CARACAS (Agencias).— El pequeño canal opositor de televisión venezolano Globovisión negó ayer que el presidente Hugo Chávez logre amedrentarlo, aun si consigue hacerse con un significativo paquete de sus acciones y nombra a un representante en su junta directiva, como lo ha anunciado.
El largo pulso entre ambos bandos entró en etapa decisiva cuando Chávez develó su plan, el martes, pero la televisora sigue emitiendo su programación regular de noticias, planea nuevos espacios y su vicepresidenta, María Fernanda Flores, criticó la intención del gobierno.
“Tenemos 11 años viendo a un gobierno legislando para hacer trampas”, dijo Flores y, como ejemplo, lo acusó de quebrar al Banco Federal para quedarse con el paquete accionario del canal que estaba en manos del dueño de la entidad, Nelson Mezerhane. Autoridades del canal y del Gobierno se disputan la defensa de la libertad de expresión.
Chávez afirma que los dueños de Globovisión —dos de los cuales están prófugos de la justicia— conspiran contra él y son corruptos oligarcas, mientras que Flores sostiene que han pagado un alto costo por informar.
“No sabemos por dónde van a venir, pero vamos a seguir hasta el último segundo y el último aliento defendiendo lo que significa Globovisión para Venezuela y el mundo: es el último aliento de democracia que le queda a este país”, agregó Flores, en una entrevista con Reuters.
Chávez dijo que tomaría 45.8% de las acciones de Globovisión: Un 20% correspondiente a un accionista fallecido y la diferencia de la confiscación de bienes del banco quebrado.
“El gobierno tuvo que intervenir un banco para tomar 20% de las acciones”, opinó Flores.
El accionista y ex director de Globovisión Alberto Federico Ravell, aseguró que Chávez “se equivocó en su baile de cifras” y rechazó que pueda controlar el canal de televisión. Explicó que Mezerhane “tiene 25% de las acciones; la hija y heredera de Luis Núñez (fallecido) controla 20%; Guillermo Zuloaga posee 45% y yo el restante 10%”. “Los estatutos (del canal) dicen que hay que tener mayoría acciones para nombrar directores, así que no veo cómo el gobierno pudiera intervenir”, añadió.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) calificó el anunció de Chávez sobre la televisora como un “atropello flagrante a la libertad de prensa y a la libertad de empresa en Venezuela”. El presidente de la SIP, Alejandro Aguirre, manifestó su “profundo repudio a la actitud autoritaria” del mandatario venezolano.
Colombia entrega pruebas
Chávez también mantiene un enconado conflicto con el gobierno colombiano de Álvaro Uribe, quien ha denunciado la presencia de líderes de la guerrilla en el territorio del vecino país.
Ayer, el gobierno de Bogotá entregó a su embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Alfonso Hoyos, las supuestas pruebas que tiene en su poder de la presencia de guerrilleros de las FARC y el ELN en Venezuela, para que las presente hoy ante una reunión extraordinaria del Consejo Permanente del organismo. Chávez ha amenazado con romper nexos.
El largo pulso entre ambos bandos entró en etapa decisiva cuando Chávez develó su plan, el martes, pero la televisora sigue emitiendo su programación regular de noticias, planea nuevos espacios y su vicepresidenta, María Fernanda Flores, criticó la intención del gobierno.
“Tenemos 11 años viendo a un gobierno legislando para hacer trampas”, dijo Flores y, como ejemplo, lo acusó de quebrar al Banco Federal para quedarse con el paquete accionario del canal que estaba en manos del dueño de la entidad, Nelson Mezerhane. Autoridades del canal y del Gobierno se disputan la defensa de la libertad de expresión.
Chávez afirma que los dueños de Globovisión —dos de los cuales están prófugos de la justicia— conspiran contra él y son corruptos oligarcas, mientras que Flores sostiene que han pagado un alto costo por informar.
“No sabemos por dónde van a venir, pero vamos a seguir hasta el último segundo y el último aliento defendiendo lo que significa Globovisión para Venezuela y el mundo: es el último aliento de democracia que le queda a este país”, agregó Flores, en una entrevista con Reuters.
Chávez dijo que tomaría 45.8% de las acciones de Globovisión: Un 20% correspondiente a un accionista fallecido y la diferencia de la confiscación de bienes del banco quebrado.
“El gobierno tuvo que intervenir un banco para tomar 20% de las acciones”, opinó Flores.
El accionista y ex director de Globovisión Alberto Federico Ravell, aseguró que Chávez “se equivocó en su baile de cifras” y rechazó que pueda controlar el canal de televisión. Explicó que Mezerhane “tiene 25% de las acciones; la hija y heredera de Luis Núñez (fallecido) controla 20%; Guillermo Zuloaga posee 45% y yo el restante 10%”. “Los estatutos (del canal) dicen que hay que tener mayoría acciones para nombrar directores, así que no veo cómo el gobierno pudiera intervenir”, añadió.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) calificó el anunció de Chávez sobre la televisora como un “atropello flagrante a la libertad de prensa y a la libertad de empresa en Venezuela”. El presidente de la SIP, Alejandro Aguirre, manifestó su “profundo repudio a la actitud autoritaria” del mandatario venezolano.
Colombia entrega pruebas
Chávez también mantiene un enconado conflicto con el gobierno colombiano de Álvaro Uribe, quien ha denunciado la presencia de líderes de la guerrilla en el territorio del vecino país.
Ayer, el gobierno de Bogotá entregó a su embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Alfonso Hoyos, las supuestas pruebas que tiene en su poder de la presencia de guerrilleros de las FARC y el ELN en Venezuela, para que las presente hoy ante una reunión extraordinaria del Consejo Permanente del organismo. Chávez ha amenazado con romper nexos.
El Universal, 22 de julio.
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