LA HABANA.- Entre sones, bachatas, café y ron los senadores mexicanos iniciaron su visita oficial de dos días a Cuba.
Apartados de las negociaciones parlamentarias y hasta de las diferencias políticas, la delegación de legisladores dio ayer un paseo campestre, se reunió con dirigentes del Partido Comunista, funcionarios diplomáticos y cenó con el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón.
Por la mañana, en Pinar del Río, a 64 kilómetros de La Habana y bajo un cielo completamente cerrado, los senadores encabezados por el panista Gustavo Madero turistearon para conocer el nuevo atractivo cubano: el desarrollo Las Terrazas, ubicado en la reserva de la biosfera Sierra del Rosario.
En el lugar de montañas, con animales de granja, pequeñas casitas, bosque y lagos, los legisladores se enteraron de un nuevo esquema de turismo sustentable, en el que los visitantes se hospedan en las casas de los lugareños.
Los panistas, tradicionalmente críticos del régimen castrista, hasta se tomaron fotografías junto a imágenes del Che Guevara y del convaleciente comandante Fidel Castro.
Hablaron de la disidencia, pero también de la poca conveniencia de reunirse con los grupos opositores, justo cuando pretenden preparar el terreno a la próxima visita del Presidente Felipe Calderón.
"No está en el programa, no es algo que se esté buscando, esto es un acercamiento para ver los esfuerzos que está haciendo el Gobierno y también el Congreso cubano para tener mayor agenda común", advirtió Madero, quien a pesar del traje y la corbata no paró de hacer bromas e incluso intentó subirse a una motocicleta.
Y es que hasta los senadores afines al régimen cubano aceptaron el interés de los disidentes de encontrarse con la delegación mexicana.
"Sé que hay intentos de la disidencia cubana de entrevistarse con algunos de nosotros.
"No está mal, si el PAN ya cedió a su tradicional oposición contra el gobierno cubano y contra la isla, nosotros deberíamos ser transigentes y tolerantes para poder aceptar cualquier opinión y cualquier conversación con la disidencia cubana", soltó el coordinador del PT, Ricardo Monreal.
EL PASEO
Reunidos a la orilla de un lago, con el ofrecimiento de cocteles mezclados con ron y con música de bachata en vivo, los senadores lucieron relajados.
Madero y Monreal recorrieron juntos la casa Margarito Barbosa "El Alcalde", quien convenció a un grupo de campesinos para ir a vivir a Las Terrazas, para integrarse en una comunidad.
Entre conversaciones informales, el anfitrión provocó las carcajadas de los presentes.
"Yo construí este banquito, para sentarme aquí, con un trago de ron y ver a mi mujer mientras se baña", describió mientras la senadora del PRD, Yeidckol Polevnsky, accedió a colocarse bajo la regadera para "escenificar" el relato.
Sin embargo, sólo algunos senadores pudieron realizar el recorrido completo.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, Cesar Leal, no pudo acceder a los senderos llenos de pequeños escalones, como consecuencia de una afección en uno de sus tobillos.
Pero él ya había disfrutado de Cuba una noche anterior, cuando acudió a cenar pescado preparado por el mismísimo Erasmo, a quien se refirió como el cocinero de Fidel Castro.
El resto de los senadores que participaron en la visita, concluyeron su recorrido por la reserva con un vistazo a la casa-museo del cantante guajiro, Polo Montañez.
Al llegar a la vivienda, los legisladores fueron recibidos con varias frases del intérprete fallecido que adornaban el pórtico del lugar.
"Si no hay público, me pongo triste", leyeron los políticos.
Después, en la "Casa de María", los senadores mexicanos bebieron café cubano, mismo que repitieron más tarde en la residencia del embajador de México en la isla, Gabriel Jiménez Rumbo, donde algunos aprovecharon hasta para fumarse un buen habano.
Trasladados durante toda la gira en automóviles Mercedes Benz, los integrantes de la delegación mexicana cerraron su primer día de actividades con una cena que ofreció el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Apartados de las negociaciones parlamentarias y hasta de las diferencias políticas, la delegación de legisladores dio ayer un paseo campestre, se reunió con dirigentes del Partido Comunista, funcionarios diplomáticos y cenó con el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón.
Por la mañana, en Pinar del Río, a 64 kilómetros de La Habana y bajo un cielo completamente cerrado, los senadores encabezados por el panista Gustavo Madero turistearon para conocer el nuevo atractivo cubano: el desarrollo Las Terrazas, ubicado en la reserva de la biosfera Sierra del Rosario.
En el lugar de montañas, con animales de granja, pequeñas casitas, bosque y lagos, los legisladores se enteraron de un nuevo esquema de turismo sustentable, en el que los visitantes se hospedan en las casas de los lugareños.
Los panistas, tradicionalmente críticos del régimen castrista, hasta se tomaron fotografías junto a imágenes del Che Guevara y del convaleciente comandante Fidel Castro.
Hablaron de la disidencia, pero también de la poca conveniencia de reunirse con los grupos opositores, justo cuando pretenden preparar el terreno a la próxima visita del Presidente Felipe Calderón.
"No está en el programa, no es algo que se esté buscando, esto es un acercamiento para ver los esfuerzos que está haciendo el Gobierno y también el Congreso cubano para tener mayor agenda común", advirtió Madero, quien a pesar del traje y la corbata no paró de hacer bromas e incluso intentó subirse a una motocicleta.
Y es que hasta los senadores afines al régimen cubano aceptaron el interés de los disidentes de encontrarse con la delegación mexicana.
"Sé que hay intentos de la disidencia cubana de entrevistarse con algunos de nosotros.
"No está mal, si el PAN ya cedió a su tradicional oposición contra el gobierno cubano y contra la isla, nosotros deberíamos ser transigentes y tolerantes para poder aceptar cualquier opinión y cualquier conversación con la disidencia cubana", soltó el coordinador del PT, Ricardo Monreal.
EL PASEO
Reunidos a la orilla de un lago, con el ofrecimiento de cocteles mezclados con ron y con música de bachata en vivo, los senadores lucieron relajados.
Madero y Monreal recorrieron juntos la casa Margarito Barbosa "El Alcalde", quien convenció a un grupo de campesinos para ir a vivir a Las Terrazas, para integrarse en una comunidad.
Entre conversaciones informales, el anfitrión provocó las carcajadas de los presentes.
"Yo construí este banquito, para sentarme aquí, con un trago de ron y ver a mi mujer mientras se baña", describió mientras la senadora del PRD, Yeidckol Polevnsky, accedió a colocarse bajo la regadera para "escenificar" el relato.
Sin embargo, sólo algunos senadores pudieron realizar el recorrido completo.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, Cesar Leal, no pudo acceder a los senderos llenos de pequeños escalones, como consecuencia de una afección en uno de sus tobillos.
Pero él ya había disfrutado de Cuba una noche anterior, cuando acudió a cenar pescado preparado por el mismísimo Erasmo, a quien se refirió como el cocinero de Fidel Castro.
El resto de los senadores que participaron en la visita, concluyeron su recorrido por la reserva con un vistazo a la casa-museo del cantante guajiro, Polo Montañez.
Al llegar a la vivienda, los legisladores fueron recibidos con varias frases del intérprete fallecido que adornaban el pórtico del lugar.
"Si no hay público, me pongo triste", leyeron los políticos.
Después, en la "Casa de María", los senadores mexicanos bebieron café cubano, mismo que repitieron más tarde en la residencia del embajador de México en la isla, Gabriel Jiménez Rumbo, donde algunos aprovecharon hasta para fumarse un buen habano.
Trasladados durante toda la gira en automóviles Mercedes Benz, los integrantes de la delegación mexicana cerraron su primer día de actividades con una cena que ofreció el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Claudia Guerrero, Reforma, 23 de enero.
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