BUENOS AIRES.— Por lo menos 12 guerrilleros muertos y otros seis detenidos fue el resultado del ataque por tierra y aire que lanzaron la Armada y la Fuerza Aérea colombianas en el norte del país, en donde en un primer momento se presumía que podría haber muerto el comandante de las FARC, Antonio Cano, lo que luego fue desmentido oficialmente.
Junto con las imágenes del bombardeo de un campamento de las FARC sobre la vereda Las Flores, en la región de Montes de Maria, estado de Sucre, surgió el rumor sobre la presunta muerte de Cano,, pero el comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla, dijo “no saber nada sobre la suerte del guerrillero Cano”. El presidente Álvaro Uribe dio una conferencia de prensa, en la que reveló que “a las cuatro de la mañana (del 6 de julio), luego de extensos trabajos de inteligencia realizados por la Armada y la acción de la Fuerza Aérea colombiana, fueron abatidos 12 bandidos y capturados seis”.
“Se ha identificado a dos de los fallecidos como ayudantes de Iván Márquez, presunto líder de alto rango de las FARC, pero ya sabemos dónde está ese bandido de Márquez”, agregó.
Al ser consultado sobre si Cano resultó herido en el bombardeo, el ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, dijo también que se desconoce lo qué pasó con el número uno de la guerrilla más longeva de América Latina.
La política de Seguridad Democrática, que tantos dividendos políticos le dio al presidente Uribe, parece mantenerse hasta el último día de su gestión, lo mismo que la postura asumida con Venezuela, que llevó ayer al canciller venezolano, Nicolás Maduro, a decir que “el gobierno de Uribe es un obstáculo para normalizar las relaciones entre los países”, algo que tanto el presidente electo, Juan Manuel Santos —quien ayer fue recibido en Madrid por el rey Juan Carlos y el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, al finalizar su gira por Europa— como el propio Hugo Chávez, parecen buscar.
La muerte de Cano habría sido un golpe prácticamente letal para la insurgencia. Cano, quien responde al nombre de Guillermo Sáenz, reemplazó al legendario Manuel Marulanda al frente de las FARC, cuando el fundador y líder histórico falleció de muerte natural, el 26 de marzo de 2008. Desde entonces, es el principal blanco del gobierno de Uribe, que termina el 7 de agosto. Según versiones, Cano se oculta en el suroeste del país.
Junto con las imágenes del bombardeo de un campamento de las FARC sobre la vereda Las Flores, en la región de Montes de Maria, estado de Sucre, surgió el rumor sobre la presunta muerte de Cano,, pero el comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla, dijo “no saber nada sobre la suerte del guerrillero Cano”. El presidente Álvaro Uribe dio una conferencia de prensa, en la que reveló que “a las cuatro de la mañana (del 6 de julio), luego de extensos trabajos de inteligencia realizados por la Armada y la acción de la Fuerza Aérea colombiana, fueron abatidos 12 bandidos y capturados seis”.
“Se ha identificado a dos de los fallecidos como ayudantes de Iván Márquez, presunto líder de alto rango de las FARC, pero ya sabemos dónde está ese bandido de Márquez”, agregó.
Al ser consultado sobre si Cano resultó herido en el bombardeo, el ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, dijo también que se desconoce lo qué pasó con el número uno de la guerrilla más longeva de América Latina.
La política de Seguridad Democrática, que tantos dividendos políticos le dio al presidente Uribe, parece mantenerse hasta el último día de su gestión, lo mismo que la postura asumida con Venezuela, que llevó ayer al canciller venezolano, Nicolás Maduro, a decir que “el gobierno de Uribe es un obstáculo para normalizar las relaciones entre los países”, algo que tanto el presidente electo, Juan Manuel Santos —quien ayer fue recibido en Madrid por el rey Juan Carlos y el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, al finalizar su gira por Europa— como el propio Hugo Chávez, parecen buscar.
La muerte de Cano habría sido un golpe prácticamente letal para la insurgencia. Cano, quien responde al nombre de Guillermo Sáenz, reemplazó al legendario Manuel Marulanda al frente de las FARC, cuando el fundador y líder histórico falleció de muerte natural, el 26 de marzo de 2008. Desde entonces, es el principal blanco del gobierno de Uribe, que termina el 7 de agosto. Según versiones, Cano se oculta en el suroeste del país.
El Universal, 9 de julio.
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