Las remesas que los mexicanos enviaron el año pasado desde el exterior sumaron 21 mil 181 millones de dólares, lo que significó una caída de 15.73 por ciento respecto a lo que se reportó en 2008, año en el que ingresaron al país 25 mil 137 millones por ese concepto, informó el Banco de México.
Ésta es la peor caída en términos anuales de las remesas desde que el banco central comenzó su registro en 1995. En términos monetarios, también resultó el más bajo desde 2004, cuando estos recursos alcanzaron los 18 mil 331 millones de dólares.
De acuerdo con el instituto central, en su comparativo anual, esto significó el descalabro negativo número 14, lo cual indica el deterioro en el mercado laboral que provocó la economía, principalmente en Estados Unidos, donde radican la mayoría de los mexicanos migrantes.
Al cierre del año, las entidades que recibieron menores flujos de remesas fueron Tabasco, con una caída de 26.7 por ciento; Chiapas, 24 por ciento; Campeche, 23.3 por ciento; Hidalgo, 21.5 por ciento; Veracruz, 20.1 por ciento.
En tanto, el Distrito Federal recibió 11.2 por ciento menos remesas que 2008, mientras que Nuevo León registró un descenso de 9.6 por ciento, y Jalisco percibió 11.6 por ciento menos de estos recursos.
El economista senior de Ixe, Luis Flores, indicó que a pesar del desempeño negativo del año pasado, las remesas se mantienen como la segunda entrada de divisas más importante para México, al ser más “defensivas” que el resto de los flujos externos.
Reconoció que a pesar del alto desempleo en Estados Unidos no hay evidencia de que los migrantes que trabajan en ese país regresarán al país y que incluso muchos de ellos aún se emplean en esa nación.
Uno de los factores que minimizó el menor registro de remesas en el presente año fue el tipo de cambio, que durante 2009 observó una paridad promedio de 13.50 pesos por dólar, cuando en 2008 la divisa estadunidense se cotizó en 11.14 pesos.
“El tipo de cambio ya no será un factor de impulso para el envío de remesas y el poder adquisitivo de las familias receptoras no continuará beneficiándose por esta vía”, precisó el especialista.
Ésta es la peor caída en términos anuales de las remesas desde que el banco central comenzó su registro en 1995. En términos monetarios, también resultó el más bajo desde 2004, cuando estos recursos alcanzaron los 18 mil 331 millones de dólares.
De acuerdo con el instituto central, en su comparativo anual, esto significó el descalabro negativo número 14, lo cual indica el deterioro en el mercado laboral que provocó la economía, principalmente en Estados Unidos, donde radican la mayoría de los mexicanos migrantes.
Al cierre del año, las entidades que recibieron menores flujos de remesas fueron Tabasco, con una caída de 26.7 por ciento; Chiapas, 24 por ciento; Campeche, 23.3 por ciento; Hidalgo, 21.5 por ciento; Veracruz, 20.1 por ciento.
En tanto, el Distrito Federal recibió 11.2 por ciento menos remesas que 2008, mientras que Nuevo León registró un descenso de 9.6 por ciento, y Jalisco percibió 11.6 por ciento menos de estos recursos.
El economista senior de Ixe, Luis Flores, indicó que a pesar del desempeño negativo del año pasado, las remesas se mantienen como la segunda entrada de divisas más importante para México, al ser más “defensivas” que el resto de los flujos externos.
Reconoció que a pesar del alto desempleo en Estados Unidos no hay evidencia de que los migrantes que trabajan en ese país regresarán al país y que incluso muchos de ellos aún se emplean en esa nación.
Uno de los factores que minimizó el menor registro de remesas en el presente año fue el tipo de cambio, que durante 2009 observó una paridad promedio de 13.50 pesos por dólar, cuando en 2008 la divisa estadunidense se cotizó en 11.14 pesos.
“El tipo de cambio ya no será un factor de impulso para el envío de remesas y el poder adquisitivo de las familias receptoras no continuará beneficiándose por esta vía”, precisó el especialista.
Alberto Verdusco, Milenio, 28 de enero.
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