La juez de distrito Susan Bolton sopesó el enconado debate estadounidense sobre la inmigración ilegal, que probablemente tendrá implicaciones en las elecciones parlamentarias del 2 de noviembre. Los demócratas de Obama podrían verse impulsados por los hispanos, desencantados por la incapacidad del mandatario para avanzar con una reforma al sistema inmigratorio estadounidense.
Las negociaciones entre la Casa Blanca y los líderes parlamentarios sobre el asunto político de la inmigración no han llegado a ninguna parte. Se considera que el tema quedará estancado por este año.
Tanto demócratas como republicanos intentaron atraer a hispanos a sus partidos y, hasta el momento, los demócratas han ganado la batalla con gran ventaja. Sin embargo, el índice de aprobación de Obama entre los hispanos en una encuesta difundida recientemente por Gallup se situó en 52%, su nivel más bajo luego de estar en los 60 en meses anteriores.
Por otro lado, en la otra cara de la moneda, el veredicto bien podría generar más entusiasmo entre los votantes republicanos que ya están animados para poner en peligro el control demócrata del Congreso en las elecciones del 2 de noviembre. Los republicanos han utilizado el esfuerzo de la administración de Obama por atacar la ley de Arizona como un punto para reunir más apoyo.
La base conservadora de los republicanos desconfía de cualquier legislación que pueda percibirse como una amnistía para los 10.8 millones de inmigrantes que se estima viven ilegalmente en el país.
Muchos estadounidenses, preocupados por el 9.5% de desempleo, apoyan la ley de Arizona y podrían decepcionarse por el mandato de la juez, provocado por una demanda presentada por el Departamento de Justicia de Obama contra Arizona. Una encuesta de CNN/Opinion Research mostró esta semana que una mayoría del país apoya la ley inmigratoria del estado, con 55% de los consultados favoreciéndola contra 40% opuesto a ella.
Enfrentados
La inmigración es un tema polémico en Washington. Las líneas de batalla están dibujadas entre demócratas —que quieren un sistema que permita a los ilegales tener documentos para así poder trabajar y, al mismo tiempo, le apuestan a una seguridad fronteriza mejorada— y republicanos, que buscan principalmente una vigilancia más estricta de la frontera.
Barack Obama ha llamado a ambos partidos en el Capitolio a ofrecerle propuestas bipartidistas sobre la inmigración, reconociendo que cualquier reforma no será aprobada sin los votos republicanos.
El senador republicano por Arizona John McCain conoce el potencial que representa el tema y hace tres años lideró los esfuerzos por una reforma migratoria. Este apoyo estuvo a punto de atrofiar su campaña para la nominación como candidato presidencial republicano. Vencido por Obama en las presidenciales de 2008, McCain se convirtió en un fuerte partidario de la SB1070, en un intento por enfrentar a J.D. Hayworth, quien desafía su reelección en el cargo
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