Entre más enérgico y descalificador sea el discurso del presidente Felipe Calderón, más se eleva el grado de dificultad en el Congreso de la Unión para que sean aceptadas sus propuestas de reforma política, advirtió el senador Carlos Navarrete.
El presidente del Senado señaló que “no soy yo quien le va a dictar el tono de sus declaraciones, ni reconvenirlo por las opiniones que dé, eso le corresponde al ámbito del presidente Calderón; a nosotros nos corresponde escuchar las opiniones de la sociedad y de los especialistas, debatir, acordar, construir las mayorías parlamentarias y aprobar lo que consideremos que es bueno para el país y rechazar lo que no compartamos”.
Señaló que el mandatario federal tiene todo el derecho de defender con los argumentos que crea convenientes la iniciativa de reforma que envió al Senado, “y el Senado tiene todo el derecho de evaluar, de debatir y de aprobar lo que considere que es conveniente y rechazar lo que crea que no es conveniente. Hay legitimidad en ambas partes, por lo tanto, la opinión del Presidente la escucho, la valoro, no entro en polémica por ello, porque a partir de ahora la discusión estará fundamentalmente en las comisiones del Senado de la República”.
Navarrete remarcó que habrá una reforma política que no será la misma que envió el Presidente, ya que tendrá modificaciones, serán aceptadas algunas propuestas, rechazadas otras y se adicionarán temas que el Ejecutivo federal no contempló.
Dijo que no debe sorprender el debate áspero, ya que el debate político en México tiene “muchas tonalidades”, además de que “si no hubiera un debate así de áspero, pues estarían muy planos los periódicos y los noticiarios de radio y televisión”.
Indicó que los partidos que integran la organización Diálogo por la Reconstrucción de México (DIA), que son el PRD, PT y Convergencia, tendrán lista su iniciativa de reforma política a principios de febrero, y el PRI tendrá lista la propia en la segunda semana del mismo mes.
Por su parte, Gustavo Madero, presidente de la Junta de Coordinación Política, confió en que en el periodo ordinario de sesiones, que inicia el 1 de febrero, la reforma política sea uno de los temas prioritarios.
“Definitivamente, aquí debemos tomar en cuenta e incorporar la opinión de la mayor parte de los grupos parlamentarios, en especial del PRI, del PRD, porque sin ellos no puede haber una reforma de estas características que pueda ser aprobada en ambas cámaras. Yo confío en que lo podamos lograr y mantengamos un nivel de interlocución abierto, respetuoso”.
En otro tema, Madero dijo que las alianzas electorales “llegaron para quedarse; las alianzas son necesarias, cada vez van a ser más frecuentes y más importantes en México y en el mundo; las alianzas son buenas, son importantes, reflejan precisamente la voluntad de alcanzar objetivos mayores que rebasan las limitaciones o la visión endogámica de los partidos. Los grandes movimientos y las grandes transformaciones exigen grandes alianzas”.
El presidente del Senado señaló que “no soy yo quien le va a dictar el tono de sus declaraciones, ni reconvenirlo por las opiniones que dé, eso le corresponde al ámbito del presidente Calderón; a nosotros nos corresponde escuchar las opiniones de la sociedad y de los especialistas, debatir, acordar, construir las mayorías parlamentarias y aprobar lo que consideremos que es bueno para el país y rechazar lo que no compartamos”.
Señaló que el mandatario federal tiene todo el derecho de defender con los argumentos que crea convenientes la iniciativa de reforma que envió al Senado, “y el Senado tiene todo el derecho de evaluar, de debatir y de aprobar lo que considere que es conveniente y rechazar lo que crea que no es conveniente. Hay legitimidad en ambas partes, por lo tanto, la opinión del Presidente la escucho, la valoro, no entro en polémica por ello, porque a partir de ahora la discusión estará fundamentalmente en las comisiones del Senado de la República”.
Navarrete remarcó que habrá una reforma política que no será la misma que envió el Presidente, ya que tendrá modificaciones, serán aceptadas algunas propuestas, rechazadas otras y se adicionarán temas que el Ejecutivo federal no contempló.
Dijo que no debe sorprender el debate áspero, ya que el debate político en México tiene “muchas tonalidades”, además de que “si no hubiera un debate así de áspero, pues estarían muy planos los periódicos y los noticiarios de radio y televisión”.
Indicó que los partidos que integran la organización Diálogo por la Reconstrucción de México (DIA), que son el PRD, PT y Convergencia, tendrán lista su iniciativa de reforma política a principios de febrero, y el PRI tendrá lista la propia en la segunda semana del mismo mes.
Por su parte, Gustavo Madero, presidente de la Junta de Coordinación Política, confió en que en el periodo ordinario de sesiones, que inicia el 1 de febrero, la reforma política sea uno de los temas prioritarios.
“Definitivamente, aquí debemos tomar en cuenta e incorporar la opinión de la mayor parte de los grupos parlamentarios, en especial del PRI, del PRD, porque sin ellos no puede haber una reforma de estas características que pueda ser aprobada en ambas cámaras. Yo confío en que lo podamos lograr y mantengamos un nivel de interlocución abierto, respetuoso”.
En otro tema, Madero dijo que las alianzas electorales “llegaron para quedarse; las alianzas son necesarias, cada vez van a ser más frecuentes y más importantes en México y en el mundo; las alianzas son buenas, son importantes, reflejan precisamente la voluntad de alcanzar objetivos mayores que rebasan las limitaciones o la visión endogámica de los partidos. Los grandes movimientos y las grandes transformaciones exigen grandes alianzas”.
Blanca Estela Botello, Crónica, 28 de enero.
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