'Los dirigentes son esclavos'

El debate sobre la reforma laboral también se da en las calles que rodean al Palacio Legislativo de San Lázaro.

Trabajadores, estudiantes e integrantes de diversos sindicatos protagonizan una discusión paralela a la que ocurría dentro de la Cámara de Diputados.

Maricruz Pérez, sicóloga, madre de tres hijos, se planta frente a los granaderos, junto a los activistas del movimiento #YoSoy132.

Desde ahí grita a los peatones: "Esta reforma también va contra ti, a todos nos va a afectar, infórmate, que te importe". Los policías escuchan sus palabras. La mujer apuesta a que los ablande el cansancio para tratar de adoctrinarlos.

Otro contingente bloquea los accesos al edificio del Poder Judicial.

"Nosotros no tenemos nada que ver, es ahí enfrente", reclama enfadado uno de los empleados, quien insiste en que ellos no hacen las leyes.

"¿Qué no ven que esta reforma no le conviene a nadie? A usted también le van a bajar el sueldo, será el sueldo más bajo en la historia de México", responden los inconformes.

Un hombre se acerca y les informa que los diputados están entrando por el lado del Hospital Balbuena.

"Yo trabajo aquí, en el Poder Judicial, pero estoy con ustedes. Pienso en las generaciones que vienen y les agradezco por estar aquí", dice el informante y les extiende la mano.

La protesta se extiende a toda la manzana. En cada puerta bloqueada hay un debate. Cerca del Hospital Balbuena, Gerardo Fernández Noroña impide el acceso a los diputados, aunque los trabajadores del Congreso, con credencial en mano, pasan sin problema.

Luego llegan estudiantes del #132, confrontan al ex diputado petista y exigen un bloqueo total. Nadie entra. Aparece la legisladora perredista Amalia García y pide que le permitan acceder.

"Yo ya no tengo el control. Me hice a un lado, son los chavos los que no están dejando pasar", le responde Noroña. La ex Gobernadora de Zacatecas se va a buscar otra puerta.

Bajo una carpa instalada sobre Avenida Zapata, los sindicalistas del INBA avivan el debate.

"Hay que hacer todo lo posible para denunciar esta infamia. Nuestros dirigentes son esclavos de los grandes capitales, tenemos que mostrar el músculo", dice uno de los agremiados.

A la discusión se suma Javier Orihuela, diputado perredista, quien prefiere escuchar el debate afuera de San Lázaro.

Con sus 83 años a cuestas y jubilada de Hacienda, doña Eva Angelina reparte volantes contra la reforma.

"Yo la libré y como soy solterona no tengo hijos ni nietos que les afecte la reforma, pero lo hago por los jóvenes que no tienen futuro.

"Aunque no soy muy católica, porque la Iglesia nos ha chamaqueado, me enseñaron un mandamiento que dice 'amarás a tu prójimo como a ti mismo', y si el señor me dio tanto, tengo que compartirlo", dice y se va, repartiendo volantes.

Daniela Rea y Silvia Garduño, Reforma, 28 de septiembre-

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