Chávez vs. Capriles, lucha de opuestos


RÍO DE JANEIRO.— El presidente venezolano Hugo Chávez y su contrincante, Henrique Capriles, cumplen sus primeros días como candidatos oficiales a la presidencia del país.
Ambos vienen de convocar a multitudes en las calles e hicieron virar sus respectivas estrategias de campaña de cara al 7 de octubre. Representan mundos opuestos y dos proyectos de país que se ubican prácticamente en las antípodas.
La pelea podría tener un final conocido y esperado si no fuera porque el jefe de Estado llegó a esta campaña con el antecedente de una grave enfermedad.
La clásica polarización del país, después de 14 años de chavismo, está representada por ellos dos. De un lado, está un presidente lanzado a cautivar a la sociedad, no ya con los resultados de su gobierno sino con el factor emocional de su enfermedad y con su cruzada personal que va del quirófano al atril y de la sala de rayos a su despacho presidencial.
Del otro lado está un joven político, con pergaminos ganados como legislador y como gobernador del estado de Miranda, descendiente de una de las familias más adineradas del país, quien en una campaña clásica, según los analistas, pero trabajada con cuidado, recorre el país, luciendo populares playeras y haciendo propuestas sobre los temas más urticantes.
Esos temas que el presidente aborda mal o sobre los que suele guardar silencio. Desde que en febrero las elecciones primarias (en las que voto 16% del padrón) de la oposición consagraron a Capriles, Chávez sólo salpicó algunas referencias sobre la persona de su oponente. No se olvidó nunca de vincular a la oposición con el “imperio y la derecha” y a Capriles con un “Majunche” (poca cosa).
El giro
Capriles no había respondido a ninguna agresión. Ni siquiera se refería al presidente, hasta hace unos días, cuando Chávez se mostró en público, presidió un acto de masas y dio un discurso como en sus mejores tiempos, de más de una hora, luego de inscribir su candidatura.
Entonces sí, el opositor comenzó a incluir la palabra Chávez en su discurso, evidenciando que a partir de ahí comenzaba “otra” campaña.
“Chávez busca la complicidad de su pueblo y por eso esa campaña cargada de spots publicitarios y pocas apariciones públicas. Capriles, en cambio, aplica una campaña clásica, repitiendo slogans y transmitiendo confianza de que otras formas de gobernar y otro país son posibles”, explica el analista Luis Vicente León, de Datanálisis.
Ahora, además de cuestionarlo por lo que dice y por lo que no dice el jefe de Estado, Capriles y los principales dirigentes que lo acompañan responden a cada propaganda lanzada por Chávez. Al slogan del chavismo “después de Dios, Chávez”, el candidato opositor le contestó con “después de Dios estás tú (el pueblo)…”
“Será una campaña que se luchará en todos los ámbitos, en la que la oposición arranca de atrás pero es una campaña con factores muy singulares que la hacen distinta, por ejemplo la salud del presidente”, explica el analista Oscar Schemel, de Hinterclases. En todas las encuestas, el mandatario aventaja a Capriles, con porcentajes que van desde el 8 al 19%. “Pero faltan meses para el 7 de octubre y es muy prematuro aventurar nada”, aclara Schemel.
Chávez, quien tiene a su favor una economía con un crecimiento mejor al esperado (5% entre mayo de 2011 y mayo de 2012, según la CEPAL), se enfrenta a una oposición que el viernes cumplió la palabra que había empeñado ante la sociedad, de presentar una lista de candidatos a otros cargos basada en el consenso interno. Además, el presidente debe lidiar contra el cáncer que padece y que representa un factor negativo en este proceso.
Capriles busca la forma de torcerle el brazo a un gobierno “chávezdependiente”. “La campaña es una cosa con Chávez y otra, muy diferente, si él debiera tomar distancia”, sostiene el analista político Carlos Blanco.
“Nosotros presentamos una unidad que costó construir pero es hoy un hecho. El gobierno sólo puede mostrar el culto a Chávez y silencio sobre los grandes problemas que tiene el país”, explica Leopoldo López, coordinador de la campaña de Capriles.
Viendo a Chávez estos últimos días, todo indica que los venezolanos deberán prepararse para la profundización del chavismo en los próximos años. Pero para un paciente oncológico, y principalmente para un presidente, octubre queda muy lejos. Todo puede ocurrir.
José Vales corresponsal, El Universal, 23 de junio.

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