Maestros van a las aulas pero no dan clases


Severino De la Cruz es profesor bilingüe en la escuela chontal de Oxiacaque, en Tabasco, y enseña el quinto grado de primaria. Hoy, como la mayoría de los 22 milmaestros en el estado, asistió a las aulas, pero no dio clases.
Dice que la instrucción del sindicato es asistir “de brazos caídos”, así que se presentan en los salones, pero no imparten las materias. 
Rodolfo Lara, secretario de Educación del estado, y el Tribunal de Conciliación y Arbitraje advirtieron el martes a los docentes que si faltaban al trabajo serían sancionados. Entonces, los profesores comenzaron a ir a las aulas, pero no han impartido clases. 
Desde el lunes, más de 540 mil alumnos en el estado no han arrancado el plan de este ciclo escolar, porque elSindicado Nacional de los Trabajadores del Estado(SNTE), el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación en Tabasco (SITET) y el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación de México (SITEM) no han alcanzado un acuerdo con las autoridades locales para un aumento salarial y el reparto de plazas. 
“Últimamente los pagos quincenales no han sido a tiempo, nos depositan a la última hora de la tarde, ese es un derecho que tenemos nosotros; otra petición son las plazas, porque hay muchas que se quedan congeladas y no les dan salidas”, comenta el profesor Severino. 
El gobierno local reconoce que el problema existe desde que el ex gobernador Andrés Granier estuvo en el poder y entregaba recursos extraordinarios a los líderes del magisterio. También, el PAN presentó una denuncia en contra de la sección 29 del SNTE, donde aseguran que de 2008 a 2012, el gobierno local entregó recursos a los maestros por más de 330 millones de pesos que no fueron comprobados. 
Los libros, sin abrir
El profesor Alejandro May Sánchez está sentado frente a su grupo de quinto grado de la escuela Benito Juárez de Isla Guadalupe, mientras les explica a los niños porqué no les puede dar clases. Hoy les entregó los libros de texto gratuito que usarán en el año, pero aún no han sido abiertos. 
Trinidad Sánchez tiene dos hijos que asisten a la primaria Benito Juárez y otros dos más en preescolar. Está preocupada porque se retrasan en las clases y, cuando regresan a laborar, los maestros los reprueban por no saber las lecciones. 
Dice que ella no les puede enseñar nada y que “por eso reprueban, porque aún no saben leer, los maestros faltan mucho; así como nosotros estamos jodidos también van a estar jodidos ellos, porque no pueden ir a la escuela”. 
En la primaria Gregorio Tomás Quintero los maestros se reúnen en el patio para discutir si asistirán o no a la concentración en Villahermosa, mientras los seis grados están adentro de los salones sin ningún profesor. 
El director del plantel reconstruido tras la inundación de 2007, Deyoce Hernández López, explica que les pidieron a los padres que llevaran a los niños, pero sólo tuvieron una asistencia de 80%; así que decidieron, por el momento, no repartir los paquetes de libros de texto gratuito. 
En otras escuelas, como en la primaria Salvador Díaz Mirón en Guatacalca, los maestros no asistieron. 
Los padres se enteraron antes de las ocho de la mañana, cuando los niños, con el uniforme azul de la escuela, estaban afuera esperando que abrieran las puertas. Entonces, comenzó un enfrenamiento entre los padres de familia con el director Gregorio Subia, quien les respondió que él “apoyaba al sindicato”. 
Selerina Reyes regresó a sus dos niños, de 11 y seis años, a su casa, donde se quedan solos. Ella también es maestra de preescolar y dice que no está de acuerdo con la lucha del sindicato. 
Dice que la han intimidado para que se una al paro, pero ella no puede dejar a sus hijos sin clases. 
Isidro May de la Cruz es el único profesor de la primaria de Guatacalca que está dando clases y sólo a su grupo, el segundo “A”. 
El profesor asegura que dará clases el próximo sábado para recuperar el lunes perdido, “los padres están felices conmigo, mis alumnos saben leer y escribir; no todos los grados van al mismo nivel, yo di un curso de verano y tuve estudiantes de otro segundo grado, que la verdad, están por los suelos”.
Mariana León y Roberto Barboza, EL Universal, 23 de agosto.

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