Una sesión de arrebatos

El presidente de la Cámara de Diputados, el priista Jesús Murillo, perdió la solemnidad que lo caracteriza y se puso al tu por tu con la perredista Karen Quiroga para conservar el control de la sesión.

Tras jalonearse el micrófono y levantarse la voz, el diputado del PRI cedió a la toma de tribuna por parte de 60 legisladores perredistas y uno que otro petista.

Espacio que logró recuperar una hora después.

La inconformidad en el pleno por la aprobación de la reforma laboral era previsible. La bancada del PRD llegó a la sesión con playeras blancas y la leyenda "Sí al empleo permanente con seguridad social".

Apenas comenzó a fundamentar el dictamen de la nueva ley laboral el priista Fidel Pacheco, secretario de la Comisión del Trabajo, cuando la fracción amarilla, encabezada por su coordinador, Silvano Aureoles, comenzó a invadir la Mesa Directiva con pancartas en rechazo a la iniciativa e imágenes de diputados como el cetemista Carlos Aceves, y la palabra "traidor".

"El Presidente Felipe Calderón nos envió un reto que atendemos con responsabilidad (...) discutimos la iniciativa en la más amplia libertad", argumentaba el priista cuando los perredistas comenzaron a cantar el himno nacional.

Al tiempo que el sonido subió el volumen al micrófono en manos Pacheco, los legisladores de izquierda alzaron la voz.

Rodeados por los perredistas, el panista José González Morfín y los priistas Jesús Murillo y Francisco Arroyo, observaban con rostros de enojo la escena, junto a Fernando Bibriesca, hijo de Martha Sahagún y diputado del Panal.

Érika Hernández y Claudia Salazar, Reforma, 29 de septiembre.

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