Cinco candidatos a gusto del presidente

Salvo en los estados en que el PAN optó por la rentabilidad de aliarse con PRD, PT y Convergencia para las elecciones del 4 de julio, cinco candidatos a gobernador fueron designados directamente por su líder nacional, César Nava, y todos ellos guardan una cercanía o bien una relación directa con su líder o con el presidente Felipe Calderón.

Para nombrarlos, Nava Vázquez echó mano de su facultad de designación, en ocasiones dejando de lado a los aspirantes cercanos al gobernador, como en Aguascalientes y Tlaxcala, o bien generando desprendimientos al interior del partido, como  sucedió en Veracruz, con la postulación de un hombre cercano a Elba Esther Gordillo.

La tlaxcalteca Adriana Dávila fue la coordinadora estatal de la campaña de Felipe Calderón en 2006, en tanto que Miguel Ángel Yunes formó parte del gabinete presidencial como director del ISSSTE.

Mientras tanto, la postulación de Martín Orozco reveló la fisura interna del panismo en Aguascalientes, que inició con denuncias por fraude contra el candidato, quien a su vez acusó tales acciones como una maniobra del gobernador.

Algunas alianzas mal logradas, como la de Quintana Roo, obligaron al dirigente nacional del blanquiazul a echar mano de panistas cercanos al presidente Felipe Calderón, como Alicia Ricalde, con quien compartió la LVIII Legislatura en la Cámara de Diputados. Por lo que respecta a Tamaulipas, José Sacramento es el único de los candidatos designados por la dirigencia que puede identificarse como una figura cercana al grupo encabezado por el senador Santiago Creel al interior del partido. En tanto, Carlos Borruel, en Chihuahua, y Cuauhtémoc Calderón, en Zacatecas, son los únicos dos aspirantes de las filas del PAN que ganaron un proceso interno de selección.

En Zacatecas, el panismo recurrió a una práctica extraordinaria para elegir a su abanderado al abrir la elección a la ciudadanía para legitimar la postulación de Cuauhtémoc Calderón, un empresario sin gran trayectoria panista, pero con el aval de haber conquistado previamente la alcaldía de la capital.

Mientras que en Chihuahua, Carlos Borruel resultó postulado luego de un proceso interno entre los militantes para competir el 4 de julio en una de las entidades consideradas con mayor control priista, en la que hace seis años su candidato, Javier Corral , quedó a 15 puntos del actual gobernado José Reyes Baeza.

  En Veracruz, el acuerdo político impulsado por la dirigencia nacional ocasionó la salida del partido de Gerardo Buganza, un histórico militante que hace seis años perdió, llegó hasta el Tribunal Electoral.

En su lugar la dirigencia prefirió un candidato “competitivo” y nombró al director del ISSSTE con licencia temporal, Miguel Ángel Yunes, uno de los hombres más cercanos a la líder magisterial Elba Esther Gordillo.

En Tlaxcala se generó otra escisión luego de que el Comité Ejecutivo Nacional designó como candidata a Adriana Dávila, una de las panistas más cercanas al presidente Felipe Calderón, al haber sido su coordinadora estatal en la campaña 2006.

En esa entidad, Perla López Loyo, otra de las aspirantes, terminó por unirse a la campaña del priista Mariano González Zarur.

México. Daniel Venegas, La Jornada, 4 de julio.

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