Firman priistas pacto en silencio

El PRI y su candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, firmaron ayer el pacto de civilidad en el que se comprometieron a respetar la legalidad, justo cuando son el centro de acusaciones por presuntos excesos en gasto de campaña.

Pretextando la veda electoral, el dirigente del tricolor, Pedro Joaquín Coldwell, se negó a responder sobre las denuncias de sus adversarios, que han señalado al tricolor por compra y coacción del voto.

De manera inusual, Peña Nieto llegó puntual. Arribó a las instalaciones, en un convoy de camionetas blindadas, dos minutos antes de la cita, que estaba programada a las 18:00 horas.

A recomendación del representante del PRI ante el IFE, Sebastián Lerdo de Tejada, el aspirante ingresó de inmediato al auditorio, acompañado de su comitiva de 10 invitados.

Ahí estaban el presidente y la secretaria del CEN, Cristina Díaz; su coordinador Luis Videgaray; así como los secretarios de Organización, Miguel Ángel Osorio Chong, de Acción Electoral, Graciela Ortiz, y del área jurídica, Raúl Cervantes.

Una vez en el recinto, Peña Nieto comentó a los consejeros que lo rodeaban algunas de las vicisitudes de su campaña y les mostró con detalle -en repetidas ocasiones- la manera en la que el sol le había quemado el dorso de las manos, tras 90 días de campaña.

En el lugar, no sólo saludó a los invitados y consejeros electorales, sino que -colocado en centro del escenario-, prácticamente fue el encargado de dar la bienvenida al resto de los candidatos.

Peña Nieto permaneció atento, por momentos casi inmóvil, mientras se daba lectura al acuerdo. Cuando llegó el momento de firmar lo hizo en apenas unos cuantos segundos.

Al final, Peña Nieto descendió del escenario, se tomó algunas fotos con simpatizantes y, con la ayuda de su escolta, abandonó el lugar por la puerta trasera.


Claudia Guerrero, Reforma, 29 de junio.