Candidatos arrastran con fracturas en sus partidos


Colocados en la recta semifinal de la contienda por la gubernatura del estado, tres de los cuatro candidatos arrastran el peso de las fracturas internas provocadas por su designación. Los abanderados del PRI, PAN y PRD prácticamente crearon una estructura alterna y con ella recorren el estado para pedir el voto de la ciudadanía.
Los resentimientos de grupos en los tres partidos con mayor presencia política en el estado se notan en el desdeño de los ex contendientes internos para sumarse a la campaña, como sucede con el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Adrián Rivera Pérez; la ausencia del líder del priísmo morelense en los eventos de su abanderado Amado Orihuela Trejo; y la guerra sucia de ex precandidatos vinculados al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) contra el candidato de las izquierdas, el perredista Graco Ramírez Garrido Abreu.
El caso del aspirante gubernamental del PSD, Julio Yañez Moreno, no registra objeciones por ser un organismo de reciente creación, pero sobre todo porque el control auténtico del partido recae en el padre y el hermano del candidato. Su padre es actual regidor en Cuernavaca y su hermano Roberto es candidato suplente a diputado local; el propietario es Eduardo Bordonave Zamora, presidente actual del instituto político.
En las elecciones del 1 de julio se elegirá gobernador, 33 presidentes municipales, 30 diputados, cinco legisladores federales, dos senadores y Presidente de la República.
PAN, el desdeño
El abanderado panista, Adrián Rivera Pérez y su equipo de trabajo libran una singular batalla porque los ex precandidatos, Alejandro Villareal Gasca y Demetrio Román Isidoro, ex secretarios de Finanzas y de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, decidieron mantenerse al margen de la campaña luego de ser derrotados en los comicios internos.
Recientemente, Villareal Gasca reapareció al lado del candidato del blanquiazul a presidente municipal de Cuernavaca, Marcos Manuel Suárez Gerard, y dejó en claro que no apoyaría al abanderado a la gubernatura del estado.
Rivera Pérez se asume como un contendiente político que ha sabido librar batallas en medio de las adversidades y confía en ganar el proceso con la suma de grupos sociales que, dice, paulatinamente se han adherido a su campaña.
“Ésta es una contienda donde vamos a sacar toda la experiencia acumulada en otros comicios y estamos seguros de que mandaremos al tercer lugar de la competencia al candidato del PRD, (Graco Ramírez Garrido Abreu) y derrotaremos al del PRI”, señala.
Eventualmente Rivera Pérez es acompañado por el dirigente estatal de su partido, Germán Castañón Galaviz, aunque es notoria la ausencia del panismo tradicional conocido como “La Sagrada Familia”, cuyos principales liderazgos se encuentran incorporados al gobierno estatal: Óscar Sergio Hernández Benítez, secretario de Gobierno, y Marco Adame Castillo, el mandatario.
Rivera Pérez dice estar confiado y desestima las encuestas que lo ubican en tercer sitio. “Eso me pasó cuando fui candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca y gané. Lo que sucede ahora es que los candidatos de otros partidos políticos se contagiaron del síndrome del ‘perro Bermudez’ porque se acreditan ventajas en las encuestas. Uno dice ‘es mía’, el otro responde ‘te la presto’ y el tercero completa ‘era suya y la dejaron ir’. Yo los reto a que paguemos cuatro encuestas y que los resultados los ventilemos a la opinión pública”, afirmó.
PRI, dirigencia contra candidato
El desdeño de la dirigencia al candidato es evidente en la campaña del PRI. El líder estatal, Manuel Martínez Garrigós, y el abanderado gubernamental, Amado Orihuela Trejo, se distanciaron desde que el segundo fue designado por el Comité Ejecutivo Nacional como su representante en Morelos, en enero pasado.
El nombramiento de Orihuela Trejo provocó que el ex precandidato gubernamental Martínez Garrigós enfrentara a los líderes de la cúpula partidista nacional: Pedro Joaquín Coldwell, Miguel Ángel Osorio Chong y Emilio Gamboa Patrón a quienes llamó “mafiosos y corruptos”. Para detener su protesta lo nombraron líder del PRI morelense.
Con la adversidad a cuestas, Orihuela, también ex dirigente del PRI Morelos, y su grupo armaron una estructura alterna con la suma de grupos provenientes del sector campesino —cuna política del candidato— obrero y popular.
El alejamiento entre Martínez Garrigós y Orihuela Trejo es tal que a mediados de mayo la secretaria general del PRI, Cristina Díaz Salazar, visitó Morelos para fortalecer la campaña política y se encontró con las críticas contra Martínez Garrigós en el sentido de que “opera” contra el candidato gubernamental, además de que los políticos nunca aparecen juntos en ningún evento partidista.
“La dirigencia del partido no necesariamente tiene que andar en el campo porque tiene otras tareas”, justificó Díaz.
Pero este factor ha sido superado paulatinamente, dice uno de los colaboradores cercanos al candidato priísta, “porque la fuerza política del candidato se ha reforzado con el convencimiento de la estructura tricolor y sus sectores”.
Sin aludir las diferencias el abanderado de la coalición PRI-PVEM-Panal, afirma que los resultados de las últimas encuestas ofrecen certidumbre y confió en que ganará las elecciones con un margen superior a los 10 puntos.
Orihuela Trejo confía en el apoyo de la estructura partidista, pero principalmente en el respaldo ciudadano debido al éxito de sus programas como la tarjeta La Efectiva, la condonación de pagos de créditos agropecuarios y la reactivación de la industria.
En este escenario, Manuel Martínez Garrigós asegura que ya instruyó a los coordinadores distritales, municipales, seccionales y de zona, así como a la estructura electoral del tricolor en la entidad a trabajar a marchas forzadas y fortalecer la coordinación al interior del partid, en los 26 días que restan de campañas electorales.
Disputa con líderes de Morena
Confiado en los resultados de tres encuestas recientes que lo ubican como el candidato mejor posicionado en la preferencia electoral, el senador con licencia Graco Ramírez Garrido Abreu, dice que se equivoca quien piensa ganar una contienda con la estructura del partido o los partidos postulantes. “Los comicios se ganan con el respaldo de la sociedad y ellos ya tienen definido su voto a los candidatos de izquierda”.
Por eso, desde que fue electo diseñó una estrategia de campaña que superó la estructura del PRD. De acuerdo con su equipo de trabajo, el candidato de las izquierdas (PRD-PT-Movimiento Ciudadano) tiene una base activa de 20 mil promotores del voto, sin considerar los grupos provenientes del Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano, antes Convergencia.
Pero desde que ganó las encuestas internas para ser candidato a la gubernatura, el senador con licencia ha librado una batalla extra con promotores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y colaboradores del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
El empresario automotriz Raúl Iragorri Montoya, identificado con Andrés Manuel López Obrador y en su momento representante estatal de Morena, anticipó desde el anuncio de las encuestas que en caso de que ganara Graco Ramírez el apoyaría a otro aspirante. Y lo cumplió. Una vez que las cúpulas de la coalición (PRD-PT-Movimiento Ciudadano) anunciaron el resultado de las encuestas, Iragorri Montoya comenzó sus ataques contra el aspirante de las izquierdas y se dejó ver al lado del priísta.
Las constantes declaraciones como representante de Morena en el estado obligaron a la visita del senador Ricardo Monreal Ávila, quien declaró que como coordinador general de la campaña presidencial y de Morena “he venido a reiterar que nadie tiene la autorización para usar el nombre de Morena y sus miembros votarán por los candidatos del Movimiento Progresista encabezados por Graco Ramírez no por el PRI ni Amado Orihuela”.
Ese mismo día el candidato del PRI anunció la incorporación a su campaña de un grupo de militantes de Morena.
Justino Miranda corresponsal, El Universal, 10 de junio.

0 Responses to "Candidatos arrastran con fracturas en sus partidos"