'Tenemos derecho a ser escuchados

TONALÁ.- Guillermo Domínguez subió al templete, entregó a Andrés Manuel López Obrador un ramo de rosas y algo le dijo al oído.

El candidato presidencial miró al niño de 10 años, sonrió y acomodó el micrófono a la altura de su pequeño interlocutor.

"Como cualquier niño, tenemos derecho a ser escuchados. El mundo necesita un cambio verdadero, un hombre capaz de hacer que todo mejore, un México sin drogas, un México sin narcos, sin alcohol, sin censuraciones (sic), un México gobernado por Andrés Manuel López Obrador", dijo seguro el menor originario del Municipio de Arriaga.

Guillermo, cuyos padres son promotores del voto, provocó el aplauso de cientos de simpatizantes que abarrotaron la Calle 16 de Septiembre y la sonrisa del tabasqueño, quien abrazó al pequeño, quien lo llamó "Mi candidato, mi Presidente".

Desde que llegó a Tonalá, uno de los municipios más importantes de la región del Soconusco, el aspirante lucía sonriente y bromista.

"Le di el lugar porque me estaba amenazando, me dijo: 'si no hablo, haré aquí un motín emocional'", comentó el perredista, quien acostumbra decir que su hijo de cinco años le hace motines emocionales por estar lejos de casa .

En el primero de dos días de gira por Chiapas, una de las entidades donde la izquierda tiene fuerza, López Obrador incluyó en el discurso tres temas: su propuesta, la critica a su adversario priista Enrique Peña Nieto y el llamado a cuidar el voto.

Luego de bromear que a Peña Nieto le va tan mal que ya no sabe a dónde hacer campaña, lo acusó de copiar sus propuestas como las pensiones para adultos mayores.

"Yo establecí este programa y, la verdad, no lo copie de ninguna parte del mundo, salió de esta cabecita. Ahora quiere copiarlo, pero lo hace mal.

"Peña no sabe a dónde ir ya, de por sí no salía porque no le puede dar el sol", dijo el tabasqueño, lo que provocó gritos de "¡anda nervioso!".

Las consignas y el ánimo de la gente hicieron que López Obrador siguiera haciendo mofa del mexiquense.

"Nosotros vamos p'arriba y Peña...", e hizo una pausa para escuchar respuestas como "!ya perdió!", "¡quedó fuera!".

Luego, con alzando más la voz, concluyó su frase: "... !al despeñadero!. Así están las cosas en el País". 


Érika Hernández enviada, Reforma, 3 de junio.

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