Acusa Fidel Castro a Obama de continuar la política Bush y compartir el genocidio palestino

La Habana, 29 de enero. Fidel Castro pasó hoy del escepticismo a la crítica abierta a Barack Obama, a quien acusó de abusar de su poder por condicionar la eventual devolución de la base de Guantánamo a Cuba y de “compartir el genocidio contra los palestinos”, siguiendo la línea de George W. Bush.

Castro anunció hace una semana que reduciría sus artículos para “no interferir ni estorbar” al gobierno de su hermano, el mandatario Raúl Castro, quien ahora está de gira oficial en Rusia.

El nuevo comentario del ex presidente cubano rebasa el tono que ha mantenido sobre Obama, de elogio a sus cualidades personales y de dudas respecto de si podría consumar sus planes.

Raúl Castro ha encomiado también la personalidad de Obama y se ha manifestado dispuesto a discutir el diferendo con Estados Unidos en un plano de igualdad y sin condiciones previas, pero ha evitado críticas o ataques.

El pasado miércoles el canciller Felipe Pérez Roque aseguró que estaba vigente la oferta de Raúl de excarcelar opositores presos en la isla, a cambio de que Estados Unidos libere a cinco agentes cubanos que fueron condenados en ese país por espionaje.

La semana pasada Fidel Castro advirtió que ningún alto funcionario cubano “debe sentirse comprometido” con sus comentarios de prensa. Esa salvedad y su declarada intención de no interferir con las autoridades, abre la interrogante de si el tono de confrontación que refleja en su texto de este jueves también es una posición oficial del gobierno de su hermano.

Fidel Castro critica duramente a Obama cuando han surgido expectativas en la población de que algunas promesas del mandatario –como la liberación de remesas y viajes de los originarios de la isla que viven en Estados Unidos– sean un primer paso para aflojar la tensión entre los dos gobiernos.

Aunque la devolución de la base de Guantánamo es una persistente demanda de La Habana, en medios académicos estadunidenses no se espera que ese sea un asunto de atención inmediata por parte de la Casa Blanca.

El ex gobernante cubano reseñó declaraciones de Obama, según las cuales la eventual devolución de la base naval dependía de cómo afectaba la capacidad defensiva de Washington y de las concesiones que hiciera La Habana.

La fórmula –comentó Castro– “equivale a la exigencia de un cambio” en el sistema político de la isla, contra lo cual “Cuba ha luchado durante medio siglo”, y mantener la ocupación de ese territorio es “un acto de soberbia y un abuso de su inmenso poder contra un pequeño país”.

Luego citó una declaración colocada en el sitio web de la Casa Blanca, bajo los tópicos de política exterior, según la cual Obama defiende la alianza con Israel y el derecho de ese Estado a la defensa.

En ese punto, dijo Fidel Castro, el presidente estadunidense retoma la política de Bush. “Es el modo de compartir el genocidio contra los palestinos en que ha caído nuestro amigo Obama”.

El líder cubano agregó que “edulcorantes similares” ofrece el presidente estadunidense a Rusia, China, Europa, América Latina y el resto del mundo.

Reclamación legítima
La base estadunidense en el oriente de Cuba tiene 117 kilómetros cuadrados. Su origen se remonta a 1901, cuando la isla estaba recién independizada de España y Washington –cuyas fuerzas habían intervenido en la guerra– logró imponer un anexo a la Constitución del país caribeño, que le permitía ese tipo de posesiones.

En 1934 desapareció el anexo, pero se mantuvo la base a título de arriendo. Desde el triunfo de la revolución en 1959, Cuba ha reclamado la devolución del territorio, que fue un foco de máxima tensión en los años 60.

La franja limítrofe del lado cubano está densamente minada. En los 90 la base fue punto de partida de la invasión estadunidense a Haití, luego centro de reclusión de hatitianos y cubanos que emigraban ilegalmente. En 2001, Bush abrió ahí una cárcel para prisioneros de guerra afganos, a la que después llegaron otros detenidos acusados de terrorismo.

La situación de ilegalidad y la práctica de tortura fueron ampliamente denunciados y su cancelación fue una de las primeras acciones de Obama. Raúl Castro reveló en 2008 que Cuba y Estados Unidos mantienen conversaciones en la base, en un clima de colaboración, para impedir incidentes.

Gerardo Arreola, la Jornada, 30 de enero.


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