MADRID.— “Nosotros convivimos con ratas, con cucarachas, con alacranes... Y les voy hablar claro: ¡Con la mierda, señores, con el excremento!”. Con estas palabras, cinco de los 11 presos políticos cubanos que han llegado a España entre martes y jueves describieron las condiciones de su cautiverio en la isla.
Cansados, pero felices de estar libres gracias a la intermediación de la Iglesia católica cubana y del gobierno que preside el socialista José Luis Rodríguez Zapatero se mostraron los cinco durante un encuentro con la prensa, en el que pidieron la liberación de todos los presos políticos de Cuba y aseguraron que seguirán luchando “para lograrlo”.
“¿Por qué el gobierno cubano no libera a los que han decidido quedarse si solamente hay que abrir las puertas de las prisiones? ¿Por qué los que hemos decidido partir al exilio hemos tenido que ir de la prisión al aeropuerto sin ver por última vez nuestras casas ni reunirnos con nuestras familias?”, se preguntó el excarcelado Ricardo González.
González, Julio César Gálvez, José Luis García Paneque, Omar Rodríguez y Normando Hernández fueron algunos de los 75 disidentes políticos que en abril de 2003 fueron detenidos por el régimen de Fidel Castro en la “Primavera Negra”.
El gobierno anunció hace días la liberación de los 52 que aún quedaban en prisiones. La mayoría viajará a Madrid. El martes, lo hizo un primer grupo de siete; el miércoles llegaron a España otros dos y ayer se les unieron Luis Milán y Mijail Bárzaga.
Julio César Gálvez, quien fue condenado a 24 años de cárcel, aseguró que estas liberaciones se deben a la mediación de la Iglesia católica cubana, pero también a la muerte de Orlando Zapata, a la posterior huelga de hambre de Guillermo Fariñas y a la presión de las Damas de Blanco, junto con el apoyo internacional de países afines a la disidencia.
Gálvez agradeció al gobierno español la mediación realizada, pero dijo sentirse en un limbo político. “El gobierno cubano lo dijo bien claro: para que podamos regresar a Cuba tenemos que pedir un permiso. Así que no somos libres ni emigrantes. Somos refugiados gracias a que España nos ha acogido, pero no nos han dado ese estatus”. El periodista de 66 años describió cómo vivían en prisión. “Las situaciones de higiene, de salud de toda índole en las prisiones cubanas no es pésima, es más que pésima”, dijo.
“Había brotes de dengue y también de tuberculosis”, relató. Normando Hernández, de 40 años, aseguró que la situación de los presos es tan desesperada que se autolesionan para recibir atención médica. “He visto gente clavarse agujas en la parte de oscura de los ojos”, afirmó.
Cansados, pero felices de estar libres gracias a la intermediación de la Iglesia católica cubana y del gobierno que preside el socialista José Luis Rodríguez Zapatero se mostraron los cinco durante un encuentro con la prensa, en el que pidieron la liberación de todos los presos políticos de Cuba y aseguraron que seguirán luchando “para lograrlo”.
“¿Por qué el gobierno cubano no libera a los que han decidido quedarse si solamente hay que abrir las puertas de las prisiones? ¿Por qué los que hemos decidido partir al exilio hemos tenido que ir de la prisión al aeropuerto sin ver por última vez nuestras casas ni reunirnos con nuestras familias?”, se preguntó el excarcelado Ricardo González.
González, Julio César Gálvez, José Luis García Paneque, Omar Rodríguez y Normando Hernández fueron algunos de los 75 disidentes políticos que en abril de 2003 fueron detenidos por el régimen de Fidel Castro en la “Primavera Negra”.
El gobierno anunció hace días la liberación de los 52 que aún quedaban en prisiones. La mayoría viajará a Madrid. El martes, lo hizo un primer grupo de siete; el miércoles llegaron a España otros dos y ayer se les unieron Luis Milán y Mijail Bárzaga.
Julio César Gálvez, quien fue condenado a 24 años de cárcel, aseguró que estas liberaciones se deben a la mediación de la Iglesia católica cubana, pero también a la muerte de Orlando Zapata, a la posterior huelga de hambre de Guillermo Fariñas y a la presión de las Damas de Blanco, junto con el apoyo internacional de países afines a la disidencia.
Gálvez agradeció al gobierno español la mediación realizada, pero dijo sentirse en un limbo político. “El gobierno cubano lo dijo bien claro: para que podamos regresar a Cuba tenemos que pedir un permiso. Así que no somos libres ni emigrantes. Somos refugiados gracias a que España nos ha acogido, pero no nos han dado ese estatus”. El periodista de 66 años describió cómo vivían en prisión. “Las situaciones de higiene, de salud de toda índole en las prisiones cubanas no es pésima, es más que pésima”, dijo.
“Había brotes de dengue y también de tuberculosis”, relató. Normando Hernández, de 40 años, aseguró que la situación de los presos es tan desesperada que se autolesionan para recibir atención médica. “He visto gente clavarse agujas en la parte de oscura de los ojos”, afirmó.
Ana Anabitarte corresponsal, El Universal, 16 de julio.
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