Se triplicó el número de centroamericanos repatriados que interrumpen su recorrido rumbo a Estados Unidos luego de ser secuestrados y vejados por policías o grupos armados.
La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México apoyó el regreso de 199 hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses, en menos de seis meses de este año, cuando en todo 2009 fueron repatriadas 91 personas.
Jerónimo García Gaduño, jefe del departamento de Atención a Migrantes de la Codhem, dijo que los centroamericanos aceptaron el apoyo para regresar a su país luego de haber sido secuestrados, vejados e incluso agredidos sexualmente.
La mayoría de las víctimas refieren que cuando viajan por el ferrocarril, el tren se detiene antes de llegar a una estación en la zona de Medias Aguas y en Tierra Blanca, en Veracruz y Oaxaca, camionetas rodean el convoy y descienden policías y hombres armados, asaltan a los indocumentados a quienes despojan de dinero y objetos de valor.
De forma especial, estos grupos armados buscan a quienes tienen familiares trabajando en Estados Unidos, para secuestrarlos y exigir la entrega de cantidades que van de mil 500 a 5 mil dólares, que cobran en envíos rápidos tipo Western Union y Elektra. Las más vulnerables son las mujeres centroamericanas, quienes incluso son agredidas sexualmente. Luego de estos secuestros, los inmigrantes quedan traumatizados por lo que sin dinero, vejados y lesionados piden apoyo para volver a su país, indicó Jerónimo García Garduño.
Los policías y grupos armados que asaltan y secuestran indocumentados centroamericanos, de acuerdo a las denuncias de los afectados, pertenecen a los estados de Tabasco, Veracruz y Estado de México, indicó el jefe del departamento de atención a migrantes de la Codhem.
Cruzan por lechería
Los migrantes centroamericanos tienen que cruzar casi 3 mil kilómetros; la mayoría lo hace en ferrocarril, desde Centroamérica hasta el norte, en líneas ferroviarias como Ferro Valle, Chiapas Mayab, Kansas City y Ferro-Mex, que llegan hasta la frontera con Estados Unidos.
Al llegar a Lechería, los indocumentados llevan la mitad de su recorrido con poco más de mil 500 kilómetros. Aquí deben transbordar al otro ferrocarril que los llevará al norte. No obstante, la construcción del Ferrocarril Suburbano, que cercó las vías con malla ciclónica, muros y puertas, vulneró la condición de los migrantes que ahora tienen que pagar a vigilantes privados para que les abran portones para poder cruzar, indicó el comisionado.
La separación de vías, por el Suburbano, obliga a los centroamericanos a caminar hasta 12 horas desde municipios como Teotihuacán y Tecámac o de Lechería hasta Huehuetoca, en busca de las vías y del ferrocarril que los llevará hacia el norte, por lo que en este trayecto son extorsionados por policías de Cuautitlán, Huehuetoca, Apaxco, Tecámac, Teotihuacán y Tlalnepantla.
No obstante, evitan denunciar, por que en su mente sólo está el llegar a la frontera norte.
La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México apoyó el regreso de 199 hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses, en menos de seis meses de este año, cuando en todo 2009 fueron repatriadas 91 personas.
Jerónimo García Gaduño, jefe del departamento de Atención a Migrantes de la Codhem, dijo que los centroamericanos aceptaron el apoyo para regresar a su país luego de haber sido secuestrados, vejados e incluso agredidos sexualmente.
La mayoría de las víctimas refieren que cuando viajan por el ferrocarril, el tren se detiene antes de llegar a una estación en la zona de Medias Aguas y en Tierra Blanca, en Veracruz y Oaxaca, camionetas rodean el convoy y descienden policías y hombres armados, asaltan a los indocumentados a quienes despojan de dinero y objetos de valor.
De forma especial, estos grupos armados buscan a quienes tienen familiares trabajando en Estados Unidos, para secuestrarlos y exigir la entrega de cantidades que van de mil 500 a 5 mil dólares, que cobran en envíos rápidos tipo Western Union y Elektra. Las más vulnerables son las mujeres centroamericanas, quienes incluso son agredidas sexualmente. Luego de estos secuestros, los inmigrantes quedan traumatizados por lo que sin dinero, vejados y lesionados piden apoyo para volver a su país, indicó Jerónimo García Garduño.
Los policías y grupos armados que asaltan y secuestran indocumentados centroamericanos, de acuerdo a las denuncias de los afectados, pertenecen a los estados de Tabasco, Veracruz y Estado de México, indicó el jefe del departamento de atención a migrantes de la Codhem.
Cruzan por lechería
Los migrantes centroamericanos tienen que cruzar casi 3 mil kilómetros; la mayoría lo hace en ferrocarril, desde Centroamérica hasta el norte, en líneas ferroviarias como Ferro Valle, Chiapas Mayab, Kansas City y Ferro-Mex, que llegan hasta la frontera con Estados Unidos.
Al llegar a Lechería, los indocumentados llevan la mitad de su recorrido con poco más de mil 500 kilómetros. Aquí deben transbordar al otro ferrocarril que los llevará al norte. No obstante, la construcción del Ferrocarril Suburbano, que cercó las vías con malla ciclónica, muros y puertas, vulneró la condición de los migrantes que ahora tienen que pagar a vigilantes privados para que les abran portones para poder cruzar, indicó el comisionado.
La separación de vías, por el Suburbano, obliga a los centroamericanos a caminar hasta 12 horas desde municipios como Teotihuacán y Tecámac o de Lechería hasta Huehuetoca, en busca de las vías y del ferrocarril que los llevará hacia el norte, por lo que en este trayecto son extorsionados por policías de Cuautitlán, Huehuetoca, Apaxco, Tecámac, Teotihuacán y Tlalnepantla.
No obstante, evitan denunciar, por que en su mente sólo está el llegar a la frontera norte.
El Universal, 20 de julio.
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