Los líderes parlamentarios de PRI, PRD y PT en la Cámara de Diputados y el Senado, así como sus dirigentes partidistas, tacharon de ofensivas, excesivas, antidemocráticas, divisorias y mentirosas las descalificaciones del presidente Felipe Calderón, a quien rechazan su propuesta de reforma política, y negaron tajantemente que los partidos de oposición intenten “estafar” a los ciudadanos.
Calderón sostuvo el pasado martes que los opositores a su reforma política “privilegian las maquinarias partidistas por encima de los ciudadanos”, y agregó: “mientras los temas más críticos del país se guarden y se archiven por meses y años, el ciudadano seguirá sufriendo una permanente estafa”.
En respuesta, El secretario general priista, Jesús Murillo Karam, afirmó que Calderón “ofende indebidamente” a los partidos, incluido al PAN, y atenta contra la democracia al calificar de estafa el trabajo legislativo.
En entrevista con MILENIO, el senador opinó que las declaraciones del Presidente “no favorecen en nada un ánimo constructivo entre los políticos y los ciudadanos”, además de que “el mandatario colabora en sentido contrario al que la Constitución y las leyes plantean para cada uno de los poderes”.
“Calificar de estafa el trabajo legislativo es eliminar uno de los principios básicos de la estructura constitucional de la democracia, es atentar contra ésta”, afirmó.
Murillo advirtió que con sus declaraciones, Calderón “elimina sus posibilidades de liderazgo para lograr consensos y mayorías, divide a los mexicanos, cuando su función es unir”.
En la Cámara de Diputados, el coordinador del tricolor, Francisco Rojas, señaló que expresar puntos de vista contrarios a las iniciativas presidenciales “no representa ninguna estafa”, mientras el perredista Alejandro Encinas y el petista Pedro Vázquez sostuvieron que “no hay peor estafa” que el robo de la elección presidencial de 2006.
Rojas precisó que a la reforma política calderonista “seguramente se le harán las modificaciones del caso o se rechazará”, y calificó de “excesos” los comentarios del Presidente contra los partidos.
El jefe de la bancada perredista, Alejandro Encinas, fue más allá y dijo que la declaración del Ejecutivo “es una mentira y una simulación”.
Anticipó que la reforma política del mandatario “no va a pasar de ninguna manera”, pues además de regresiva y autoritaria, sólo pretende consolidar un régimen bipartidista y excluir opciones como la izquierda del país.
En tanto, el coordinador petista Pedro Vázquez secundó a Encinas al dar por muerta la reforma política de Calderón, pues dijo, el proyecto quedó prácticamente sepultado en el foro organizado por el Senado.
Por separado, el presidente del Senado y coordinador del PRD, Carlos Navarrete, dijo que Calderón tiene el derecho de defender con argumentos su iniciativa, pero entre más enérgico y descalificador sea su discurso “eleva el grado de dificultad en el Congreso para que sean aceptadas sus propuestas”.
Adelantó que, de cualquier modo, la iniciativa del Presidente se va a modificar para rechazar propuestas, aceptar unas y adicionar otras.
Finalmente, el dirigente nacional perredista, Jesús Ortega, dijo que Calderón debería serenarse “porque se le vio molesto y enojado”, y porque su propuesta de debe desatar opiniones favorables y desfavorables.
Calderón sostuvo el pasado martes que los opositores a su reforma política “privilegian las maquinarias partidistas por encima de los ciudadanos”, y agregó: “mientras los temas más críticos del país se guarden y se archiven por meses y años, el ciudadano seguirá sufriendo una permanente estafa”.
En respuesta, El secretario general priista, Jesús Murillo Karam, afirmó que Calderón “ofende indebidamente” a los partidos, incluido al PAN, y atenta contra la democracia al calificar de estafa el trabajo legislativo.
En entrevista con MILENIO, el senador opinó que las declaraciones del Presidente “no favorecen en nada un ánimo constructivo entre los políticos y los ciudadanos”, además de que “el mandatario colabora en sentido contrario al que la Constitución y las leyes plantean para cada uno de los poderes”.
“Calificar de estafa el trabajo legislativo es eliminar uno de los principios básicos de la estructura constitucional de la democracia, es atentar contra ésta”, afirmó.
Murillo advirtió que con sus declaraciones, Calderón “elimina sus posibilidades de liderazgo para lograr consensos y mayorías, divide a los mexicanos, cuando su función es unir”.
En la Cámara de Diputados, el coordinador del tricolor, Francisco Rojas, señaló que expresar puntos de vista contrarios a las iniciativas presidenciales “no representa ninguna estafa”, mientras el perredista Alejandro Encinas y el petista Pedro Vázquez sostuvieron que “no hay peor estafa” que el robo de la elección presidencial de 2006.
Rojas precisó que a la reforma política calderonista “seguramente se le harán las modificaciones del caso o se rechazará”, y calificó de “excesos” los comentarios del Presidente contra los partidos.
El jefe de la bancada perredista, Alejandro Encinas, fue más allá y dijo que la declaración del Ejecutivo “es una mentira y una simulación”.
Anticipó que la reforma política del mandatario “no va a pasar de ninguna manera”, pues además de regresiva y autoritaria, sólo pretende consolidar un régimen bipartidista y excluir opciones como la izquierda del país.
En tanto, el coordinador petista Pedro Vázquez secundó a Encinas al dar por muerta la reforma política de Calderón, pues dijo, el proyecto quedó prácticamente sepultado en el foro organizado por el Senado.
Por separado, el presidente del Senado y coordinador del PRD, Carlos Navarrete, dijo que Calderón tiene el derecho de defender con argumentos su iniciativa, pero entre más enérgico y descalificador sea su discurso “eleva el grado de dificultad en el Congreso para que sean aceptadas sus propuestas”.
Adelantó que, de cualquier modo, la iniciativa del Presidente se va a modificar para rechazar propuestas, aceptar unas y adicionar otras.
Finalmente, el dirigente nacional perredista, Jesús Ortega, dijo que Calderón debería serenarse “porque se le vio molesto y enojado”, y porque su propuesta de debe desatar opiniones favorables y desfavorables.
Fernando Damián, Angélica Mercado y Elba Mónica Bravo, Milenio, 28 de enero.
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