Electores vencen al miedo

El espejo de la jornada electoral tamaulipeca lo ofrecieron los políticos, con blindajes de alto grado, votos en secrecía y desmesurados operativos de custodia.

Aunque no hubo autoridad que llamara al voto, en los hechos se reflejó alerta. Esta vez, sin embargo, no había en el mosaico estatal justificación para el sobresalto: sólo desde Tampico llegaron voces que advertían rondines de encapuchados. Y fue ahí, en el puerto, donde un representante panista denunció haber sido agredido por un grupo juvenil.

En pleno cierre electoral se habló del estallido de una granada en la periferia de Ciudad Victoria. La noticia movilizó a la Policía Federal, pero fue desmentida por Jorge Luis Navarro, titular del IETAM: "Un rumor… No tuvimos incidentes importantes".

Dijo que 700 representantes electorales —de cerca de 13 mil— habían sido sustituidos, sin razón aparente. Y que sólo una de las 4 mil 314 casillas programadas no fue instalada, por el resquebrajamiento de un puente en el municipio de Hidalgo. Secuela del huracán Alex.

Ni siquiera en el rubro de la artimaña electoral se dio mayor registro que la detención de cuatro militantes blanquiazules acusadas de repartir vales de despensa.

La desconfianza ciudadana brotó desde el amanecer, cuando en distintas parroquias de la entidad se optó por festejar con cohetones el día de la Virgen del Refugio y las denotaciones se confundieron con ráfagas de pistolas o rifles.

"¡Que pongan patrullas en cada casilla!", petición en calles y redes sociales.

Como medida preventiva se votó en grupo: vecinal o familiar. Fueron escasos los sufragios solitarios.

En las regiones incomunicadas por Alex, los habitantes, más que paquetes electorales, exigieron dotaciones de agua, comida y ayuda para localizar a sus familiares.

"Votemos sin miedo", invitaba el Obispo Antonio González, mientras seguían los cohetes para la Virgen del Refugio.

En la Costa Chica del estado - la de mayor nivel en delincuencia- se reportaron funcionarios de casilla ausentes y vecinos que se negaron a abrir sus casas para habilitarlas como centros de votación. Las escenas se multiplicaron en zonas ejidales.

Por temor a un ataque, la mayoría de los candidatos ocultaron hora y lugar donde votarían. El más vigilado fue el sustituto Egidio Torre, cuya presencia en la primaria José Vasconcelos movilizó alrededor de 50 efectivos, entre ministeriales, federales y escoltas. Lo acompañaron esposa e hija del aspirante asesinado Rodolfo Torre. Quince minutos antes del arribo se "peinó" el plantel.

Egidio utilizó protección antibalas bajo su camisa. El exceso de seguridad provocó empujones entre reporteros y custodios. La comitiva incluyó al menos una decena de camionetas, además de ambulancia.

-¿Y las investigaciones por la muerte de su hermano? -se le preguntó.

-Hay momentos para todo, éste es para votar-contestó.

El gobernador Eugenio Hernández arribó a su casilla también en forma secreta. Sólo pronóstico: "Ganará la democracia".
Daniel Blancas en Ciudad Victoria, La Crónica, 5 de julio

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