“Se deben respetar las reglas”

Cuatro años después de las elecciones de 2006 las diferencias entre Andrés Manuel López Obrador y Jesús Ortega son tan profundas que la comunicación entre ambos es nula. Pese a ello, el líder nacional del PRD advierte que “las diferencias no pueden convertir a personas en enemigos mortales e irreconciliables”.

Reconoce su liderazgo social y su perseverancia después de lo ocurrido en 2006, pero deja en claro que las diferencias que los separan no pueden ni deben verse como un crimen.

“En otros puntos no coincido y eso no puede concebirse como un crimen o un elemento para llegar al extremo de dejarse de hablar, eso no puede ser”, señala.

Ortega afirma que “no hay motivos por los que las diferencias deban convertirse en rencores o agravios” y sostiene que si no hay unidad en la izquierda entonces no tendrán ninguna posibilidad en la lucha por la Presidencia.

¿Hay diferencias irreconciliables con Andrés Manuel?
Una de las cosas que enseña Maquiavelo es que algo que no olvidan los príncipes y los políticos son los agravios y se pueden olvidar muchas otras cosas, pero lo que más les cuesta olvidar son los agravios. Cuando un político cae en esa trampa se obnubila y por eso ningún político debería guiar su comportamiento por rencores. No tengo un agravio o rencor por Andrés Manuel, de verdad que no tiene ni tengo motivo para eso, salvo que sea simplemente que en algunas cosas no coincido con él, pero no veo por qué eso deba convertirse en un asunto de rencores y agravios. La diferencia es común en política, pero esa no puede convertir a personas e enemigos mortales e irreconciliables.

Yo tengo una actitud serena con Andrés Manuel, no miento cuando digo que respeto sus puntos de vista y coincido con ellos, pero en otros no coincido y eso no puede concebirse como un crimen o como un elemento para llegar al extremo de dejarse de hablar. No puede ser y no debe ser.

¿Qué le reconoces?
Respeto el trabajo de Andrés Manuel, en muchos sentidos es admirable, porque pocos hombres tienen una persistencia como la suya. Pocos tienen una capacidad de trabajo como la de Andrés Manuel de recorrer todos los municipios de Oaxaca y no es fácil andar en un periplo constante y permanente por todo el país, cosa que no solamente es de respetarse, sino también es de admirarse.

Pero también hay algunas en las que creo que no tiene la razón, pero eso no hace que me olvide de sus virtudes y de sus méritos políticos. Fue un gran candidato en 2006.

¿Qué esperas de él ahora como precandidato formal a la Presidencia?
Primero que todos seamos consecuentes en la idea de ir con una izquierda unida a 2012, ya hemos tenido suficientes experiencias y quiero repetir la frase de Juan Álvarez, el liberal del siglo XIX, que decía cuando convocaba al Plan de Ayutla, o juntos salimos victoriosos, o separados nos fusilan.

Bueno, pues aprendamos de ello y entendamos que en 2012 la izquierda necesita ir unida para salir victoriosa. En segundo lugar espero que para mantenernos unidos respetemos elementales reglas, una de ellas es con sentido lógico que nuestro candidato sea el mejor posicionado ante la ciudadanía, sea quien sea. El que tenga mejores posibilidades de ganarle al PAN y al PRI, el que tenga mejores posibilidades de encabezar un movimiento de transformaciones profundas en la vida política y económica del país.

Porque nadie puede ni debe poner en primer término sus aspiraciones, aun siendo legítimas, y sin duda la aspiración del país implica que debemos ir unidos y que el candidato, sea quien sea, debe ser el que esté con mejores condiciones.

¿Qué le ofreces?
A él y a cualquier compañero, no es que ofrezca, lo que voy a mantener es que haré el mejor esfuerzo por la unidad del PRD, a hacer el mayor esfuerzo porque el PRD se convierta en un actor aglutinador de otras fuerzas y otros movimientos de izquierda en el país y lo que ofrezco es seguir trabajando por el fortalecimiento y el engrandecimiento del PRD.

¿La garantía de imparcialidad en este proceso pasa por tu salida de la dirección nacional del PRD?
No estoy empeñado y tampoco lo estaré en mantener determinadas posiciones políticas. Lo que pido es un análisis sereno y a partir de ese análisis objetivo, cierto y real, tomemos las medidas más adecuadas para ver en qué condiciones se hace un cambio en la dirección. Siempre tiene que haber cambios, debe haberlos, en los actores, pero analicemos bien las condiciones del país y las condiciones de las elecciones y tomemos una decisión sobre la base de la sensatez y no sobre la base de aspiraciones personales o de aplicar la máxima de jodo luego existo, porque eso no le ayuda al PRD.

Liliana Padilla, Milenio, 27 de julio.

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