Pocas expectativas en la Cop 16

Cancún, Q. Roo., 28 de noviembre. Sin posibilidades de llegar a acuerdos en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y con la expectativa de lograr algunos avances en adaptación y financiamiento, empieza este lunes en Cancún la 16 Conferencia de las Partes (Cop16) y la sexta Conferencia de las Partes del Protocolo de Kyoto (CPM6), con delegados de 194 naciones.

Esto ocurre en medio de la urgencia de países insulares que ven el riesgo de desaparecer con el aumento del nivel del mar, y luego de que este año se presentaron inundaciones históricas en Pakistán y México, sede de la conferencia internacional de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

Un año después de que en Copenhague ambientalistas y negociadores vieron frustradas sus esperanzas de lograr un segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kyoto –el primero vence en 2012–, que definiera nuevas metas de reducción de emisiones de países desarrollados, negociadores han advertido que esto tampoco ocurrirá en Cancún y quedará pendiente para Sudáfrica 2011.

A diferencia de Copenhague, donde participaron alrededor de 40 mil personas y 115 jefes de Estado, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de China, Wen Jiabao, México espera la llegada de 15 mil asistentes y 20 jefes de Estado, sobre de todo de América Latina, aún no confirmados.

Tras la clausura de la COP 15, el presidente Felipe Calderón sostuvo que en los siguientes meses se trabajaría en profundizar los esfuerzos de Dinamarca, “para asegurar el éxito de la COP 16 y que ahí podamos acordar un instrumento jurídicamente vinculante”. Durante el último año el discurso cambió. Tanto autoridades mexicanas como de Naciones Unidas advirtieron que de Cancún no saldrá un acuerdo vinculante.

El tema más difícil es el compromiso de reducción de emisiones y mecanismos de revisión, indicó Juan Manuel Gómez Robledo, subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaria de Relaciones y Exteriores, uno de los negociadores mexicanos.

Analistas han señalado que los mayores países productores de GEI son China (18.7 por ciento) y Estados Unidos (18.3), y son los que se resisten a fijar metas vinculantes. El primero porque mantiene la postura de que el cambio climático es responsabilidad histórica de los países desarrollados, y Estados Unidos no ratificó el Protocolo de Kyoto.

Sin embargo, Gómez Robledo dijo en entrevista que ambas naciones “están tomando acciones sin precedente. Obama tiene una actitud de compromiso, que contrasta con la de su antecesor George W. Bush. Es la noche y el día. China, por su lado, está tomando medidas importantes para generar energías renovables y se prepara de manera impresionante para un desarrollo limpio”, agregó.

Una línea de negociación de la COP será hacer vinculante el acuerdo de Copenhague, convenido hace un año por un grupo de estados, encabezados por China y Estados Unidos. El cumplimiento de metas voluntarias de reducción de emisiones presentadas por 86 países implicaría reducción de 60 por ciento hacia el año 2020 y con ello la temperatura no subiría más de dos grados centígrados, según un informe reciente.

Respecto del Protocolo de Kyoto, si bien en “la COP no tenemos que tomar ninguna decisión, hay que dejar todas las puertas abiertas para que en los meses siguientes se pueda acordar un segundo periodo”, agregó Gómez Robledo. Por lo menos, dijo, “debemos aspirar a ratificar lo acordado en Copenhague, con mecanismos de revisión, verificación y transparencia que fomenten confianza entre las partes”.

El titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan Elvira Quesada, declaró que Kyoto ya está rebasado, porque en la reducción de emisiones no incluye a naciones en desarrollo (como China) y su meta total de disminución es de 20 por ciento, mientras Copenhague plantea 60 por ciento.

En vísperas de la reunión de Cancún, Gómez Robledo dijo que están “todos los elementos para lograr un paquete equilibrado de decisiones. Hay que conseguir que cada delegado regrese a casa contento. Hay que ceder en algunos puntos para obtener algo de lo que a uno más le importa”.

Sostuvo que “hay ánimo para pasar a una auténtica negociación sobre la base de un texto manejable” y que hay avances en materia forestal (programa de reducción de emisiones por deforestación y degradación), en el desembolso de los fondos de arranque rápido y el compromiso de los países donantes de movilizar, junto con el sector privado, 100 mil millones de dólares anuales hacia 2020.

Por lo que hace al Fondo Verde propuesto por el gobierno mexicano, expuso que “será una nueva entidad financiera vinculada a la convención, recibirá los recursos públicos que se vayan generando” y servirá para apoyar tareas de adaptación y mitigación en las naciones más vulnerables, aunque aún se desconoce el monto, lo que será parte de las discusiones.

Este domingo, la sede permanecía bajo estricta vigilancia. Al menos había cuatro buques frente a la playa del Moon Palace y elementos de las fuerzas armadas en las carreteras cercanas, así como elementos de seguridad de la ONU.

Ya se espera la llegada de los delegados a la sede oficial, aunque la mayoría de los asistentes son representantes de organizaciones no gubernamentales que participarán en foros alternos. En el Espacio Mexicano estarán Greenpeace, Oxfam y otras agrupaciones; el de Vía Campesina y la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, con delegaciones de varios países y del país; y el Klimaforum. Además del oficial, fijado en la denominada Villa Climática. También habrá conferencias paralelas sobre agua y bosques.

Angélica Enciso y Georgina Saldierna, La Jornada, 29 de noviembre.


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