Para el general colombiano Luis Enrique Montenegro, quien contribuyó al derrumbe de los cárteles de Medellín y Cali, el asesinato del candidato al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, constituye un símil con la ejecución del aspirante presidencial de su país, Luis Carlos Galán, ocurrido a finales de los 80.
El militar retirado dice, vía telefónica desde Bogotá, que lejos de replegarse, las fuerzas federales deben continuar en ese combate que, sin duda, tendrá mayores costos políticos, económicos y pérdida de vidas. Sin embargo, refiere que la estrategia no puede tener éxito sin políticas sociales y contra las adicciones.
—Colombia ha registrado una narcoviolencia ligada a la política ¿cuál es su opinión del asesinato del candidato en Tamaulipas?
—En mi opinión el homicidio podría tener los mismos objetivos que los de Pablo Escobar, jefe del cártel de Medellín, cuando mandó asesinar a Luis Carlos Galán en 1989. Los delincuentes, en momentos de proceso electoral, mandan un mensaje para arrinconar e intimidar al país y al gobierno, para que no los sigan persiguiendo.
Asegura que la respuesta del presidente Felipe Calderón y de las autoridades de todos niveles debe ser una política de cero tolerancia, no ceder espacio en la lucha contra el crimen organizado.
—El presidente Calderón hizo una convocatoria al diálogo y la unidad, pero más que unir parece que polarizó a las fuerzas políticas.
—Lo mismo que está ocurriendo en México ocurrió con Galán, pero aquí hubo una respuesta de ayudar al gobierno de Colombia a nivel del Estado, los medios se unieron e invitaron a votar, segundo, teníamos que reunirnos todos los integrantes del Estado, las instituciones y el sector privado, con lo que se logró convencer que habría que salvar las elecciones y al país.
Señala que en México existe un enorme reto: unificar fuerzas contra el crimen, independientemente de problemas o diferencias en política, y que la fuerza pública garantice un clima de seguridad para que la gente vote.
Afirma que un aspecto importante para garantizar la eficacia es la impostergable necesidad de contar con una policía única, como lo propone el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, pues en Colombia ya teníamos una corporación unificada y eso nos ayudó a salir adelante.
—Pero se ha criticado la estrategia gubernamental...
—En la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado siempre hay un costo político y de vidas, la lucha no solamente es del gobierno en turno sino del Estado, hay que tener una respuesta del Estado mexicano contra los delincuentes. Lo peor que se puede hacer en este momento es bajar la guardia, incluso la estrategia debe aplicarse como política de Estado para que el próximo gobierno la continúe con ella, pues dar marcha atrás significaría echar por la borda los logros de esta administración y empezar de cero.
—¿Este crimen pareciera que fue calculado para generar crispación política?
—Lo primero que se debe hacer ahora es generar unidad, no se puede dejar que esa gente nos arrincone, en Colombia dejamos de lado aspectos partidistas y salvamos las elecciones. Ese crimen (Torre Cantú) no es culpa del gobierno, es culpa de los narcotraficantes, entonces hay que evitar la polarización para que los delincuentes no se salgan con la suya.
—¿El mensaje de los criminales que perpetraron el asesinato sería: la plaza es de nosotros…
—Es lógico, todos estos delincuentes buscan territorios donde no los vayan a molestar, eso puede ser un mensaje, que en el estado donde operen no haya autoridad.
Pero dice que hay muchos mensajes: intimidar al Estado, arrollarlo, que no sigan con la arremetida, lamentablemente el costo que hay que pagar es político y en vidas. Aquí en Colombia, después de 40 años de lucha contra el narcotráfico, todavía estamos sufriendo.
—¿Entonces México tendrá que aguantar ese tiempo, cuánto va a durar la espiral de violencia.
—Entre más cabecillas caen se incrementa la violencia, insisto, es el costo de la lucha, pero poder decir en determinado tiempo esto se va a acabar sería mentirle, hay que aplicar también políticas de salud para abatir las adicciones.
Ignacio Alzaga, Milenio, 2 de julio.
El militar retirado dice, vía telefónica desde Bogotá, que lejos de replegarse, las fuerzas federales deben continuar en ese combate que, sin duda, tendrá mayores costos políticos, económicos y pérdida de vidas. Sin embargo, refiere que la estrategia no puede tener éxito sin políticas sociales y contra las adicciones.
—Colombia ha registrado una narcoviolencia ligada a la política ¿cuál es su opinión del asesinato del candidato en Tamaulipas?
—En mi opinión el homicidio podría tener los mismos objetivos que los de Pablo Escobar, jefe del cártel de Medellín, cuando mandó asesinar a Luis Carlos Galán en 1989. Los delincuentes, en momentos de proceso electoral, mandan un mensaje para arrinconar e intimidar al país y al gobierno, para que no los sigan persiguiendo.
Asegura que la respuesta del presidente Felipe Calderón y de las autoridades de todos niveles debe ser una política de cero tolerancia, no ceder espacio en la lucha contra el crimen organizado.
—El presidente Calderón hizo una convocatoria al diálogo y la unidad, pero más que unir parece que polarizó a las fuerzas políticas.
—Lo mismo que está ocurriendo en México ocurrió con Galán, pero aquí hubo una respuesta de ayudar al gobierno de Colombia a nivel del Estado, los medios se unieron e invitaron a votar, segundo, teníamos que reunirnos todos los integrantes del Estado, las instituciones y el sector privado, con lo que se logró convencer que habría que salvar las elecciones y al país.
Señala que en México existe un enorme reto: unificar fuerzas contra el crimen, independientemente de problemas o diferencias en política, y que la fuerza pública garantice un clima de seguridad para que la gente vote.
Afirma que un aspecto importante para garantizar la eficacia es la impostergable necesidad de contar con una policía única, como lo propone el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, pues en Colombia ya teníamos una corporación unificada y eso nos ayudó a salir adelante.
—Pero se ha criticado la estrategia gubernamental...
—En la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado siempre hay un costo político y de vidas, la lucha no solamente es del gobierno en turno sino del Estado, hay que tener una respuesta del Estado mexicano contra los delincuentes. Lo peor que se puede hacer en este momento es bajar la guardia, incluso la estrategia debe aplicarse como política de Estado para que el próximo gobierno la continúe con ella, pues dar marcha atrás significaría echar por la borda los logros de esta administración y empezar de cero.
—¿Este crimen pareciera que fue calculado para generar crispación política?
—Lo primero que se debe hacer ahora es generar unidad, no se puede dejar que esa gente nos arrincone, en Colombia dejamos de lado aspectos partidistas y salvamos las elecciones. Ese crimen (Torre Cantú) no es culpa del gobierno, es culpa de los narcotraficantes, entonces hay que evitar la polarización para que los delincuentes no se salgan con la suya.
—¿El mensaje de los criminales que perpetraron el asesinato sería: la plaza es de nosotros…
—Es lógico, todos estos delincuentes buscan territorios donde no los vayan a molestar, eso puede ser un mensaje, que en el estado donde operen no haya autoridad.
Pero dice que hay muchos mensajes: intimidar al Estado, arrollarlo, que no sigan con la arremetida, lamentablemente el costo que hay que pagar es político y en vidas. Aquí en Colombia, después de 40 años de lucha contra el narcotráfico, todavía estamos sufriendo.
—¿Entonces México tendrá que aguantar ese tiempo, cuánto va a durar la espiral de violencia.
—Entre más cabecillas caen se incrementa la violencia, insisto, es el costo de la lucha, pero poder decir en determinado tiempo esto se va a acabar sería mentirle, hay que aplicar también políticas de salud para abatir las adicciones.
Ignacio Alzaga, Milenio, 2 de julio.
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