El presidente Felipe Calderón dijo que sería una tragedia que nuestra incapacidad de ver más allá de los intereses personales, de grupo, incluso nacionales, nos hiciera fallar en iniciar una verdadera etapa de acción frente al cambio climático.
En Cancún, al inaugurar los trabajos de la 16 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16), a la que asisten representantes de alrededor de 200 países, Calderón pidió no fallarle a la gente y dejar de lado toda rivalidad.
“El mundo espera y espera una respuesta responsable de todos nosotros. A nosotros nos toca demostrar si en Cancún fuimos sólo capaces de cubrir un expediente de desacuerdos o simulaciones”, subrayó.
A su parecer, en México están dadas las condiciones “con un ambiente incluyente y transparente” para recobrar la confianza de unos y otros para alcanzar los acuerdos que son urgentes.
“Hasta el momento hemos logrado avances significativos en muchas áreas que nos permitirán implementar acciones inmediatas, sin embargo hay otras áreas en las que se requiere trabajar mucho mas y se requiere un mayor consenso para garantizar avances reales en estas conferencias”, señaló.
Inclusive recomendó apoyar esta lucha en la sociedad, por ser quien tiene la fuerza para impulsar el cambio.
“Detener el cambio climático es un verdadero reto y hay solo un poder capaz de enfrentarlo: el poder de la humanidad misma, 200 líderes y mil científicos podrán llegar a un acuerdo pero al final, solo los siete mil millones de seres humanos que ya somos, son los que poseen la fuerza para hacer el cambio. Luchar contra el cambio climático implica en última instancia incrementar la comprensión y obtener el apoyo”, expuso el Ejecutivo.
Ante el escaso entusiasmo por alcanzar acuerdos vinculantes en Cancún, el mandatario se dijo consciente de que es un proceso de negociación muy difícil.
De cara a esa complejidad, propuso abordar el problema del cambio climático bajo tres vías: la diplomática, el ámbito científico y trabajar en el ámbito humano.
En su discurso, al que le antecedieron los pronunciamientos de los premios Nobel, Mario Molina y Rajendra Pachauri, Calderón hizo hincapié en que más allá de nuestras propias limitaciones y restricciones políticas como gobernantes, se debe permitir y propiciar un despertar de la gente en nuestros pueblos.
Atestiguado por la lideresa del PRI, Beatriz Paredes, a cuyo partido —sin nombrarlo— Calderón dedicó el domingo pasado severas críticas, en el mensaje del Ejecutivo se habló de la necesidad de crear una Conferencia de Comunicación sobre Cambio Climático a fin de sensibilizar a las personas respecto a este fenómeno que ha causado desastres naturales, cuyos costos ha pagado muchas veces nuestro país.
Tenemos que acabar con el falso dilema de combatir el cambio climático o combatir la pobreza: “es un falso dilema, porque es perfectamente posible lograr un crecimiento económico sustentable y, al mismo tiempo, combatir la pobreza”.
Advirtió que cada vez son más costosos los efectos del cambio climático, tanto en vidas humanas como en infraestructura, “en especial, en las economías más vulnerables y menos desarrolladas”.
El Ejecutivo indicó que cuesta menos enfrentar ahora el cambio climático que enfrentar después, en términos económicos, las consecuencias de no haberlo frenado a tiempo.
“Si no tomamos medidas concretas, si no tomamos medidas decisivas de inmediato, los efectos negativos empeorarán y las consecuencias económicas, sociales y ecológicas serán devastadoras en el futuro”, señaló.
En Cancún, al inaugurar los trabajos de la 16 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16), a la que asisten representantes de alrededor de 200 países, Calderón pidió no fallarle a la gente y dejar de lado toda rivalidad.
“El mundo espera y espera una respuesta responsable de todos nosotros. A nosotros nos toca demostrar si en Cancún fuimos sólo capaces de cubrir un expediente de desacuerdos o simulaciones”, subrayó.
A su parecer, en México están dadas las condiciones “con un ambiente incluyente y transparente” para recobrar la confianza de unos y otros para alcanzar los acuerdos que son urgentes.
“Hasta el momento hemos logrado avances significativos en muchas áreas que nos permitirán implementar acciones inmediatas, sin embargo hay otras áreas en las que se requiere trabajar mucho mas y se requiere un mayor consenso para garantizar avances reales en estas conferencias”, señaló.
Inclusive recomendó apoyar esta lucha en la sociedad, por ser quien tiene la fuerza para impulsar el cambio.
“Detener el cambio climático es un verdadero reto y hay solo un poder capaz de enfrentarlo: el poder de la humanidad misma, 200 líderes y mil científicos podrán llegar a un acuerdo pero al final, solo los siete mil millones de seres humanos que ya somos, son los que poseen la fuerza para hacer el cambio. Luchar contra el cambio climático implica en última instancia incrementar la comprensión y obtener el apoyo”, expuso el Ejecutivo.
Ante el escaso entusiasmo por alcanzar acuerdos vinculantes en Cancún, el mandatario se dijo consciente de que es un proceso de negociación muy difícil.
De cara a esa complejidad, propuso abordar el problema del cambio climático bajo tres vías: la diplomática, el ámbito científico y trabajar en el ámbito humano.
En su discurso, al que le antecedieron los pronunciamientos de los premios Nobel, Mario Molina y Rajendra Pachauri, Calderón hizo hincapié en que más allá de nuestras propias limitaciones y restricciones políticas como gobernantes, se debe permitir y propiciar un despertar de la gente en nuestros pueblos.
Atestiguado por la lideresa del PRI, Beatriz Paredes, a cuyo partido —sin nombrarlo— Calderón dedicó el domingo pasado severas críticas, en el mensaje del Ejecutivo se habló de la necesidad de crear una Conferencia de Comunicación sobre Cambio Climático a fin de sensibilizar a las personas respecto a este fenómeno que ha causado desastres naturales, cuyos costos ha pagado muchas veces nuestro país.
Tenemos que acabar con el falso dilema de combatir el cambio climático o combatir la pobreza: “es un falso dilema, porque es perfectamente posible lograr un crecimiento económico sustentable y, al mismo tiempo, combatir la pobreza”.
Advirtió que cada vez son más costosos los efectos del cambio climático, tanto en vidas humanas como en infraestructura, “en especial, en las economías más vulnerables y menos desarrolladas”.
El Ejecutivo indicó que cuesta menos enfrentar ahora el cambio climático que enfrentar después, en términos económicos, las consecuencias de no haberlo frenado a tiempo.
“Si no tomamos medidas concretas, si no tomamos medidas decisivas de inmediato, los efectos negativos empeorarán y las consecuencias económicas, sociales y ecológicas serán devastadoras en el futuro”, señaló.
Cecilia Téllez en Cancún, La Crónica, 30 de noviembre.
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