cambie toda la Constitución si quiere. Él ama a todas las personas, nos da muchas providencias. Y bueno, sí, es mi Dios, y qué", declaró.

Unos metros muy cerca, otras dos mujeres, quienes salían de votar, estaban convencidas de que un triunfo del "Sí" sería el Apocalipsis.

"Yo no me confundo porque tengo mis convicciones claras, pero ésa es una pregunta cazabobos, que tiene un trasfondo", advirtió Betty Fernández. "¿Cuál?, la dictadura, que ya está andando, ¿no ves cómo en el Gobierno no pueden trabajar sino los que son del Gobierno?".

Su amiga, Yadira Guevara, se quejaba de que ya se le dijo "No" hace un año a Chávez. Ambas querían volver en la noche a presenciar el conteo, pero tenían cierto temor.

"Depende de cómo vayan las cosas porque tampoco somos carne de cañón y por aquí hay grupitos violentos", aseguró.

En el céntrico barrio de La Candelaria, donde está la mayor densidad de tascas españolas de Caracas, el joven estudiante de Comunicación Humberto Chacón, explicó cómo él y sus padres se dedicaron a analizar la propuesta antes de tomar su decisión.

"Nos sentamos con el folleto de las 10 razones por el 'Sí', el de las 10 razones por el 'No' y la Constitución. Analizamos todos los artículos y llegamos a nuestra conclusión: la Constitución de 1999 no necesita reparación", dijo.

Cristina Marcano, Reforma, 16 de febrero.

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