PHOENIX.- Al menos 120 personas detenidas fue el saldo de las protestas en la capital de Arizona en contra de la ley SB1070 que entró en vigor ayer, según activistas de derechos humanos.
Los manifestantes arrestados fueron acusados de desobediencia civil, al no acatar las órdenes de los policías que resguardaban los edificios públicos donde tuvieron lugar las protestas, como el Capitolio, la oficina del sheriff de Maricopa, Joe Arpaio, la Corte y la cárcel del condado. El Comité de Apoyo a los detenidos informó que algunos podrían salir a la medianoche de ayer.
En total, participaron en estos bloqueos unas 400 personas, según diversas fuentes.
La juez federal Susan Bolton decidió el miércoles suspender la entrada en vigor de las partes más polémicas de la ley, como la que autoriza a los agentes de Policía local a determinar si alguien es inmigrante indocumentado o no. También frenó el segmento que permite el arresto de una persona sin orden de aprehensión cuando existe causa probable de que se encuentra en forma ilegal en Estados Unidos y otra que convierte el delito estatal el no portar documentos migratorios.
Dichas porciones seguirán inactivas hasta que la Corte analice a fondo en un juicio la totalidad de la SB1070, en el marco de siete demandas que piden que sea declarada inconstitucional porque choca con atribuciones federales y fomenta la discriminación.
El Gobierno de Arizona anunció que ayer apeló la suspensión de Bolton en una corte en San Francisco. Si acepta los argumentos de la Gobernadora Jan Brewer, esta corte podría anular el fallo de Bolton, quien ha recibido varias amenazas vía telefónica y por correo electrónico.
Sobre las manifestaciones, el sheriff Arpaio informó que una buena parte de los detenidos fueron internados en la cárcel del condado en el centro de Phoenix. Entre los arrestados había abogados y periodistas.
"Todo persona que encuentre que no tenga papeles, la voy a deportar, porque no deben estar aquí ilegalmente", dijo Arpaio.
Cientos de agentes fueron desplegados en los edificios públicos de esta capital desde la noche del miércoles, cuando se inició una vigilia, y durante todo el día de ayer, al darse diversos conatos de enfrentamientos entre manifestantes.
Durante el transcurso de las protestas afuera de la oficina de Arpaio, un grupo de manifestantes acorraló a dos miembros del grupo antiinmigrante Minuteman, quienes tuvieron que ser rescatados por la Policía.
Enardecidos, los activistas gritaban a coro: "Racist go home" (Racista vete a casa).
Afuera de la cárcel del condado, Arpaio fue cuestionado por los manifestantes, quienes lo llamaban racista, pero él defendía su labor.
"¿Eres mexicano?, si no traes visa te voy a deportar", le espetó a un quejoso.
En la noche, Arpaio lanzó una redada para detener a migrantes indocumentados, tal como había prometido.
A las 18:00 horas arribaron varios camiones con unos 300 manifestantes procedentes de California para continuar con las protestas en el Capitolio.
En Nueva York, cientos de activistas también marcharon en contra de la Ley Arizona.
"Arpaio es un fascista, no es democrático, su ley es inconstitucional", dijo Peggy Plews, de Michigan.
En Tucson, la segunda ciudad más grande de Arizona, hubo más manifestantes a favor de la SB1070 y las protestas transcurrieron en calma.
Las movilizaciones a favor y en contra de la polémica ley comenzaron desde el miércoles, con una vigilia en esta ciudad y en Tucson.
Isabel García, copresidenta del Comité de Derechos Humanos, una Organización No Gubernamental, manifestó que la decisión de la juez Bolton, frenó la principal amenaza de la ley en contra de los latinos, pero es una acción temporal, por lo que deben continuar en su lucha para que la legislación sea vetada.
"La decisión de la juez es preliminar, la Policía te puede inspeccionar, pero ya no te puede arrestar, es temporal, va a funcionar durante todo lo que dure el juicio.
"Con esto vamos a poder llevar calma a nuestra gente, que está muy aterrorizada, que no sabían si tenían que salir del estado hoy, o esconderse en los más profundo de Arizona, condenados a la vulnerabilidad y la explotación", destacó García.
Haydee Ramírez, Reforma, 30 de julio.
Los manifestantes arrestados fueron acusados de desobediencia civil, al no acatar las órdenes de los policías que resguardaban los edificios públicos donde tuvieron lugar las protestas, como el Capitolio, la oficina del sheriff de Maricopa, Joe Arpaio, la Corte y la cárcel del condado. El Comité de Apoyo a los detenidos informó que algunos podrían salir a la medianoche de ayer.
En total, participaron en estos bloqueos unas 400 personas, según diversas fuentes.
La juez federal Susan Bolton decidió el miércoles suspender la entrada en vigor de las partes más polémicas de la ley, como la que autoriza a los agentes de Policía local a determinar si alguien es inmigrante indocumentado o no. También frenó el segmento que permite el arresto de una persona sin orden de aprehensión cuando existe causa probable de que se encuentra en forma ilegal en Estados Unidos y otra que convierte el delito estatal el no portar documentos migratorios.
Dichas porciones seguirán inactivas hasta que la Corte analice a fondo en un juicio la totalidad de la SB1070, en el marco de siete demandas que piden que sea declarada inconstitucional porque choca con atribuciones federales y fomenta la discriminación.
El Gobierno de Arizona anunció que ayer apeló la suspensión de Bolton en una corte en San Francisco. Si acepta los argumentos de la Gobernadora Jan Brewer, esta corte podría anular el fallo de Bolton, quien ha recibido varias amenazas vía telefónica y por correo electrónico.
Sobre las manifestaciones, el sheriff Arpaio informó que una buena parte de los detenidos fueron internados en la cárcel del condado en el centro de Phoenix. Entre los arrestados había abogados y periodistas.
"Todo persona que encuentre que no tenga papeles, la voy a deportar, porque no deben estar aquí ilegalmente", dijo Arpaio.
Cientos de agentes fueron desplegados en los edificios públicos de esta capital desde la noche del miércoles, cuando se inició una vigilia, y durante todo el día de ayer, al darse diversos conatos de enfrentamientos entre manifestantes.
Durante el transcurso de las protestas afuera de la oficina de Arpaio, un grupo de manifestantes acorraló a dos miembros del grupo antiinmigrante Minuteman, quienes tuvieron que ser rescatados por la Policía.
Enardecidos, los activistas gritaban a coro: "Racist go home" (Racista vete a casa).
Afuera de la cárcel del condado, Arpaio fue cuestionado por los manifestantes, quienes lo llamaban racista, pero él defendía su labor.
"¿Eres mexicano?, si no traes visa te voy a deportar", le espetó a un quejoso.
En la noche, Arpaio lanzó una redada para detener a migrantes indocumentados, tal como había prometido.
A las 18:00 horas arribaron varios camiones con unos 300 manifestantes procedentes de California para continuar con las protestas en el Capitolio.
En Nueva York, cientos de activistas también marcharon en contra de la Ley Arizona.
"Arpaio es un fascista, no es democrático, su ley es inconstitucional", dijo Peggy Plews, de Michigan.
En Tucson, la segunda ciudad más grande de Arizona, hubo más manifestantes a favor de la SB1070 y las protestas transcurrieron en calma.
Las movilizaciones a favor y en contra de la polémica ley comenzaron desde el miércoles, con una vigilia en esta ciudad y en Tucson.
Isabel García, copresidenta del Comité de Derechos Humanos, una Organización No Gubernamental, manifestó que la decisión de la juez Bolton, frenó la principal amenaza de la ley en contra de los latinos, pero es una acción temporal, por lo que deben continuar en su lucha para que la legislación sea vetada.
"La decisión de la juez es preliminar, la Policía te puede inspeccionar, pero ya no te puede arrestar, es temporal, va a funcionar durante todo lo que dure el juicio.
"Con esto vamos a poder llevar calma a nuestra gente, que está muy aterrorizada, que no sabían si tenían que salir del estado hoy, o esconderse en los más profundo de Arizona, condenados a la vulnerabilidad y la explotación", destacó García.
Haydee Ramírez, Reforma, 30 de julio.
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