CANCÚN, Q. Roo.—Mientras la Unión Europea advirtió que no apoyará la firma de un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, si Estados Unidos y China no se adhieren a la obligatoriedad de bajar sus emisiones de carbono, el Grupo 77 (G-77), integrado por países en vías de desarrollo, urgió a no abandonar la Cumbre Mundial sobre Cambio Climático sin que se garantice la continuidad del protocolo ambiental.
La mañana de ayer, el G77+China sostuvo una reunión privada previa. En ella, varios delegados expresaron sus inquietudes en torno a la postura inicial de la canciller de México y presidenta de esta cumbre, Patricia Espinosa, en cuanto a la posibilidad de no llegar a un consenso en que se garantice un segundo período de compromiso del Protocolo de Kioto, cuya primera ronda culmina en el 2012.
“El tema sustantivo ahora ha sido motivado por un comentario que hizo la canciller, de que bueno, daba por sentado que no habrá un segundo periodo de compromiso del protocolo y evidentemente saltamos para decirle que ese es el corazón de las negociaciones”, expresó Pablo Solón, jefe negociador de Bolivia.
“De lo que se trata es que esos países vuelvan a decir ‘yo, Estados Unidos, voy a reducir tanto’, y entonces todas esas reducciones guardan relación con el límite de temperatura a la cual queremos llegar”, explicó el también embajador de Bolivia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Detalló que existe una relación entre la reducción de emisiones y el decremento del aumento de la temperatura de la Tierra. De seguir la tendencia actual, el peor escenario al que aspira el mundo en este siglo, es subir de 0.8 grados centígrados de temperatura, a seis, lo que sería “una catástrofe”.
Dijo que Estados Unidos ha incrementado 13% sus emisiones, con respecto a 1990. En contraste, China, una de las economías que mayores emisiones de CO2 arroja al ambiente, y Brasil, han accedido a reducir 45% y 25%, respectivamente.
La Unión Europea (UE) también fijó su postura. Petter Wittoeck, negociador principal de la EU, manifestó que existe disposición de considerar un segundo periodo de compromiso de Kioto a condición de que involucre a todas las grandes economías del mundo, y de que se subsanen los defectos del protocolo actual que obstaculizan su integridad medioambiental.
La mañana de ayer, el G77+China sostuvo una reunión privada previa. En ella, varios delegados expresaron sus inquietudes en torno a la postura inicial de la canciller de México y presidenta de esta cumbre, Patricia Espinosa, en cuanto a la posibilidad de no llegar a un consenso en que se garantice un segundo período de compromiso del Protocolo de Kioto, cuya primera ronda culmina en el 2012.
“El tema sustantivo ahora ha sido motivado por un comentario que hizo la canciller, de que bueno, daba por sentado que no habrá un segundo periodo de compromiso del protocolo y evidentemente saltamos para decirle que ese es el corazón de las negociaciones”, expresó Pablo Solón, jefe negociador de Bolivia.
“De lo que se trata es que esos países vuelvan a decir ‘yo, Estados Unidos, voy a reducir tanto’, y entonces todas esas reducciones guardan relación con el límite de temperatura a la cual queremos llegar”, explicó el también embajador de Bolivia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Detalló que existe una relación entre la reducción de emisiones y el decremento del aumento de la temperatura de la Tierra. De seguir la tendencia actual, el peor escenario al que aspira el mundo en este siglo, es subir de 0.8 grados centígrados de temperatura, a seis, lo que sería “una catástrofe”.
Dijo que Estados Unidos ha incrementado 13% sus emisiones, con respecto a 1990. En contraste, China, una de las economías que mayores emisiones de CO2 arroja al ambiente, y Brasil, han accedido a reducir 45% y 25%, respectivamente.
La Unión Europea (UE) también fijó su postura. Petter Wittoeck, negociador principal de la EU, manifestó que existe disposición de considerar un segundo periodo de compromiso de Kioto a condición de que involucre a todas las grandes economías del mundo, y de que se subsanen los defectos del protocolo actual que obstaculizan su integridad medioambiental.
Adriana Varillas corresponsal, El Universal, 29 de noviembre.
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