El economista Arnaldo Ramos Lauzarique, de 68 años, el de mayor edad entre ese grupo de disidentes, rechazó exiliarse en España y recibió una licencia extrapenal, fórmula que permite al reo salir a la calle por razones de salud, pero legalmente sigue purgando la sentencia –en este caso, 18 años–, por lo que puede volver a prisión en cualquier momento, a juicio del tribunal.
Luis Enrique Ferrer García, de 33 años, que en los procesos de 2003 tuvo la sentencia más alta –28 años de cárcel–, aceptó viajar a España y será liberado próximamente, anunció el Arzobispado de La Habana.
Según fuentes opositoras, Ferrer inicialmente había rechazado salir a España, pero cambió de opinión después de que el gobierno aceptó que la vivienda del prisionero se entregara a sus familiares que quedarán en Cuba.
Ramos acudió hoy a la misa en el templo de Santa Rita, en el residencial barrio de Miramar, donde habitualmente se inicia la marcha dominical de las Damas de Blanco, esposas de los presos de 2003, que desde hace siete años realizan esa manifestación en demanda de la libertad de sus familiares.
“Soy cubano y quiero seguir mis actividades aquí como opositor”, dijo Ramos a la prensa, al explicar su rechazo al exilio. Sobre la reforma gubernamental, opinó que “Cuba irá del estancamiento al caos si no hay una verdadera apertura, al menos en la economía, aunque debiera también ser política” y agregó que “hasta ahora no veo nada serio”.
El recién liberado anunció que reanudará su actividad opositora en un grupo que dirige Martha Beatriz Roque, la única mujer entre los sentenciados en 2003, que un año más tarde recibió una licencia extrapenal.
Hace una semana se cumplió el plazo de cuatro meses que había fijado el gobierno para la excarcelación de los 52 integrantes del Grupo de los 75 que aún quedaban presos en julio pasado, cuando se iniciaron las liberaciones por intermedio de la Iglesia Católica y el apoyo del gobierno español.
El viernes pasado el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, confirmó a las Damas de Blanco que todos serían liberados, a pesar de que se venciera el plazo con 13 todavía encarcelados.
En la semana, el grupo de mujeres también acudió a la embajada de España para pedir información. Al nuncio apostólico Giovanni Angelo Becciu le entregaron una carta dirigida al papa Benedicto XVI, pidiéndole que intercediera por los presos.
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