El presidente Felipe Calderón denunció, por primera vez de manera explícita, corrupción en autoridades de Estados Unidos —sin precisar cargos o puestos—, quienes han permitido el tráfico de drogas en ese país; por ello, demandó al gobierno norteamericano un apoyo más amplio y decidido para combatir este delito, así como el tráfico de armas y el lavado de dinero.
Y fue precisamente ante empresarios norteamericanos agrupados en la Cámara de Comercio Americana (American Chamber of Commerce) en donde pidió mayores acciones por parte de Wasgington.
“El esfuerzo que realiza cada soldado, cada policía mexicano, el Estado nacional en su conjunto, debe encontrar en Estados Unidos un apoyo solidario y explícito que se refleje en recursos, cooperación, información que genere inteligencia, verdad y claridad acerca de lo que pasa en México y una firme determinación para detener el flujo de dinero que viene de allá y las armas que se usan en contra de ciudadanos mexicanos”.
Calderón, quien endureció su mensaje sobre el papel de los estadounidenses en esta lucha, demandó “acciones que se traduzcan en una reducción eficaz del consumo y desde luego en el tráfico de drogas en ese país que, bien lo sabemos todos, no se explica sin la corrupción de las autoridades que en esos niveles permiten este tráfico”.
Reconoció que la reacción de la delincuencia ha sido violenta o desesperada, pero “ante la falsa disyuntiva de una paz ficticia o claudicante y el verdadero imperio de la legalidad, hemos optado, sin titubeos, por la única vía posible para México, que es la vía de la ley”.
Calderón respondió que “minar el esfuerzo que hace el gobierno mexicano en la lucha por construir una región más segura, es una irresponsabilidad con los ciudadanos de ambas naciones y es también un favor gratuito que se le hace al crimen”.
Acciones específicas
El mandatario mexicano incluso expresó su deseo de que la voluntad manifestada por el presidente Barack Obama, de trabajar juntos contra el narco, se transmita a los integrantes de su equipo “y se traduzca específicamente en acciones concretas como el control de la venta de armas”.
“La situación actual no es un tema que concierna exclusivamente a México y probablemente ni siquiera haya tenido su origen en nuestro país, esa es la verdad. El crimen organizado representa un desafío para México y Estados Unidos. Nuestras naciones podrán enfrentar este reto sólo a través de la cooperación y el entendimiento”.
Los comentarios del mandatario mexicano se después de que el pasado martes el director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Dennis C. Blair, señalara que el crimen organizado ha provocado ingobernabilidad en algunas regiones del país.
Enfático, Calderón respondió: “El hecho indiscutible de que Estados Unidos sea el principal mercado de drogas del mundo, de que millones de norteamericanos se dediquen a consumir o a traficar droga, de que también sea el principal mercado de armas para las organizaciones criminales que operan en ambos lados de la frontera, nos obligan a las autoridades de ambos países a reforzar los mecanismos de cooperación”.
Por su parte el presidente de la American Chamber, Neal Goins, refrendó el respaldo de la organización a la lucha que emprendió el gobierno mexicano contra la delincuencia organizada.
Y fue precisamente ante empresarios norteamericanos agrupados en la Cámara de Comercio Americana (American Chamber of Commerce) en donde pidió mayores acciones por parte de Wasgington.
“El esfuerzo que realiza cada soldado, cada policía mexicano, el Estado nacional en su conjunto, debe encontrar en Estados Unidos un apoyo solidario y explícito que se refleje en recursos, cooperación, información que genere inteligencia, verdad y claridad acerca de lo que pasa en México y una firme determinación para detener el flujo de dinero que viene de allá y las armas que se usan en contra de ciudadanos mexicanos”.
Calderón, quien endureció su mensaje sobre el papel de los estadounidenses en esta lucha, demandó “acciones que se traduzcan en una reducción eficaz del consumo y desde luego en el tráfico de drogas en ese país que, bien lo sabemos todos, no se explica sin la corrupción de las autoridades que en esos niveles permiten este tráfico”.
Reconoció que la reacción de la delincuencia ha sido violenta o desesperada, pero “ante la falsa disyuntiva de una paz ficticia o claudicante y el verdadero imperio de la legalidad, hemos optado, sin titubeos, por la única vía posible para México, que es la vía de la ley”.
Calderón respondió que “minar el esfuerzo que hace el gobierno mexicano en la lucha por construir una región más segura, es una irresponsabilidad con los ciudadanos de ambas naciones y es también un favor gratuito que se le hace al crimen”.
Acciones específicas
El mandatario mexicano incluso expresó su deseo de que la voluntad manifestada por el presidente Barack Obama, de trabajar juntos contra el narco, se transmita a los integrantes de su equipo “y se traduzca específicamente en acciones concretas como el control de la venta de armas”.
“La situación actual no es un tema que concierna exclusivamente a México y probablemente ni siquiera haya tenido su origen en nuestro país, esa es la verdad. El crimen organizado representa un desafío para México y Estados Unidos. Nuestras naciones podrán enfrentar este reto sólo a través de la cooperación y el entendimiento”.
Los comentarios del mandatario mexicano se después de que el pasado martes el director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Dennis C. Blair, señalara que el crimen organizado ha provocado ingobernabilidad en algunas regiones del país.
Enfático, Calderón respondió: “El hecho indiscutible de que Estados Unidos sea el principal mercado de drogas del mundo, de que millones de norteamericanos se dediquen a consumir o a traficar droga, de que también sea el principal mercado de armas para las organizaciones criminales que operan en ambos lados de la frontera, nos obligan a las autoridades de ambos países a reforzar los mecanismos de cooperación”.
Por su parte el presidente de la American Chamber, Neal Goins, refrendó el respaldo de la organización a la lucha que emprendió el gobierno mexicano contra la delincuencia organizada.
Sergio Javier Jiménez, El Universal, 12 de marzo.
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