Eran tres. Ellos, ex priístas; ella, declarada apartidista. Estaban en el Senado de la República para insistir en que se anulen las elecciones del 4 de julio pasado en sus estados: Veracruz, Durango e Hidalgo.
Les acompañaban sólo panistas, quienes coordinan a los diputados y a los senadores del partido que les adoptó para darles las candidaturas. Ningún perredista.
“¿Por qué no acompañaste a Xóchitl Gálvez Ruiz y a José Rosas Aispuro en la conferencia de prensa?, ¿ya no los van a apoyar?”, le preguntó este cronista a Carlos Navarrete Ruiz, líder de los senadores del PRD, minutos más tarde. “Ya voy con ellos... además, ¡juntos, pero no revueltos!”, respondió.
Y es que Navarrete no quiso estar en la primera comparecencia de los ex candidatos ante cámaras y micrófonos porque ahí estaría Miguel Ángel Yunes, quien no fue candidato de los partidos de la llamada izquierda en Veracruz. Le habían insistido legisladores del PAN a Navarrete Ruiz que estuviera con ellos, pero no aceptó.
Además de no querer aparecer con Miguel Ángel Yunes, el coordinador de la bancada perredista estaba molesto porque cuando llegó el duranguense José Rosas Aispuro lo llamaron a la oficina de Gustavo Madero y al rato aparecieron ellos con Josefina Vázquez Mota y con José González Morfín para la conferencia de prensa.
Ella y ellos, finalmente, fueron quienes convocaron la atención de los asistentes a la casa senatorial. Pocos hacían caso de la sesión de la Comisión Permanente. Xóchitl Gálvez decidió esperar en el patio y platicó con unos amigos. Se ve rejuvenecida, guapa, bromista; dijo que fue gracias a una pomadita que se compró en el super.
—¿Qué será más fácil: que finalmente llegues a gobernadora de Hidalgo o que se corone el Cruz Azul?, —le preguntó alguien por ahí.
—Si hay justicia, deben reconocer en el Tribunal Electoral que yo gané. El Cruz Azul, pues ya se verá en junio próximo, aunque... ¡pinche Cruz Azul, ya no sé ni qué decir!
Y ahí estaban los tres. José Rosas Aispuro señalaba que en Durango el crimen organizado participó en el fraude electoral. “Si hubiera perdido limpiamente lo reconocería, pero nos quieren robar”, expresaba. Miguel Ángel Yunes Linares sentenciaba que en el estado de Veracruz hizo de las suyas la “delincuencia electoral organizada”.
Después se marcharon a las oficinas de Madero. Ahí fue Carlos Navarrete por Xóchitl Gálvez y José Rosas Aispuro, volvió a bajar con ellos para que dieran otra conferencia. Había logrado que los legisladores del PRI no le hicieran un extrañamiento público . “Fue un recadito que me mandó el gobernador de Durango, pero ya no hay problema” dijo. Y él sabrá por qué.
Les acompañaban sólo panistas, quienes coordinan a los diputados y a los senadores del partido que les adoptó para darles las candidaturas. Ningún perredista.
“¿Por qué no acompañaste a Xóchitl Gálvez Ruiz y a José Rosas Aispuro en la conferencia de prensa?, ¿ya no los van a apoyar?”, le preguntó este cronista a Carlos Navarrete Ruiz, líder de los senadores del PRD, minutos más tarde. “Ya voy con ellos... además, ¡juntos, pero no revueltos!”, respondió.
Y es que Navarrete no quiso estar en la primera comparecencia de los ex candidatos ante cámaras y micrófonos porque ahí estaría Miguel Ángel Yunes, quien no fue candidato de los partidos de la llamada izquierda en Veracruz. Le habían insistido legisladores del PAN a Navarrete Ruiz que estuviera con ellos, pero no aceptó.
Además de no querer aparecer con Miguel Ángel Yunes, el coordinador de la bancada perredista estaba molesto porque cuando llegó el duranguense José Rosas Aispuro lo llamaron a la oficina de Gustavo Madero y al rato aparecieron ellos con Josefina Vázquez Mota y con José González Morfín para la conferencia de prensa.
Ella y ellos, finalmente, fueron quienes convocaron la atención de los asistentes a la casa senatorial. Pocos hacían caso de la sesión de la Comisión Permanente. Xóchitl Gálvez decidió esperar en el patio y platicó con unos amigos. Se ve rejuvenecida, guapa, bromista; dijo que fue gracias a una pomadita que se compró en el super.
—¿Qué será más fácil: que finalmente llegues a gobernadora de Hidalgo o que se corone el Cruz Azul?, —le preguntó alguien por ahí.
—Si hay justicia, deben reconocer en el Tribunal Electoral que yo gané. El Cruz Azul, pues ya se verá en junio próximo, aunque... ¡pinche Cruz Azul, ya no sé ni qué decir!
Y ahí estaban los tres. José Rosas Aispuro señalaba que en Durango el crimen organizado participó en el fraude electoral. “Si hubiera perdido limpiamente lo reconocería, pero nos quieren robar”, expresaba. Miguel Ángel Yunes Linares sentenciaba que en el estado de Veracruz hizo de las suyas la “delincuencia electoral organizada”.
Después se marcharon a las oficinas de Madero. Ahí fue Carlos Navarrete por Xóchitl Gálvez y José Rosas Aispuro, volvió a bajar con ellos para que dieran otra conferencia. Había logrado que los legisladores del PRI no le hicieran un extrañamiento público . “Fue un recadito que me mandó el gobernador de Durango, pero ya no hay problema” dijo. Y él sabrá por qué.
Fidel Samaniego, El Universal, 29 de julio.
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