Los puntos clave del plan migratorio

La reforma migratoria que esta semana comenzó a debatirse en el Senado de Estados Unidos debe sortear aún un proceso de enmiendas, las cuales, hasta el momento, son tan variadas como la propuesta misma.

Con asesoramiento de analistas del Immigration Policy Center, REFORMA ha resumido los cuatro puntos más polémicos y de mayor fricción que han dividido a los senadores en esta primera semana y que podrían bloquear la iniciativa presentada por un grupo bipartidista de la Cámara alta.

Corresponsal
 
 
Impuestos y seguros sociales
 
 
Las condiciones fiscales bajo las que se legalizará a los indocumentados y los seguros sociales a los que podrían optar es clave.

El plan estipula que los sin papeles abonen impuestos durante los 10 años que tendrán que esperar para conseguir una "green card", además de pagar multa.

Al mismo tiempo, la reforma les impediría solicitar seguros sociales, tales como asistencia médica gratuita, seguros de invalidez, etcétera, durante esos 10 años.

Algunos senadores consideran que todo ello no es suficiente y solicitan que los indocumentados abonen, además, los impuestos equivalentes a los años que trabajaron de manera ilegal.

Así lo plantea, por ejemplo, el senador de Utah, Orrin Hatch, bajo el argumento de que entraron en el país violando la ley, que la siguieron violando mientras trabajaban cobrando en negro y que, por ello, necesitan pagar para ponerse en regla.

Los defensores de la reforma argumentan que es imposible calcular los impuestos que debe una persona que ha cobrado en negro y a menudo en efectivo.

Otras enmiendas plantean endurecer aún más las medidas que alejan a los migrantes de los seguros sociales

Sostienen que en muchos estados hay trucos legales a los que se podrían acoger y que el Gobierno federal podría incluirlos luego en el llamado "Obamacare".

Algunos opositores a la reforma han llegado a plantear que se exija como requisito para optar a la ciudadanía una renta de al menos un 400 por ciento superior al umbral de pobreza.

 
 
La enmienda gay, una propuesta demócrata
 
 
Aunque la mayoría de las enmiendas que ha desatado polémica proceden de las filas republicanas, también los demócratas han elevado propuestas que obstaculizan el consenso.

El mejor ejemplo es el del senador de Vermont, Patrick Leahy, quien exige los mismos derechos para homosexuales que para heterosexuales.

Pide abrir la puerta a las parejas gay para que tramiten el permiso de residencia y la ciudadanía en igualdad de condiciones.

La enmienda, sin embargo, ya fue desechada en el Comité Judicial del Senado.

Tanto la ley migratoria vigente como el borrador de la reforma sólo contempla a las parejas heterosexuales a la hora de solicitar visados por reagrupación familiar.

Lo que Leahy exige es que se extiendan dichos derechos a las parejas gay, tanto entre dos migrantes como entre un estadounidense y un migrante.

La propuesta indigna a los más conservadores.

El senador del estado de Florida, Marco Rubio, miembro de la "banda de los ocho" que presentó la reforma, amenazó incluso con hundir las negociaciones si prospera la idea.

"No creo que vaya a ocurrir y no creo que deba ocurrir. Suficientemente difícil es sacar adelante el asunto tal y como es ahora", declaró.

El gran obstáculo fronterizo
 
 
El mayor reto que está encontrando hasta ahora el plan migratorio en el Senado está relacionado con la seguridad fronteriza.

Legisladores republicanos han presentado varias enmiendas que piden condicionar la suerte de los casi 11 millones de indocumentados a los resultados de la frontera.

El proyecto original plantea reforzar significativamente la vigilancia con nuevas inversiones y medidas más restrictivas.

Se prevé, por ejemplo, contratar a 3 mil 500 nuevos agentes para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, construir más puntos de vigía, extender el muro, incluyendo dobles verjas en las zonas más sensibles, incrementar las patrullas móviles y desplegar aviones.

En total, se contemplan gastos que oscilan entre los 4 mil 500 y los 6 mil 500 millones de dólares.

El objetivo declarado es mantener un control total de la frontera durante las 24 horas del día, así como una tasa de detención de indocumentados del 90 por ciento.

La iniciativa propone evaluar cómo ha evolucionado la situación dentro de cinco años, reformar lo que sea necesario y darse otro lustro para exigir que se cumpla lo estipulado.

Frente a ello, las enmiendas pretenden endurecer la reforma en diferentes puntos. Por ejemplo, otorgando más competencias y poderes a la Patrulla Fronteriza o solicitando más recursos tecnológicos.

Pero la propuesta más polémica de todas, la que más consenso está aglutinando y más asusta a los defensores del plan, es la del senador republicano John Cornyn.

El legislador de Texas propone, entre otras cosas, que el proceso de regularización no concluya hasta que se alcancen los objetivos del borrador (control efectivo y una tasa de interceptación del 90 por ciento).

Además, que se instale un sistema de control biométrico en puertos y aeropuertos.

Ángel VIllarino corresponsal, Reforma, 16 de junio.

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