La dirección perredista sólo admite “un ligero retroceso” en los comicios pasados

En la primera evaluación de la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) después de los comicios del 4 de julio se admitió que hubo un “ligero retroceso de un punto porcentual, al perder 1.5 millones de gobernados”.

Sin embargo, su presidente nacional, Jesús Ortega Martínez, insistió en que las alianzas con Acción Nacional (PAN) en algunos estados permitieron a la izquerda recuperar “el impulso de la victoria”, con un crecimiento territorial y, por lo tanto, el sol azteca se reposicionó tras el desplome electoral sufrido en 2009.

Al presentar por escrito su balance electoral ante los integrantes de la Comisión Política Nacional y el secretariado, Ortega reconoció que Zacatecas representó “sin duda el mayor descalabro electoral”, por la “ruptura de sectores de la izquierda partidista con el PRD, que se sumaron al Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunado al ánimo de alternancia de la ciudadanía”, lo que causó la pérdida de la gubernatura y la disminución de su presencia en ayuntamientos y Congreso local.

También citó Tlaxcala, donde ha habido “una tendencia descendiente desde 2004, cuando (el PRD) perdió la gubernatura y se alzó con el triunfo de 20 alcaldías y ocho diputados”. Los resultados del 4 de julio dejaron al partido con 11 municipios y cuatro legisladores locales.

Ortega entregó su documento, en el cual exalta los triunfos que les dieron las amplias alianzas en los estados, lo cual –para algunos perredistas presentes en la reunión– no son más que “cuentas alegres” que no reflejan la realidad del partido. Tampoco hay una evaluación política; son simplemente números, se señaló.

También discreparon acerca de que en entidades como Aguascalientes, Baja California y Tamaulipas prácticamente se mantuvieron con el mismo número de municipios y diputados locales, pero con menor votación. Militantes como Dolores Padierna sostienen que en esos y otros estados sólo hubo pérdidas para el partido.

Según Ortega, las tres principales fuerzas en el país perdieron representación, siendo el PRI el más afectado. Antes de los comicios “gobernaba poco más de 60.5 millones de personas, 11 por ciento de las cuales se concentraba en tres de los estados con mayor autoritarismo en el país: Oaxaca, Puebla y Sinaloa”, que le fueron arrebatadas al tricolor por las amplias coaliciones entre la izquierda y el PAN, apuntó.

El PRD, en tanto, representaba a casi 22 millones de mexicanos y terminó con 20.6, mientras el PAN pasó de 20.6 millones a 18.5; es decir, perdió dos puntos porcentuales.

Según Ortega, las alianzas opositoras “lograron desplazar al PRI de territorios de suma importancia”, y se logró un aumento de 50 ayuntamientos, haciendo un total de 182 municipios en 13 entidades.

El documento de Ortega quedó para posterior discusión. Antes del Consejo Nacional para el 20 y el 21 de agosto se realizarán dos reuniones de la dirección nacional del partido, una para hacer un balance pormenorizado de los resultados electorales y otra para discutir sobre el proceso de afiliación y de la ruta crítica, que incluye la renovación de la dirigencia, acordada para el 5 de diciembre.

Se informó que algunos gobernadores pidieron a Jesús Ortega ampliar su mandato hasta agosto del año próximo, cuando concluya el proceso en el estado de México.
Alma MUñoz, La Jornada, 23 de julio.

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