Capriles y Chávez miden fuerzas en las calles de Venezuela


Caracas, 23 de septiembre. El presidente venezolano Hugo Chávez y el candidato de la oposición unificada, Henrique Capriles, midieron sus fuerzas este fin de semana, a unos días de las elecciones del 7 de octubre.
Si el viernes Capriles se daba un baño de masas en su feudo, el estado de Miranda (colindante con la capital), del cual fue gobernador, el sábado Chávez hizo gala de su gran capacidad de movilización en un acto en la ciudad andina de Trujillo, mientras en Caracas decenas de miles de personas provenientes de todo el país marcharon en apoyo al mandatario y de lasmisiones, los programas sociales del gobierno bolivariano.
Las misiones, que gestionan desde centros de salud en barriadas, con médicos cubanos, hasta viviendas para damnificados, pasando por apoyos a pequeñas empresas, becas de estudios u operaciones de la vista a los más necesitados, se han convertido en uno de los aspectos centrales del debate electoral, pues el chavismo asegura que, de ganar Capriles, las eliminaría, mientras el líder opositor lo niega.
El 7 de octubre está en juego preservar lo que hemos logrado. ¿Ustedes creen que un gobierno de los más grandes ricachones burgueses atendería de verdad las necesidades del pueblo?, afirmó Chávez ante miles de seguidores en Trujillo.
Beneficios sólo a los que sonafines, denuncia en Miranda
Capriles aseguraba desde el estado occidental de Carabobo que no importa quien sea el presidente, los programas sociales son de todos los venezolanos, están llamados a ser mejorados y sobre todo no puede haber exclusión. La oposición acusa al gobierno de beneficiar con estos programas sólo a aquellos que les son afines.
Pero la campaña de Chávez denunció desde la semana pasada que Capriles tiene un plan oculto para su eventual gobierno, que denominapaquetazo neoliberal.
Va a quitar las misiones porque fue lo primero que dijo; en Miranda (cuando fue gobernador) eliminó unas cuantas, aseguró William Adán, un cocinero de 43 años del estado de Ciudad Ojeda. Adán, que acaba de empezar a construir su casa dentro de la Misión Vivienda, partió el viernes por la noche de esa localidad del estado de Zulia (oeste) para participar.
Una marea roja (el color de las playeras de los seguidores del presidente) invadió algunas de las principales avenidas de Caracas, en una muestra del músculo del oficialismo.
Por el contrario, Ana A., una enfermera que no quiere dar su nombre completo porque dice temer represalias, aseguró en Los Teques, capital del estado de Miranda, adonde acudió a ver a Capriles, que el gobierno beneficia con los programa socialessólo a los que están con él. Aquí no hay oportunidades para todos, se lamenta. Además, la mujer, que no cree que Capriles vaya a eliminar las misiones, afirma que los centros de salud no funcionan y rebotan a la gente, mientras los médicos cubanos que participan en la Misión Barrio Adentro para dar atención en las zonas más marginales no saben qué hacerporque no tienen medios para desempeñar su labor. La enfermera, de 48 años, se muestra entusiasmada ante la llegada de Capriles para hacer uno más de sus recorridos, las procesiones por las calles de la ciudad, a veces en un carro descubierto y otras caminando que hacen los candidatos y que consisten en los actos principales de la campaña.
Según recuentos de la prensa venezolana, Capriles ha hecho casi 70 recorridos desde que comenzó la campaña electoral, el pasado 1º de julio, mientras Chávez apenas ha hecho 19.
El presidente, ya consolidado en el poder y omnipresente en la vida diaria de los venezolanos, sigue difundiendo sus logros de gobierno y sus actividades, cada vez más cortas, por medio de la televisión, en tanto Capriles, 18 años menor, recorre a un ritmo frenético el país, en busca de un contacto más directo con la gente.
Ya en anteriores elecciones, excepto en la de 1998, cuando resultó electo por primera vez, Chávez, a quien le gusta controlar hasta el mínimo detalle de las acciones de gobierno, tampoco privilegió este tipo de campaña. Pero en esta ocasión parece particularmente al margen de una contienda que todos consideran la más cerrada de los últimos años, pese a que la inmensa mayoría de las encuestas lo dan por ganador.
Además, el presidente venezolano ha reducido considerablemente, en número pero sobre todo en extensión, sus comparecencias públicas desde que a principios de año se declaró completamente recuperado de tres intervenciones quirúrgicas y varios ciclos de radioterapia por el cáncer que padeció, cuyo tipo y gravedad nunca fueron revelados.
Cada vez que hace un recorridosin un discurso al final o que da una arenga más corta de lo habitual (hasta de nueve horas), como cuando el pasado miércoles habló sólo 25 minutos ante miles de jóvenes militantes de Partidos Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en Caracas, la prensa opositora asegura que se debe a la falta de convocatoria, aunque muchos venezolanos se preguntan si no se deberá a su estado de salud.
La campaña de Capriles, que aglutina a un variopinto grupo de partidos de oposición, ha eludido aprovechar el tema de la enfermedad para atacar al mandatario. No obstante, el candidato hace alarde de su juventud con largos y constantes actos proselitistas.
Hasta el momento, a poco más de dos semanas de la votación, los sondeos reflejan una reducción de la ventaja, pero a un ritmo todavía insuficiente. Las encuestas de intención de voto dan tendencias muy variadas, pero la mayoría predicen una victoria de Chávez por unos 15 puntos.
Pablo Pérez, especial para La Jornada, 24 de septiembre.

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