BUENOS AIRES.— En sendas reuniones celebradas ayer en Mendoza, Argentina, el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) decidieron suspender a Paraguay de ambos bloques hasta que el país realice elecciones democráticas.
El Mercosur decidió además no aplicar sanciones comerciales a Paraguay, lo que equivale a tomar distancia del conflicto entre las huestes del ex presidente Fernando Lugo y el actual gobierno de Federico Franco, en el marco de la crisis institucional que afecta a ese país.
El nuevo gobierno de Paraguay expresó su enérgico rechazo a la decisión del Mercosur y calificó la medida como “ilegal”. Con Paraguay sancionado y fuera del bloque hasta el próximo 15 de abril (fecha de las elecciones), la última barrera para que Venezuela ingresara a este organismo quedó derribada y Caracas fue admitida ayer como miembro de pleno derecho. De hecho, Franco había dicho desde Asunción que apoyaba la posición del Congreso de su país que se oponía a la incorporación venezolana al bloque comercial sudamericano.
Al conocer la noticia, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, celebró el ingreso pleno del país al Mercosur afirmando que significa “una derrota para el imperialismo y para las burguesías lacayas”.
El ingreso de Venezuela al Mercosur fue anunciado por la anfitriona, Cristina Kirchner, luego de la reunión a puertas cerradas que mantuvo con sus pares de Uruguay, José Mujica, y de Brasil, Dilma Rousseff, quienes decidieron además suspender a Paraguay por lo que consideran “una ruptura del orden democrático” en ese país, si bien no le aplicarán sanciones comerciales.
“Hemos condenado abiertamente siempre prácticas que otros países tienen en cuanto a bloqueos y sanciones económicas, no creemos en las sanciones económicas porque nunca las pagan los gobiernos, siempre las pagan los pueblos”, dijo la mandataria argentina, quien cuestionó la forma en que el ex presidente Lugo fue separado del cargo, “con un juicio político que duró dos horas y sin posibilidad de presentar la defensa”.
Después de la reunión de Mercosur, en la que también se analizó el posible acuerdo comercial con China, que había comenzado a gestarse el pasado lunes con la visita a la Argentina del primer ministro chino Wen Jiabao, arrancó la cumbre de presidentes de la Unasur, que siguió el ejemplo del Mercosur.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa había dicho ya que su país no reconocería “ al gobierno espurio” de Franco. La canciller mexicana Patricia Espinosa, quien asistió a la cumbre del Mercosur, había abogado porque se diera una respuesta latinoamericana unida a la crisis paraguaya.
Lugo, destituido el viernes 22 en un juicio político en el que no se respetaron los plazos para su defensa, había sido invitado en un principio y había anunciado que asistiría a Mendoza, para después dar marcha atrás.
Al parecer la falta de voluntad, principalmente de Brasil, de adoptar posiciones más extremas como un bloqueo comercial contra Paraguay, algo que Lugo ya había rechazado públicamente, hizo que el ex presidente se quedará en Asunción, donde el gobierno de Franco, a pesar del ingreso de Venezuela, tiene un sobrado motivo para festejar: la sanción sólo es temporal y sus fronteras comerciales no serán cerradas.
Lugo declaró más tarde que la suspensión temporal de su país del Mercosur “se ajusta a las normas” del bloque y castiga “exclusivamente a la clase política” paraguaya. (Con información de agencias)
José Vales corresponsal, El Universal, 30 de junio.
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