Un avance dramático

LA HABANA.— La decisión de Cuba de liberar a 52 presos políticos en los próximos meses es un avance dramático en la situación de los derechos humanos en la isla y despeja un importante obstáculo para la normalización de las relaciones con la Unión Europea e incluso Estados Unidos.

Las excarcelaciones anunciadas el miércoles por la Iglesia católica serían el mayor resultado del diálogo sobre derechos humanos entablado en mayo por autoridades religiosas con el presidente Raúl Castro.

La decisión del gobierno cubano permitiría evitar la muerte del disidente Guillermo Fariñas, muy debilitado tras más de cuatro meses en huelga de hambre para exigir la excarcelación de 25 presos enfermos. Las liberaciones atenuarían las críticas sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, que arreciaron tras la muerte en febrero de Orlando Zapata luego de 85 días en huelga de hambre para reclamar mejores condiciones de detención.

Además permitiría profundizar el tibio diálogo con la Unión Europea. Las excarcelaciones fueron anunciadas durante una visita a Cuba del canciller español, Miguel Ángel Moratinos, que intenta desde hace tiempo convencer a sus socios europeos de que conversar con La Habana arroja mejores resultados que el aislamiento.

Las liberaciones eliminan una fuente de alta tensión con Estados Unidos. Vaciar las cárceles de presos políticos es una condición del presidente Barack Obama para avanzar en la normalización de las relaciones con la isla de gobierno comunista. Además podrían desactivar la huelga de Fariñas, en peligro de muerte tras 134 días de ayuno. Su deceso redoblaría la condena a Cuba y podría aumentar su aislamiento internacional. Marginados del diálogo entre Castro y la Iglesia católica, disidentes cubanos habían expresado escepticismo sobre las conversaciones. Algunos consideran las liberaciones una decisión unilateral de Castro para mejorar la imagen de Cuba tras la muerte de Zapata.

Las excarcelaciones levantan el perfil de la Iglesia católica como actor político a un nivel nunca visto en medio siglo en Cuba. Pero grupos de derechos humanos dicen que la situación en Cuba sólo mejorará con la introducción de cambios en el sistema político unipartidista y una reforma del marco legal que restringe la libertad de expresión. Sería la mayor ola de liberaciones desde la visita del Papa Juan Pablo II en 1998, cuando Cuba soltó a por lo menos 70 presos políticos. Según organizaciones de derechos humanos, hay alredor de 150 opositores presos en Cuba. Fidel Castro liberó a unos 3 mil 600 presos políticos tras negociaciones con exiliados cubanos entre 1978 y 1979. Miguel Ángel Moratinos había logrado la excarcelación de uno de los presos de la “Primavera Negra” en su visita anterior en octubre de 2009 y de otros cuatro en 2008.

Antes de las liberaciones, la Comisión Cubana de Derechos Humanos reportó que había 167 presos políticos en Cuba, la menor cifra desde la revolución de Fidel Castro en 1959. Ese número incluye a 10 en libertad condicional y tres extranjeros acusados de atentados con bomba en 1997.

Cuba ve a los presos y disidentes en general como mercenarios a sueldo de Estados Unidos y otros enemigos a los que acusa de querer derrocar a su gobierno comunista. La mayoría de los presos liberados en el pasado se marcharon a Estados Unidos o España.
Esteban Israel y Reuters, El Universal, 8 de julio.

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