La Iglesia católica cuestionó el trabajo que realiza el gobierno federal para evitar el maltrato de migrantes. Y urgió a las autoridades migratorias a establecer medidas urgentes en la frontera sur de México, para impedir se continúe con la explotación de los llamados indocumentados, además de acabar con la corrupción de los agentes migratorios.
El semanario Desde la Fe consideró que es urgente atacar la corrupción existente entre los policías federales, estatales y municipales, porque es “aquí en donde hace falta una respuesta urgente, desde las instituciones”.
El Estado, indicó, tiene el deber de respetar los derechos humanos de los extranjeros y cuidar su integridad, la mayoría de ellos son pobres y están totalmente desprotegidos ante la violencia criminal que se ha “convertido en un rostro cruel de México”.
Para el semanario la persona no vale por los papeles que tengan en mano, sino por su dignidad humana. Reconoció que de tomarse medidas de control, en todos los casos se debe dar un trato digno, facilitando la comunicación con familiares y ayudando en el retorno a sus países de origen.
Y cuestiona ¿cómo es posible que el gobierno mexicano no sea capaz de realizar mejoras estratégicas en la frontera sur para evitar este drama humano? ¿Cómo es posible que las autoridades migratorias no se sientan responsables del maltrato a los indocumentados cuando recorren miles de kilómetros por nuestro territorio? ¿Cómo es posible que nuestros legisladores no muevan un dedo para enfrentar esta problemática que lleva tantos años y que va en aumento?
México • Eugenia Jiménez, Milenio, 15 de noviembre.
El semanario Desde la Fe consideró que es urgente atacar la corrupción existente entre los policías federales, estatales y municipales, porque es “aquí en donde hace falta una respuesta urgente, desde las instituciones”.
El Estado, indicó, tiene el deber de respetar los derechos humanos de los extranjeros y cuidar su integridad, la mayoría de ellos son pobres y están totalmente desprotegidos ante la violencia criminal que se ha “convertido en un rostro cruel de México”.
Para el semanario la persona no vale por los papeles que tengan en mano, sino por su dignidad humana. Reconoció que de tomarse medidas de control, en todos los casos se debe dar un trato digno, facilitando la comunicación con familiares y ayudando en el retorno a sus países de origen.
Y cuestiona ¿cómo es posible que el gobierno mexicano no sea capaz de realizar mejoras estratégicas en la frontera sur para evitar este drama humano? ¿Cómo es posible que las autoridades migratorias no se sientan responsables del maltrato a los indocumentados cuando recorren miles de kilómetros por nuestro territorio? ¿Cómo es posible que nuestros legisladores no muevan un dedo para enfrentar esta problemática que lleva tantos años y que va en aumento?
México • Eugenia Jiménez, Milenio, 15 de noviembre.
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