Traen emigrados voto contra el chavismo

CARACAS.- "Para mí es democracia o dictadura", dice David Dávila, un venezolano que vive en México y el pasado 24 de septiembre regresó a su país para votar en las elecciones presidenciales del 7 de octubre.

La sensación de que en Venezuela se vive una situación límite podría ser el motor de un nuevo comportamiento de los electores que residen en el extranjero, principalmente de quienes se oponen a la reelección del Presidente Hugo Chávez, que han decidido regresar al país para participar en los comicios, afirma el politólogo Vicente Carrasquero.

"Esto es un fenómeno nuevo, no creo que sea una cuestión decisiva (el voto de quienes viajan), pero contribuye y refleja que hay una situación de angustia anormal, porque pareciera que te estás jugando el proceso democrático. La gente piensa que si gana Chávez, la democracia se termina, porque la democracia en Venezuela se ha reducido a lo meramente electoral, pues tú no tienes estado de derecho", explica.

Los vuelos de ciudades con altas concentraciones de venezolanos, como Miami, Bogotá, la Ciudad de México y Madrid, en muchos casos se agotaron. Entre 1.2 y 1.5 millones de venezolanos viven en el exterior, lo que equivale a 5 por ciento de la población total del país.

"Todo los vuelos vienen full (llenos) de todas partes del mundo. Mucha gente viene a votar", indica la agente de viajes Zayra Núnez, quien precisa que históricamente la temporada alta termina el 15 de septiembre.

El sistema electoral venezolano también permite el voto en el exterior, previa inscripción en los consulados del país. Para estas elecciones, hay 100 mil 495 personas registradas para sufragar así. En México, octavo centro de votación de venezolanos en el exterior, son 2 mil 489.

El comando de campaña del candidato opositor Henrique Capriles no tiene la cifra de todo el mundo, pero estima que sólo de México viajarán 8 mil personas a Venezuela para votar.

Unos 2 mil 500 dólares invertirá Luis Quintana para que su voto y el de su esposa, Adriana Rodríguez, sea contabilizado. "Vale la pena, por supuesto. Es un precio muy pequeño en comparación a lo que podemos ganar; mi voto puede representar la diferencia entre el progreso o el estancamiento de Venezuela", señala Quintana, quien llega a su país, procedente de México el 6 de octubre y lo abandona el 8.

"Yo creo que el chavismo, a pesar de que muchos venezolanos están en contra, nos ha dado ese sentido de responsabilidad en cuanto al voto. Yo creo que en años anteriores, cuando existía una democracia libre, el nivel de abstención era muy alta y la gente no sentía ese deber y ese derecho de votar, pero con lo que hemos vivido en los últimos 14 años, las personas tienen una noción mucho más responsable ante el voto", estimó.

De acuerdo con cifras del Consejo Nacional Electoral, cuando Chávez ganó su primer proceso electoral, en 1998, la abstención fue de 33.5 por ciento. Hoy, ese total puede ser de 25 por ciento, según Carrasquero.

Nicmer Evans, un politólogo partidario del oficialismo, desdeñó la posibilidad de un nuevo movimiento y consideró que el aumento en la participación se debe a que la población se siente más segura de que su voto será valorado.

Valeria Huérfano enviada, Reforma, 29 de septiembre.

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