Cubanos se adaptan a nueva vida

MADRID (Agencias).— Otros dos excarcelados cubanos aterrizaron ayer en España, en tanto los siete disidentes que llegaron el lunes comenzaban en la capital española una nueva vida, sin la certeza de si seguirán en Europa o si se irán a Estados Unidos.

“No tenemos nada qué celebrar mientras uno solo de nuestros hermanos esté en prisión”, dijo Pablo Pacheco, uno de los liberados el martes.

“Hemos tenido horas muy intensas, pero muy productivas, dando un mensaje de esperanza y de reconciliación a todos los cubanos”.

Normando Hernández, de 40 años, y Omar Rodríguez, de 45, se sumaron al grupo de siete liberados al arribar a Madrid procedentes de La Habana. Aunque se esperaba que Luis Milán aterrizara junto a sus compañeros, finalmente se quedó en tierra debido a una repentina enfermedad de su hijo, según informó el gobierno.

La madre de Hernández, Blanca González, viajó desde Miami para reencontrarse en Madrid con su hijo, al que no veía desde hacía ocho años.

“Desde que yo salí de Cuba no veía a mi hijo. Estoy muy tensa, muy nerviosa, muy emocionada”, dijo González tras fundirse entre lágrimas en un largo abrazo con su familia.

“Acabo de encontrarme con mi adorada madre. Ha sido muy emotivo todo”, explicó Hernández. “Me encuentro destruido, emocionalmente y físicamente también. Esto ha sido terrible, no se lo deseo a ningún ser humano”.

Rodríguez, por su parte, recordó a Orlando Zapata, fallecido en febrero tras una huelga de hambre, y de todos los que, dijo, “murieron por la libertad”. Suman ya son nueve los disidentes que, junto con sus familiares, unas 45 personas en total, se encuentran en Madrid, la capital española. Todos ellos son parte de los 52 presos políticos del llamado “Grupo de los 75”, arrestados en 2003, que Cuba se comprometió a liberar en virtud del acuerdo entre el gobierno y la Iglesia católica.

Las primeras 24 horas de los exiliados en España no han sido probablemente las soñadas, ya que las pasaron en un hotel de la periferia de Madrid, en el corazón de un barrio obrero sin tiendas ni comercios alrededor. “Tenemos que aprender a vivir en libertad. Nos hemos sentido un poco extraños al llegar. Creo que tenemos que adaptarnos”, comentó Julio César Gálvez.

La mayoría de los disidentes todavía no sabe qué va a hacer o cómo va a empezar una nueva vida, salvo Omar Ruiz, quien expresó su voluntad de viajar a EU y reencontrarse en Miami con familiares.
El Universal, 15 de julio.

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