La Habana, 28 de enero. Cuba anunció hoy que ratificará en los próximos días la Convención Internacional contra las Desapariciones Forzadas, que había firmado en 2007, y que invitará al relator especial de Naciones Unidas contra la Tortura para que visite la isla este año.
La cooperación cubana con los mecanismos de derechos humanos, virtualmente suspendida durante más de una década, se reactivó después de que cambió el sistema de supervisión internacional hace dos años.
Como parte de ese giro, Cuba firmó en 2008 los pactos internacionales de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y de Derechos Civiles y Políticos, pero su ratificación aún está en “consulta constitucional”, informó el canciller Felipe Pérez Roque.
El ministro de Relaciones Exteriores dijo a los medios que aún no hay fecha para la visita del relator contra la Tortura, el austriaco Manfred Novak.
En diciembre de 2007 vino el relator especial para el Derecho a la Alimentación, el suizo Jean Ziegler, y “anunciamos nuestra disposición de seguir invitando a procedimientos especiales” del Consejo de Derechos Humanos (CDH), añadió el canciller.
El ex sistema de supervisión, que permitía resoluciones unilaterales, cambió por el actual Examen Periódico Universal (EPU), que compromete a todos los países a reportar su propia situación cada cuatro años y escuchar observaciones de otras naciones y organizaciones no gubernamentales.
En una nueva ronda del EPU, el CDH examinará en Ginebra entre el 2 y el 11 de febrero a Alemania, Arabia Saudita, Bangladesh, Camerún, Canadá, China, Djibouti, Jordania, Malasia, Mauricio, México, Nigeria, Rusia y Senegal. A Cuba le tocará el jueves 5.
El EPU incluye el informe de cada país, una sesión de trabajo del CDH, coordinada por una troika (Uruguay, Gabón y Bosnia-Herzegovina, en el caso de Cuba) y un documento final con recomendaciones y compromisos del Estado que se sometió al escrutinio.
Sobre la oferta del presidente Raúl Castro de excarcelar opositores a cambio de que Estados Unidos libere a cinco agentes condenados en ese país por espionaje, Pérez Roque apuntó que “todas y cada una de las palabras dichas por Raúl antes están en pie”.
El opositor Elizardo Sánchez dijo que el informe cubano al EPU es “autocomplaciente”. Estimó que la invitación a un nuevo relator de derechos humanos “en sí mismo es algo positivo”, pero el impacto de esas visitas “seguirá siendo insignificante mientras el gobierno no muestre en los hechos una sincera voluntad política en cuanto al respeto de los derechos civiles, políticos y económicos de la población”.
La cooperación cubana con los mecanismos de derechos humanos, virtualmente suspendida durante más de una década, se reactivó después de que cambió el sistema de supervisión internacional hace dos años.
Como parte de ese giro, Cuba firmó en 2008 los pactos internacionales de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y de Derechos Civiles y Políticos, pero su ratificación aún está en “consulta constitucional”, informó el canciller Felipe Pérez Roque.
El ministro de Relaciones Exteriores dijo a los medios que aún no hay fecha para la visita del relator contra la Tortura, el austriaco Manfred Novak.
En diciembre de 2007 vino el relator especial para el Derecho a la Alimentación, el suizo Jean Ziegler, y “anunciamos nuestra disposición de seguir invitando a procedimientos especiales” del Consejo de Derechos Humanos (CDH), añadió el canciller.
El ex sistema de supervisión, que permitía resoluciones unilaterales, cambió por el actual Examen Periódico Universal (EPU), que compromete a todos los países a reportar su propia situación cada cuatro años y escuchar observaciones de otras naciones y organizaciones no gubernamentales.
En una nueva ronda del EPU, el CDH examinará en Ginebra entre el 2 y el 11 de febrero a Alemania, Arabia Saudita, Bangladesh, Camerún, Canadá, China, Djibouti, Jordania, Malasia, Mauricio, México, Nigeria, Rusia y Senegal. A Cuba le tocará el jueves 5.
El EPU incluye el informe de cada país, una sesión de trabajo del CDH, coordinada por una troika (Uruguay, Gabón y Bosnia-Herzegovina, en el caso de Cuba) y un documento final con recomendaciones y compromisos del Estado que se sometió al escrutinio.
Sobre la oferta del presidente Raúl Castro de excarcelar opositores a cambio de que Estados Unidos libere a cinco agentes condenados en ese país por espionaje, Pérez Roque apuntó que “todas y cada una de las palabras dichas por Raúl antes están en pie”.
El opositor Elizardo Sánchez dijo que el informe cubano al EPU es “autocomplaciente”. Estimó que la invitación a un nuevo relator de derechos humanos “en sí mismo es algo positivo”, pero el impacto de esas visitas “seguirá siendo insignificante mientras el gobierno no muestre en los hechos una sincera voluntad política en cuanto al respeto de los derechos civiles, políticos y económicos de la población”.
Gerardo Arreola, La Jornada, 29 de enero.
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