LA HABANA (Agencias).— Cuba vivivió ayer una intensa jornada política. Además de los preparativos para la salida a España de varios presos políticos, los cubanos atestiguaron anoche la reaparición en tv de Fidel Castro. El ex presidente cubano participó en el programa Mesa Redonda, en su segunda aparición más o menos pública en una semana, luciendo recuperado de la enfermedad que lo sacó del ruedo político hace cuatro años.
Castro, de 83 años, se veía relajado, delgado y con la voz un poco más cascada que en otras épocas, pero locuaz, vestido de uniforme deportivo azul oscuro y una camisa a cuadros abajo.
El ex gobernante estaba sentado en una especie de estudio de trabajo, con las paredes pintadas de blanco, escasos adornos y frente a un escritorio de madera donde también se encontraba el conductor habitual de la Mesa Redonda, Randy Alonso.
En el programa, que duró una hora y 16 minutos, Fidel comenzó analizando el conflicto de las dos Coreas para después insistir en su advertencia de que un ataque de Estados Unidos contra Irán provocará una guerra nuclear.
Aparentemente el programa se realizó ayer, pero en los alrededores del canal estatal no se vieron indicios de su eventual presencia ni el reforzamiento de la seguridad. Su última participación en una entrevista grabada por televisión fue hace 11 meses, al conversar con el mismo entrevistador del programa del lunes, pero en esa ocasión fue sobre Vietnam y sus progresos. En aquel momento prometió que se presentaría más seguido, pero no ocurrió.
Un comunicado previo publicado en medios de prensa isleños indicó que Castro iba a ser el invitado “especial” para hablar sobre la situación en el Medio Oriente.
En su intervención de ayer, Castro continuó argumentando que “Rusia y China pudieron haber vetado y no vetaron” las recientes nuevas sanciones sobre Irán por su programa nuclear, que Occidente cree que encubre la intención de fabricar una bomba atómica.
También rememoró la crisis de los misiles en 1962, uno de los puntos más candentes de la Guerra Fría que puso al mundo al borde de un conflicto nuclear y estalló entre Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba, cuando Washington descubrió bases militares con misiles nucleares soviéticos en la isla.
Castro no aparecía en público desde el 2006. Muchos cubanos estaban ayer sorprendidos. “Maravilloso, si las ganas que tenemos nosotros de verlo es muy, muy grande. El pueblo hace mucho que no lo ve”, dijo Paula Alfonso, una empleada del Ministerio del Azúcar cuando llegaba a su trabajo.
Castro, de 83 años, se veía relajado, delgado y con la voz un poco más cascada que en otras épocas, pero locuaz, vestido de uniforme deportivo azul oscuro y una camisa a cuadros abajo.
El ex gobernante estaba sentado en una especie de estudio de trabajo, con las paredes pintadas de blanco, escasos adornos y frente a un escritorio de madera donde también se encontraba el conductor habitual de la Mesa Redonda, Randy Alonso.
En el programa, que duró una hora y 16 minutos, Fidel comenzó analizando el conflicto de las dos Coreas para después insistir en su advertencia de que un ataque de Estados Unidos contra Irán provocará una guerra nuclear.
Aparentemente el programa se realizó ayer, pero en los alrededores del canal estatal no se vieron indicios de su eventual presencia ni el reforzamiento de la seguridad. Su última participación en una entrevista grabada por televisión fue hace 11 meses, al conversar con el mismo entrevistador del programa del lunes, pero en esa ocasión fue sobre Vietnam y sus progresos. En aquel momento prometió que se presentaría más seguido, pero no ocurrió.
Un comunicado previo publicado en medios de prensa isleños indicó que Castro iba a ser el invitado “especial” para hablar sobre la situación en el Medio Oriente.
En su intervención de ayer, Castro continuó argumentando que “Rusia y China pudieron haber vetado y no vetaron” las recientes nuevas sanciones sobre Irán por su programa nuclear, que Occidente cree que encubre la intención de fabricar una bomba atómica.
También rememoró la crisis de los misiles en 1962, uno de los puntos más candentes de la Guerra Fría que puso al mundo al borde de un conflicto nuclear y estalló entre Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba, cuando Washington descubrió bases militares con misiles nucleares soviéticos en la isla.
Castro no aparecía en público desde el 2006. Muchos cubanos estaban ayer sorprendidos. “Maravilloso, si las ganas que tenemos nosotros de verlo es muy, muy grande. El pueblo hace mucho que no lo ve”, dijo Paula Alfonso, una empleada del Ministerio del Azúcar cuando llegaba a su trabajo.
El Universal, 13 de julio.
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