BOGOTÁ.- El Presidente colombiano, Álvaro Uribe, anunció ayer que autorizará eventuales gestiones que la Iglesia católica colombiana o El Vaticano deseen o puedan hacer en la anunciada liberación de seis secuestrados en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Si la Iglesia católica, a nivel nacional, o incluso El Vaticano, la Secretaría de Estado del Vaticano o la persona o institución que designe su Santidad (el Papa Benedicto XVI), puede ayudar para que se de la liberación de los secuestrados, el Gobierno lo autoriza y le dará la bienvenida", dijo Uribe.
El Mandatario no respondió preguntas de los reporteros, ni explicó si la iniciativa de una posible gestión de la Iglesia o de alguien que designe el Papa es la contrapropuesta de su Gobierno al pedido de la guerrilla de que en el operativo de liberación figure una personalidad internacional.
Monseñor Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, indicó que el anuncio presidencial los tomó por sorpresa porque desconocían sobre eventuales contactos entre el Gobierno y El Vaticano o que se estuviera manejando la posibilidad de una persona de la Iglesia como parte de los delegados que reciban a los rehenes cuando sean liberados por los rebeldes.
"La sorpresa es que en este caso (de los seis secuestrados) no se había hablado de una intervención de nosotros (la Iglesia), pero yo personalmente estoy dispuesto a colaborar y manifiesto mi más absoluta disponibilidad", afirmó Salazar.
La Iglesia católica tiene desde hace más de un año el visto bueno del Gobierno para hacer gestiones ante las FARC, en busca de la liberación de rehenes, pero se desconoce si se han dado esos contactos.
Los rebeldes han pedido la participación de "alguna personalidad democrática de un país hermano o de la comunidad internacional", sin especificar a alguien en particular, opción que ya rechazó el Gobierno colombiano, alegando que en el pasado tales gestiones provocaron roces con Gobiernos como el de Venezuela.
Las FARC anunciaron el pasado 21 de diciembre que liberarían, en fecha y lugar por definir, al ex Gobernador del sureño departamento del Meta, Alan Jara, al ex diputado regional del Valle del Cauca, Sigifredo López, así como a tres policías y un militar, cuyas identidades no revelaron.
Jara está raptado desde julio de 2001 y López desde abril de 2002.
Los rebeldes dijeron que entregarían los retenidos a una comisión encabezada por la senadora opositora Piedad Córdoba, quien ha trabajado en favor de la libertad de los secuestrados.
Córdoba ha dicho que aún no hay una fecha para las liberaciones y que trabaja con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que tiene autorización del Gobierno colombiano, en los detalles del operativo.
El Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, por su parte, accedió a una petición hecha por Córdoba el viernes pasado en el sentido de permitir al CICR contratar, dentro o fuera de Colombia, los recursos necesarios para el operativo de las liberaciones.
La senadora ha dicho que entre esos recursos están helicópteros para recoger a los liberados en el punto que fijen las FARC.
"Si la Iglesia católica, a nivel nacional, o incluso El Vaticano, la Secretaría de Estado del Vaticano o la persona o institución que designe su Santidad (el Papa Benedicto XVI), puede ayudar para que se de la liberación de los secuestrados, el Gobierno lo autoriza y le dará la bienvenida", dijo Uribe.
El Mandatario no respondió preguntas de los reporteros, ni explicó si la iniciativa de una posible gestión de la Iglesia o de alguien que designe el Papa es la contrapropuesta de su Gobierno al pedido de la guerrilla de que en el operativo de liberación figure una personalidad internacional.
Monseñor Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, indicó que el anuncio presidencial los tomó por sorpresa porque desconocían sobre eventuales contactos entre el Gobierno y El Vaticano o que se estuviera manejando la posibilidad de una persona de la Iglesia como parte de los delegados que reciban a los rehenes cuando sean liberados por los rebeldes.
"La sorpresa es que en este caso (de los seis secuestrados) no se había hablado de una intervención de nosotros (la Iglesia), pero yo personalmente estoy dispuesto a colaborar y manifiesto mi más absoluta disponibilidad", afirmó Salazar.
La Iglesia católica tiene desde hace más de un año el visto bueno del Gobierno para hacer gestiones ante las FARC, en busca de la liberación de rehenes, pero se desconoce si se han dado esos contactos.
Los rebeldes han pedido la participación de "alguna personalidad democrática de un país hermano o de la comunidad internacional", sin especificar a alguien en particular, opción que ya rechazó el Gobierno colombiano, alegando que en el pasado tales gestiones provocaron roces con Gobiernos como el de Venezuela.
Las FARC anunciaron el pasado 21 de diciembre que liberarían, en fecha y lugar por definir, al ex Gobernador del sureño departamento del Meta, Alan Jara, al ex diputado regional del Valle del Cauca, Sigifredo López, así como a tres policías y un militar, cuyas identidades no revelaron.
Jara está raptado desde julio de 2001 y López desde abril de 2002.
Los rebeldes dijeron que entregarían los retenidos a una comisión encabezada por la senadora opositora Piedad Córdoba, quien ha trabajado en favor de la libertad de los secuestrados.
Córdoba ha dicho que aún no hay una fecha para las liberaciones y que trabaja con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que tiene autorización del Gobierno colombiano, en los detalles del operativo.
El Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, por su parte, accedió a una petición hecha por Córdoba el viernes pasado en el sentido de permitir al CICR contratar, dentro o fuera de Colombia, los recursos necesarios para el operativo de las liberaciones.
La senadora ha dicho que entre esos recursos están helicópteros para recoger a los liberados en el punto que fijen las FARC.
AFP, Reforma, 13 de enero.
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