La economía mexicana está entrando en un periodo muy difícil, de rápida desaceleración y la velocidad de los acontecimientos realmente es inédita, alerta Standard and Poor’s (S&P).
Y es que según explica, el crecimiento económico de México es prácticamente nulo, y en este primer trimestre del año pisa el terreno de una recesión.
“Estamos viviendo el peor entorno económico que haya enfrentando México y el resto del mundo en mucho tiempo; sin embargo, hay dos formas de entrar a esta crisis financiera internacional. Una es hacerlo como algunos países europeos, con muy poca disciplina, altos déficit y con sistemas financieros altamente apalancados y, la otra, es como México, con una balanza equilibrada, sin mayor déficit fiscal y con un sistema financiero sano”, dice Víctor Herrera, director en México de esta calificadora.
Ante ello, considera que el país se encuentra mejor preparado respecto de otras economías, para enfrentar esta situación.
“Somos menos vulnerables, y si bien vamos a estar afectados definitivamente, no tendremos el mismo grado de impacto que otros países”, agrega.
No obstante, destaca en plática con El Economista, que les preocuparía que México abandonara su compromiso con la estabilidad y finanzas públicas sanas y, en contraste, tuviera un mayor déficit fiscal y una política monetaria laxa.
“Tenemos la expectativa que continúa el compromiso de tener un déficit lo más cercano a cero, y con una disciplina monetaria que ha caracterizado a México, lo que más nos preocuparía es que se abandone ese compromiso a la estabilidad y a las finanzas públicas sanas”, expresa.
Falta liquidez
Respecto de la situación de liquidez en empresas, comenta que ésta es complicada.
“Hemos visto que los programas de apoyo que ha tenido el gobierno, a través de la banca de desarrollo, han funcionado muy bien. De hecho, ya hay compañías que requieren menos de esta garantía de Nacional Financiera o de Bancomext de las que lo estaban necesitando en octubre pasado.
“Ahora, el reto es cómo darle la confianza al inversionista para que se salga de los reportes de papel gubernamental de muy corto plazo y poco a poco vuelvan a los fondos y que empiecen a comprar papel corporativo nuevamente”, concluye Herrera.
Y es que según explica, el crecimiento económico de México es prácticamente nulo, y en este primer trimestre del año pisa el terreno de una recesión.
“Estamos viviendo el peor entorno económico que haya enfrentando México y el resto del mundo en mucho tiempo; sin embargo, hay dos formas de entrar a esta crisis financiera internacional. Una es hacerlo como algunos países europeos, con muy poca disciplina, altos déficit y con sistemas financieros altamente apalancados y, la otra, es como México, con una balanza equilibrada, sin mayor déficit fiscal y con un sistema financiero sano”, dice Víctor Herrera, director en México de esta calificadora.
Ante ello, considera que el país se encuentra mejor preparado respecto de otras economías, para enfrentar esta situación.
“Somos menos vulnerables, y si bien vamos a estar afectados definitivamente, no tendremos el mismo grado de impacto que otros países”, agrega.
No obstante, destaca en plática con El Economista, que les preocuparía que México abandonara su compromiso con la estabilidad y finanzas públicas sanas y, en contraste, tuviera un mayor déficit fiscal y una política monetaria laxa.
“Tenemos la expectativa que continúa el compromiso de tener un déficit lo más cercano a cero, y con una disciplina monetaria que ha caracterizado a México, lo que más nos preocuparía es que se abandone ese compromiso a la estabilidad y a las finanzas públicas sanas”, expresa.
Falta liquidez
Respecto de la situación de liquidez en empresas, comenta que ésta es complicada.
“Hemos visto que los programas de apoyo que ha tenido el gobierno, a través de la banca de desarrollo, han funcionado muy bien. De hecho, ya hay compañías que requieren menos de esta garantía de Nacional Financiera o de Bancomext de las que lo estaban necesitando en octubre pasado.
“Ahora, el reto es cómo darle la confianza al inversionista para que se salga de los reportes de papel gubernamental de muy corto plazo y poco a poco vuelvan a los fondos y que empiecen a comprar papel corporativo nuevamente”, concluye Herrera.
Isabel Mayoral, El Economista, 29 de enero.
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