La propaganda política jamás desapareció, estuvo presente en cada rincón, en cada barrio, en cada avenida y en cada calle de los nueve municipios en los que se divide Quintana Roo.
Promesas de campaña y los rostros sonrientes de los candidatos rodeaban sin distingo todos los centros de votación, ante la complacencia de las autoridades electorales, que al inicio de la jornada tenían el temor de que la elección fuera invalidada por la ausencia masiva de funcionarios de casilla y la apertura tardía de los centros de votación.
Los aspirantes a la gubernatura del estado, Roberto Borge Angulo, de la alianza Quintana Roo Avanza, integrada por el PRI, Nueva Alianza y PVEM; Francisco Gerardo Mora Vallejo, de la coalición Todos por Quintana Roo, conformada por PRD, PT y Convergencia; y Alicia Concepción Ricalde Magaña, del PAN, esperaron minutos después del cierre de casillas para adjudicarse un triunfo aún, lejos de anunciarse.
Pues para esa hora, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) contabilizaba una de las mil 526 casillas que se instalaron en la entidad.
La afluencia fue baja. Se calcula que menos de la mitad de los 847 mil electores acudió a sufragar. En Cancún, donde se encuentran cuatro distritos con el mayor número de votantes, la participación fue creciendo conforme avanzaba el día, pero sin que fuera una asistencia notable. Hubo algunas casillas que acabaron su instalación entre las 11 y 12 del día, lo que desconcertó y molestó a algunos habitantes que acabaron por renunciar a su intención de votar esta vez.
La figura de Gregorio Greg Sánchez, quien fuera el aspirante de la coalición Todos por Quintana Roo y ahora detenido en una prisión de Tepic por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, poco influyó en la jornada electoral, que en lo general avanzó de manera pacífica y con reclamos esporádicos de la oposición que acusaba al saliente gobernador, Félix González Canto, de haber animado una elección de Estado.
“Ya ganamos, cuidemos la victoria”, declaró una segura Alicia Ricalde; mientras Roberto Borge reclamaba un “triunfo contundente”. Francisco Gerardo Mora Vallejo también se adjudicaba un “triunfo histórico” para Quintana Roo.
Y aunque no hubo violencia en la jornada electoral, que en algunos casos no fue de 10 horas sino de seis, sí hubo amagos de grupos de choque en los principales centros de votación en algunos municipios, principalmente en Cancún, donde la pelea para definir ganador de las elecciones para gobernador se dio palmo a palmo. Hombres con gorras verdes y playeras blancas con mangas en rojo se apostaron en los centros de mayor concentración de votantes.
Observadores electorales daban cuenta de estos grupos que en algunos casos llegaron en camionetas y armados con toletes. La víspera de la elección una tormenta azotó varios puntos del estado, principalmente Cancún, lo que hacía presagiar el destino de la jornada. Nada ocurrió. Para resguardar la seguridad de los comicios fueron asignados más de cinco mil policías, todos municipales y estatales, y no se pudo observar ni presencia militar ni de fuerzas federales.
Zona “indiferente”
En Cancún, donde se asientan los distritos X, XI, XII y XIII, que en total suman 414 mil 199 electores, se vivieron varias jornadas: una moderada en los sectores populares y de clase media, y otra indiferente en la zona turística que históricamente ha estado marcada en el estado por un gran abstencionismo.
Pese a la creciente presencia del crimen organizado en Cancún y el actuar violento cada vez más visible de Los Zetas, no se dieron amenazas a lo largo de la jornada electoral. En los últimos meses cada vez son más frecuentes las decapitaciones y ejecuciones en las inmediaciones de este sitio turístico, todas atribuidas a grupos de narcotráfico, esto sin contar casos repetidos de secuestro y extorsión en un estado habitado por más de un millón cien mil personas.
Avanzó la noche y todo parecía indicar que de los tres candidatos que se decían ganadores, uno lo era de verdad, el aspirante de la alianza Quintana Roo Avanza (PRI, Nueva Alianza y Verde Ecologista), Roberto Borge Angulo, un político de 30 años, nacido en Cozumel, e involucrado junto con su padre en el negocio de transporte marítimo de pasajeros. Borge fue considerado siempre el delfín del gobernador González Canto.
Tanto González Canto como Borge Angulo tienen profundos vínculos con el sector hotelero, turístico y naviero, por ello gozan del respaldo del sector empresarial del estado.
En el municipio Benito Juárez, al que pertenece Cancún y considerado “la joya de la corona”, Javier Ricalde, de Todos por Quintana Roo, que integran PRD, PAN, PT y Convergencia mantenía una cerrada disputa con su rival priísta.
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