Virtual gobernador electo de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes sostiene que el proyecto de izquierda en la entidad fracasó porque se desvió de sus objetivos centrales, hubo exclusión a muchos liderazgos políticos y sociales, se alejó de los vínculos con la sociedad. En esta lógica, arropado por el priísmo y el monrealismo que lo postularon, adelanta que uno de los ejes de su administración será precisamente reconstruir la participación social en el ejercicio de gobierno.
Integrante de las administraciones perredistas que gobernaron la entidad durante 12 años, enfatiza que el distanciamiento con la sociedad fue el preámbulo del rechazo social al proyecto perredista. Alonso Reyes destaca la necesidad de que su gobierno pugne por una participación social intensa e involucre a los más diversos grupos sociales en los proyectos económicos, en la instrumentación de políticas para el campo o en el impulso a la renovación de los cuerpos policiacos.
La seguridad pública, afirma, será otra de las prioridades, pues si bien Zacatecas no tiene los niveles de riesgo que otras entidades, el diagnóstico es que hay una delincuencia común y un crimen organizado que deben ser combatidos. En esta lógica adelanta que habrá una renovación de las corporaciones policiacas en la entidad, mayores controles de confianza en sus elementos y más coordinación con las estados vecinos para definir políticas regionales que contengan el avance del crimen organizado.
Advierte un riesgo en el fenómeno que está ocurriendo en torno a la migración, tras los cambios en la economía estadunidense, la caída en la actividad de la industria de la construcción y la reducción de las remesas: “Los jóvenes del estado se están quedando sin empleo y ese es un riesgo potencial de ser presa del crimen organizado”, advierte.
Por ello, sostiene, es necesaria la reactivación económica del sector rural, el cual, dice, fue abandonado en el gobierno perredista. Agrega que también se desalentaron proyectos productivos, la relación con la industria minera fue prácticamente inexistente y no se atrajo a la industria maquiladora.
Integrante de las administraciones perredistas que gobernaron la entidad durante 12 años, enfatiza que el distanciamiento con la sociedad fue el preámbulo del rechazo social al proyecto perredista. Alonso Reyes destaca la necesidad de que su gobierno pugne por una participación social intensa e involucre a los más diversos grupos sociales en los proyectos económicos, en la instrumentación de políticas para el campo o en el impulso a la renovación de los cuerpos policiacos.
La seguridad pública, afirma, será otra de las prioridades, pues si bien Zacatecas no tiene los niveles de riesgo que otras entidades, el diagnóstico es que hay una delincuencia común y un crimen organizado que deben ser combatidos. En esta lógica adelanta que habrá una renovación de las corporaciones policiacas en la entidad, mayores controles de confianza en sus elementos y más coordinación con las estados vecinos para definir políticas regionales que contengan el avance del crimen organizado.
Advierte un riesgo en el fenómeno que está ocurriendo en torno a la migración, tras los cambios en la economía estadunidense, la caída en la actividad de la industria de la construcción y la reducción de las remesas: “Los jóvenes del estado se están quedando sin empleo y ese es un riesgo potencial de ser presa del crimen organizado”, advierte.
Por ello, sostiene, es necesaria la reactivación económica del sector rural, el cual, dice, fue abandonado en el gobierno perredista. Agrega que también se desalentaron proyectos productivos, la relación con la industria minera fue prácticamente inexistente y no se atrajo a la industria maquiladora.
Alonso Urrutia, La Jornada, 9 de julio.
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