Obama va contra el cambio climático

WASHINGTON.— El presidente estadounidense Barack Obama vislumbró ayer el horizonte de la calamidad y de los desastres que ha traído consigo el calentamiento global con su cargamento de incendios, inundaciones y sequías; con el deshielo de grandes bloques de icebergs y el preocupante aumento en los niveles del mar y dijo que “tenemos que hacer algo y ahora”.

“Los ciudadanos a lo largo de toda la nación ya han comenzado a pagar el precio de nuestra inacción”, exclamó el mandatario, mientras se enjugaba el sudor en los jardines de la Universidad de Georgetown.

“Las temperaturas más altas se han registrado en los últimos 15 años. Aquí, en Estados Unidos, el año pasado fue el más caliente de toda nuestra historia”, prosiguió Obama al anunciar el más ambicioso paquete de medidas para ayudar a las comunidades a prepararse para los efectos del cambio climático. La pieza central del plan es presionar por la adopción de nuevas regulaciones que frenarían las emisiones de gases de efecto invernadero de las plantas de energía eléctrica. También incluye medidas para lograr eficiencia energética y fuentes de energía renovable.

“La pregunta ahora es si tendremos el valor de actuar antes de que sea muy tarde... Como presidente, como padre, como estadounidense, estoy acá para decir: tenemos que actuar”, insistió Obama al asegurar que ya instruyó a la Agencia para la Protección Ambiental (EPA) para que tome medidas para reducir la contaminación del medio ambiente con metas concretas hacia el 2015.

Sin embargo, nada más revelarse las líneas maestras de su iniciativa, desde las filas del Partido Republicano se multiplicaron las voces de quienes acusaron al presidente de perder de vista la creación de empleos y dejar de lado proyectos como el oleoducto de la empresa Keystone que transportaría crudo desde Canadá hasta las costas del golfo de México.

“El país necesita de una agenda para generar empleos, no para destruirlos a través de una agenda medioambiental”, aseguró el senador republicano por Florida, Marco Rubio, al calificar la propuesta del presidente Obama como un plan para “destruir empleos”.

A su vez, el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, consideró que “los estándares establecidos por Obama deberían acelerar la aprobación del oleoducto de Keystone”.

El pronunciamiento de Boehner sirvió así para fijar la posición que los republicanos y sus aliados dentro de las grandes corporaciones petroleras han establecido frente al nuevo intento del presidente por impulsar una agenda en contra del calentamiento global.

El mandatario advirtió ayer que el interés nacional tendrá como prioridad evitar exacerbar el problema de la contaminación medioambiental.

“En este sentido, habría que constatar que la construcción del oleoducto está en función de ese interés”, remató Obama en el inicio de una confrontación con los intereses corporativos que ven en el proyecto de Keystone una oportunidad para crear fuentes de trabajo pero, sobre todo, de aumentar sus ganancias.

Poco después de darse a conocer las líneas generales del plan de Obama contra el calentamiento global, una larga lista de organizaciones ecologistas se sumaron en apoyo de su cruzada para evitar que las nuevas generaciones se vean constantemente amenazadas por tormentas, inundaciones, tornados o sequías.

“Con este anuncio resurge la esperanza en su liderazgo. Ya era hora de relanzar una agenda que representa la seguridad de las futuras generaciones”, aseguró la organización Sierra Club, una de las más combativas y beligerantes contra proyectos como el del oleoducto entre Canadá y las costas del golfo de México.

Jaime Hernández corresponsal, El Universal, 26 de junio.